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El sendero azul
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    Cine Alemán Siglo XXI
    Venezia 70 | Nicolas Cage en la presentación de Joe

    DEL MISISIPI AL ADRIÁTICO

    crónica de la tercera jornada de la Mostra de Venecia | críticas y reacciones de Joe, Die frau des polizisten y The Canyons

    Tras la mediocre apertura de la competición en la jornada de ayer, la Mostra remonta el vuelo con dos filmes muy distintos pero igual de interesantes. Películas que llegan tras la visita de William Friedkin por la ciudad transalpina, donde recibió un merecido León de Oro a toda su carrera. Destacar que el año pasado el cineasta estadounidense presentó la estupenda Killer Joe, aun inédita en nuestro país. Volviendo a la Sección Oficial, ayer pasaron con buena nota David Gordon Green y Philip Gröning. Quizá no opten a los grandes premios pero sí han dejado un buen sabor de boca a una platea algo huérfana de espectáculo de nivel. Unas sensaciones que, sin embargo, no ha transmitido Paul Schrader y su The Canyons, que tras el batacazo en su estreno VOD en Estados Unidos parece que va a coleccionar malas críticas certamen tras certamen.

    por Emilio M. Luna
    agosto 31, 2013

    Venezia 70 | Tercera jornada

    por Emilio M. Luna | agosto 31, 2013
    Wakolda, de Lucía Puenzo

    UN ASESINO ANDA SUELTO

    crítica de Wakolda | Lucía Puenzo, 2013

    Si el régimen nazi arrastró tantas víctimas y sembró tantas ruinas, tanto por datos históricos como por lógica cuantitativa se argumenta que no fue solo por la locura de unos pocos sino también por la pasividad de otros muchos. En la actualidad está relativamente consolidada una visión de responsabilidad tanto por omisión como por comisión, pero a mediados del siglo XX aun dejaba estupefacto a su interlocutor la confesión de un detenido del tercer Reich de que él solo seguía órdenes, de qué no podía hacer otra cosa, de qué ignoraba el alcance real de sus actos. Los juicios de Núremberg o el juicio de Adolf Eichmann en Jerusalén alumbraron para el mundo este comportamiento desconcertante, bautizado el segundo como un ejemplo de la banalidad del mal según Hannah Arendt. Pero en escalones más bajos e impunes de la sociedad alemana de entonces es donde se comprueba toda la banalidad, y la cobardía, de la reacción que se tuvo frente al mal más rotundo: la de mirar para otro lado, como si no existiese. Repetimos: no había otro camino, salvo aquel que implicase un sacrificio tan impensable como insoportable en las circunstancias de la época. Y tal afirmación no pretende ser ni mucho menos una acusación dirigida hacia estas personas en concreto, pues aquella no revela sino una respuesta humana. ¿Condenable? Sí, pero seguramente muchos de nosotros habríamos hecho lo mismo, aun con nuestro legado, nuestra cultura y nuestros parámetros actuales de responsabilidad por omisión. Y ello queda patente si comprobamos que actuaciones similares se han venido produciendo hasta nuestros días. Para realizar tal comprobación no hace falta siquiera recordar otro tipo de genocidios, crímenes o escándalos, sino siguiendo con la estela del nazismo, muchos de sus agentes escaparon y se refugiaron fuera de Alemania con la connivencia tan desconocida como ineludible de gran parte de la población a su alrededor. Tales casos no son ni siquiera extraños a nuestras fronteras, por mucho que la información al respecto sea escasa, encontrándose, por ejemplo, en un par de documentales emitidos en La 2 de Televisión española. Pero el caso que nos narra Wakolda (Lucía Puenzo, 2013) tuvo lugar en concreto en la Patagonia argentina de los años 60, y no afectó a cualquier oficial o ciudadano simpatizante de las locuras de Hitler, sino a Josef Mengele, el médico de cabecera en Birkenau apodado como el ángel de la muerte.

    por Ignacio Navarro
    agosto 30, 2013

    Crítica | El médico alemán (Wakolda)

    por Ignacio Navarro | agosto 30, 2013
    Venezia 70 | Presentación de "Tracks"

    NI JOHN CURRAN NI EMMA DANTE CONVENCEN EN EL LIDO

    crónica de la segunda jornada en la Mostra de Venecia 2013 | críticas y reacciones de Tracks, Via Castellana Bandiera y Why Don't You Play in Hell.

    Resonando aun el eco del triunfo casi unánime de Alfonso Cuarón con Gravity comenzó la competición en la Mostra de Venecia. Una sección oficial que palidece en comparación con anteriores ediciones y donde no se atisban pistas de por dónde irá la lucha por el León de Oro. Como comentaba el presidente del jurado Bernardo Bertolucci, se buscará la sorpresa ante la ausencia de nombres de primera fila. El jurado encabezado por el maestro transalpino y compuesto por Andrea Arnold, Renato Berta, la actriz y escritora Carrie Fisher, Martina Gedeck, Jiang Wen, Pablo Larrain, Virginie Ledoyen y Ryuichi Sakamoto, no lo tendrá fácil. Y más viendo el primer día de la competición donde las dos películas proyectadas, Tracks, de John Curran, y Via Castellana Bandiera, de Emma Dante, no han sido recibidas con demasiadas loas. Menos mal que estaba Sion Sono para ponerle algo de colorido y entretenimiento a un día gris en lo cinematográfico.

    por Emilio M. Luna
    agosto 30, 2013

    Venezia 70 | Segunda jornada

    por Emilio M. Luna | agosto 30, 2013
    Telluride Film Festival 2013

    COMIENZA LA CARRERA AL OSCAR

    programación oficial del Telluride Film Festival 2013

    Ayer noche comenzó uno de los festivales más curiosos del circuito norteamericano. Telluride se ha convertido en uno de los primeros referentes en la campaña de premios. Y lo hace con una idiosincrasia y parapeto incomparables. Primero, porque su listado de participantes no se anuncia hasta 24 horas antes del comienzo; segundo, porque Telluride es una pequeña villa turística y deportiva (con su correspondiente Sky resort) de Colorado con tan sólo 2.500 habitantes. Un marco pequeño y diferente pero de gran relevancia. Muchos ganadores del Oscar tuvieron en Telluride la primera etapa de su largo viaje. En esta edición –la 40ª–, que se celebrará desde el 29 de agosto al 2 de septiembre, destacan las presentaciones de los nuevos trabajos de Alfonso Cuarón –que un día antes triunfaba en la inauguración de la Mostra –, Ralph Fiennes, John Curran y Jonathan Glazer. Además, una potente cuota de cine global con Kechiche, Holland, Panh y Lelio como principales apellidos. Pero el principal atractivo del certamen radica en las posibles proyecciones sorpresa. Los rumores apuntan a 12 años de esclavitud, de Steve McQueen, y Rush, de Ron Howard, dos de las propuestas que deben luchar por el Oscar el próximo febrero. También suenan con menos fuerza: Grace of Monaco, Prisoners y El quinto poder. Se lo contaremos en la crónica del festival la próxima semana en EAM.

    por Emilio M. Luna
    agosto 30, 2013

    Telluride 2013 | Selección oficial

    por Emilio M. Luna | agosto 30, 2013
    Dolor y dinero

    EL MODESTO JUGUETE DE MICHAEL BAY

    crítica de Dolor y dinero | Pain & Gain, Michael Bay, 2013

    Desde que en 1995 Michael Bay irrumpiera en el panorama cinematográfico como un elefante en una cacharrería con la primera entrega de Bad Boys, instantáneamente se granjeó el odio de la crítica y la adoración de los seguidores del cine de acción más espectacular. Su estilo efectista, con un montaje rápido propio del videoclip, una cámara nerviosa en constante movimiento y una excesiva utilización del ralentí en las escenas de peligro son sus principales rasgos como autor, ampliamente explotados en grandes éxitos como La roca (1996), Armageddon (1998) o Pearl Harbor (2001). En 2006 dinamitó las taquillas de todo el mundo con Transformers y desde entonces se ha limitado a estirar la fórmula con sus secuelas correspondientes. Como nunca me cansaré de reivindicar La isla (2006) como una de las fábulas de ciencia ficción más entretenidas de los últimos años, aún albergaba esperanzas en que el realizador fuese capaz de ofrecernos algo interesante. Cuando ya estaba a punto de retirarle el crédito, llega Bay y se desmarca con Dolor y dinero (2013), una sorprendente comedia criminal de presupuesto inusualmente modesto para los que venía manejando hasta ahora. Basada en hechos reales, la presencia de dos estrellas comerciales como Mark Wahlberg y Dwayne Johnson (alias The Rock) podría hacer presagiar que nos encontraríamos con el enésimo vehículo veraniego de acción descerebrado. Afortunadamente, no ha sido así.

    por José Martín León
    agosto 30, 2013

    Crítica | Dolor y dinero

    por José Martín León | agosto 30, 2013
    Venezia 70 | Cuarón, Clooney y Bullock presentan Gravity

    CLOONEY Y BULLOCK, SIN GRAVEDAD

    crónica de la jornada inaugural de la Mostra de Venecia 2013 | reacciones y críticas de Gravity

    'El cine no cambia el mundo, el cine crea mundos.'
    Bernardo Bertolucci, presidente del jurado de la Mostra de Venecia.

    Ayer arrancó la 70ª edición de la Mostra de Venecia, número que revela la máxima antigüedad de este certamen europeo, con cuatro ediciones más que el de Cannes. Sin embargo, esta ligera ventaja en experiencia no se ha traducido realmente en mayor prestigio y calidad cinematográfica, pues el festival francés casi siempre le viene ganando la partida al italiano. Y este año parece que la tendencia se mantiene, tanto si atendemos a las películas seleccionadas como, por ejemplo, a los integrantes de un jurado presidido por segunda vez por Bernardo Bertolucci. Pero la intención del certamen dirigido por Alberto Barbera sigue siendo la de intentar plantar cara a su vecino del mediterráneo, y a ello contribuyen días como el de ayer, acogiendo el Lido su imprescindible dosis de glamour con la asistencia de George Clooney y Sandra Bullock, en representación fuera de concurso de Gravity (Alfonso Cuarón, 2013). La premiere mundial de esta cinta atrajo pues la atención de todos los focos, cosa que no ocurrirá igual en el resto de jornadas. Además, cabe apuntar que en la jornada inaugural se proyectaron también varias películas de las secciones alternativas, destacando sobre todo el único largometraje español que se verá en la Biennale: Tres bodas de más (Javier Ruiz Caldera, 2013), y el último trabajo del prolífico Sion Sono: Why Don’t You Play in Hell? (Sion Sono, 2013). De ambas os hablaremos los próximos días.

    por Ignacio Navarro
    agosto 29, 2013

    Venezia 70 | Primera jornada

    por Ignacio Navarro | agosto 29, 2013
    The Act of Killing

    EL INFIERNO, TAN DEVASTADOR COMO DESCONOCIDO

    crítica de The Act of Killing | Joshua Oppenheimer, 2012

    Bien es cierto que la historia se escribe a gusto de los vencedores, siendo la Historia un gran libro en blanco a examinar con lupa. Algunos pasajes, también es verdad, son especialmente proclives a la fabulación: el victorioso puede corregir, reescribir y borrar sin esfuerzo las líneas más comprometedoras, para invertir —valga ese bucle interminable— su propio discurso anterior. Todo ello sin dejar huella. O sí, aunque da igual. Están en una posición ventajosa porque la narración es suya, les pertenece no solo por haber derramado ríos enteros de sangre sino por estar ahí, por valentía y por honor y por resistencia (esas estupideces que señalas cuando no te queda ni dignidad, ni humanidad), para dejar constancia del enorgullecedor hito. Una costura irreversible en el alma de millones de víctimas, tanto mortales como generacionales; familias enteras arrojadas por la borda en nombre del volátil bien común, reducido siempre a los intereses de un grupo que dice algo sobre el pueblo y la nación, habitualmente amenazada por otro núcleo que también le ha contado a su parroquia los peligros secesionistas a que se enfrentan. Todos son buenos mientras dura la mentira. Nadie miente, y nadie dice la verdad. Las ratas abandonaron el barco mucho antes del primer fuego, y el enemigo se multiplica. Y entonces sólo quedas tú, campesino o simple espectador entre dos tierras carbonizadas, sin respuesta ni asidero. Con principios que fugan hacia aquella época de bonanza inalcanzable, con la única certeza del segundo por respirar y la sinrazón asfixiando lentamente. A veces, eso sí, sobreviene como un tsunami. Es el golpe más aterrador, rápido y eficaz. La locura en estado puro. Un imperativo segregacionista que, ya en 1957, se antojaba devastador en cierta latitud asiática. Por entonces el PKI (Partido Comunista de Indonesia) vivía su mejor momento, con el colchón electoral que le otorgaban sus 3,5 millones de afiliados y sus más de 10 millones de simpatizantes: la primera fuerza política del país, supeditada a la férrea dictadura que había impuesto allá por 1945, un 17 de agosto, el líder nacionalista Sukarno.

    por Anónimo
    agosto 29, 2013

    Crítica | The Act of Killing

    por Anónimo | agosto 29, 2013
    Kick-Ass 2

    EL REGRESO DEL PATEADOR DE CULOS

    crítica de Kick-Ass 2, con un par | Kick Ass 2, Jeff Wadlow, 2013

    En los últimos años, como respuesta al cada vez más nutrido subgénero de cine de superhéroes, han surgido algunas propuestas que intentan reírse con inteligencia de los tópicos de este tipo de filmes, la mayoría de ellas provenientes del cine independiente. Títulos como Mystery Men (1999), Special (2006), Defendor (2009) o Super (2010) nos mostraron a auténticos perdedores sin ninguna habilidad especial empeñados en vestirse con escandalosas mallas para impartir justicia en las calles. La joya de la corona de esta corriente fue, sin lugar a dudas, Kick-Ass (2010). Basada en el cómic creado por Mark Millar y John Romita Jr., la película irrumpió en las carteleras como un soplo de aire fresco. Brillantemente dirigida por Matthew Vaughn –que venía de ofrecernos aquella reivindicable fantasía de estilo ochentero llamada Stardust (2007)–, con una estética rompedora y estilosa, una hábil combinación de humor gamberro y violencia y unos actores perfectamente escogidos para los papeles protagonistas, Kick-Ass vendría a ser la obra magna de las comedias de superhéroes. La sabia utilización de conocidos temas musicales en sus espectacularmente coreografiadas secuencias de acción no tenía nada que envidiar al Tarantino de Kill Bill. Por esta razón, quienes disfrutamos como niños con las andanzas del adolescente marginado Dave Lizewski (y su alter ego Kick-Ass), el heroico Bigg Daddy y su pequeña hija, Hit-Girl (toda un arma mortífera de once años), y el aprendiz de villano Bruma Roja, esperábamos con ansias una segunda parte. Las primeras noticias de que Vaughn no se encargaría de dirigir en esta ocasión, limitándose a colaborar en el guión, ya empezaron a hacerme temer lo peor. El encargado de sustituirle tras las cámaras es el mediocre Jeff Wadlow, hasta entonces responsable tan solo de una cinta de terror olvidable –Cry Wolf (2005)– y un típico drama de artes marciales a la sombra de Karate Kid –Rompiendo las reglas (2008)–, por lo que mis miedos aumentaban a medida que se acercaba el estreno. Finalmente la sangre no ha llegado al río y, dentro de un pequeño regusto de decepción, Kick-Ass 2 (2013) atesora suficientes méritos como para ser considerada una digna secuela.

    por José Martín León
    agosto 29, 2013

    Crítica | Kick-Ass 2

    por José Martín León | agosto 29, 2013
    Paraíso: Esperanza

    EL TEMBLOR HIPNÓTICO

    crítica de Paraíso: Esperanza | Paradies: Hoffnung, Ulrich Seidl, 2013

    Hay en la trilogía Paraíso un componente irónico que entronca directamente con la naturaleza de sus personajes, simples señuelos en lo que su autor, Ulrich Seidl, denomina "cuadros". Largas tomas sostenidas o en espera con los actores mirando a cámara que pretenden trascender ese instante fugaz en el que el hiperrealismo adquiere connotaciones sórdidas, grotescas, taciturnas, e incluso vomitivas. La arcada que nunca llega —menos mal— a materializarse, porque el sabor agridulce de los momentos supuestamente felices contrarrestan un retrato más o menos distanciado, sin pedagogía ni catecismo por parte del cineasta vienés. El auténtico mérito del tríptico reside en una ilusión: romper la cuarta pared que a ratos nos separa de las tres mujeres desde el incomprensible y extraño inicio de Amor, primer episodio con la frustración sentimental como eje motriz. La frustración que acosa a una mujer en su medio siglo, divorciada y obesa, anhelante de un amor sincero que jamás podrá encontrar en Kenia, donde las sugar mamas acuden para consagrarse a los placeres exóticos, sexo rejuvenecedor y profundamente satisfactorio (o no) dispensado por lugareños que una vez en la playa, y con la excusa de la venta ambulante, se ofrecen a las mujeres con déficit afectivo, quizá simples folladoras ávidas de nuevas experiencias en una región presumiblemente confortante, desbalijada por la pobreza más abrumadora, como un virus aferrándose al clavo ardiendo que le confiere el turismo, ay, sexual. Así y todo, la extraordinaria Margarethe Tiesel no lograba desprenderse el hedor a gratuito de ciertas escenas: Seidl confundía la depresión con el exhibicionismo vacuo. En su último acto, Paraíso: Amor se desinflaba de manera irreversible, cayendo en el feísmo de la polla flácida y los antros insalubres y las conductas inverosímiles y las risas histriónicas —disculpa, Margarethe— y la contemplación, esta vez sí, muy llamativa, de una maja desnuda con mosquitera y ventilador en modo swing.

    por Anónimo
    agosto 29, 2013

    Crítica | Paraíso: Esperanza

    por Anónimo | agosto 29, 2013
    Epic: El mundo secreto

    GAIA, LA TOP MODEL EVANESCENTE

    crítica de Epic: El mundo secreto | Epic, Chris Wedge, 2013

    Si el cartel no miente, a continuación nos someterán —previo desembolso en taquilla, no se confíen— a las peripecias de unos diminutos muy coloridos que siempre dejan tras de sí la impronta de la fábula, del encanto, del riesgo, de la amabilidad, del eminente uso de la física ("vuela, vuela alto") en una metáfora que cuenta por quincuagésima vez aquello de la lucha entre el bien y el mal, o sea, entre la luz y la oscuridad más insondables: al bueno sólo le falta un cartel en el pecho con la palabra "Bondad" y al malo, otro con la palabra "Maligno". Y si hay que declarar una guerra, pues se declara. No me vengan con chiquitas. Todo sea por mantener el statu quo del bosque, una suerte de oasis para los cientos de seres fantásticos que pueblan cada rincón salpicado de árboles y plantas cuyo embaucador y resplandeciente tono acaba saturando incluso al más agradecido de los espectadores. Así, su público potencial —que no supera los 10 años— se verá inmerso en la batalla no ya definitiva, sino cíclica a causa del cambio de ciclo en el último escalafón que dirige la naturaleza, aquí una reina con la fisonomía de una Barbie elegante que hace feliz a su guardia pretoriana y a su capitán, quien bebe los vientos por ella —casi literalmente, pues estamos ante una historia que gira y se sustenta en torno al oxígeno, y sus personajes tan solo lo procuran, y procuran también que no se agote—. Y como bien señala el cartel (imaginen que se hubieran equivocado y en vez de su verdadero nombre comercial, no sé, cosa de un desliz humorístico, apareciera el de Pixar), Epic proviene de una productora, Blue Sky, que tras década y media facturando películas como la triunfal Ice Age y esa otra medianía titulada Robots, junto con algún cortometraje —el ganador del Oscar, Bunny— equívocamente anecdótico, aún no ha logrado desprenderse la etiqueta de supletoria, como si fuera el Salieri (Godard en su analogía cinematográfica) del cine de animación, persiguiendo una estela incalcanzable. Y, sin embargo, Blue Sky se resiste a las comparaciones porque ni quiere, ni puede enfrentarlas. Quizá quieran afianzarse como creadores de un cierto estándar basado en la eficacia más que en el relato dispuesto a perdurar.

    por Anónimo
    agosto 28, 2013

    Crítica | Epic: El mundo secreto

    por Anónimo | agosto 28, 2013
    Dallas Buyers Club

    DALLAS BUYERS CLUB | MATTHEW QUIERE UN OSCAR (YA)

    de Jean-Marc Vallée
    intérpretes| Matthew McConaughey, Jennifer Garner, Jared Leto, Steve Zahn, Dallas Roberts, Denis O'Hare, Griffin Dunne, Kevin Rankin, Lawrence Turner, Jonathan Vane.
    Estados Unidos, 2013 | Truth Entertainment.

    20 kilos perdió Matthew McConaughey para dar cuerpo y vida a Ron Woodroff, un seropositivo de diagnóstico terminal que busca la cura a través de métodos no legales. Un cambio de fisonomía que nos recuerda al de Christian Bale en El maquinista y que remarca el nivel de valentía de un actor que ha dado el paso definitivo en su carrera en los dos últimos años. McConaughey dejó a un lado subproductos de entretenimiento y pasó al drama de forma constante y convincente. Con Dallas Buyers Club aspira a estar entre los nominados al Oscar 2014. Tema social, cambio fisico y un poderío gestual y verbal muy del gusto de la academia pueden darle esa merecida opción. El filme se podrá ver por primera vez en unos días en Toronto.

    Estreno| 6 de diciembre en Estados Unidos.

    Tráiler de Dallas Buyers Club|

    por Emilio M. Luna
    agosto 28, 2013

    Tráiler | Dallas Buyers Club

    por Emilio M. Luna | agosto 28, 2013
    In Bloom

    DOS CHICAS CONTRA SU ENTORNO

    crítica de In Bloom | Grzeli nateli dgeebi, Nana Ekvtimishvili & Simon Groß, 2013

    La gran triunfadora en el festival de cine de Sarajevo este año ha sido esta película georgiana dirigida a cuatro manos por la debutante Nana Ekvtimishvili y por su colaborador previo Simon Groß, y lo cierto es que tal éxito venía ya apuntado por el que había cosechado en varios festivales internacionales. En efecto, In Bloom (Grzeli nateli dgeebi, 2013) ya fue premiada, por ejemplo, en la Berlinale o en el festival de Hong Kong, por lo que a priori partía con más bagaje y confianza que los de otras participantes que se estrenaban en la capital bosnia. Aunque, por otro lado, podía tener la desventaja de ser la primera producción de su país incluida en la selección competitiva de este certamen balcánico, enfrentándose a otras producciones de la zona con las que el público y el jurado podían estar más familiarizados. En cualquier caso, menciono estas peculiaridades externas para adelantar ya que estamos ante una película distinta a las demás que competían en el recién clausurado festival, aunque tal diferencia se debe sobre todo al hecho de saber contar una historia de principio a fin con criterio y coherencia. Y es que este requisito estándar era incumplido en mayor o menor grado por todas las demás contendientes, por lo que cabe pensar que a veces el cine evoluciona y sus creadores intentan innovar olvidándose de cualidades más tradicionales y esforzadas que al fin y al cabo son las que el espectador más aprecia, sea cualquiera que acuda a una sala de cine, sea el encargado de juzgar oficialmente la película.

    Dicho esto, procede ahora resumir la historia que nos cuenta In Bloom, para comprobar efectivamente por qué la misma funciona. Pues bien, aquella gira en torno a la pérdida de la infancia de dos jóvenes adolescentes que viven en el Tbilisi de 1992. Una se llama Eka, es más bajita y tímida pero tiene una oscuridad en la mirada y una determinación que la convierten incluso en un personaje más valiente que su amiga Natia, una chica más atractiva pero más dubitativa. Ambas pasan su tiempo juntas en clase, fuera en la calle o bajo el techo de sus conflictivas familias, siendo el padre de una un borracho y el de la otra un prisionero ausente. Este último elemento nos indica pues que estamos en un contexto de guerra, con lo que ello conlleva en términos de opresión y carencias, siendo otro detalle significativo al respecto el racionamiento del pan que deben recoger Eka y Natia junto con otros muchos habitantes impacientes de la ruinosa ciudad. Además de estas penurias y de las rencillas de sus respectivas familias, las dos chicas deberán enfrentarse a los primeros amores y celos, pero sin que con ello la trama derive hacia un romance irrealista que le quitaría verosimilitud y seriedad a la difícil situación que se está viviendo.

    por Ignacio Navarro
    agosto 27, 2013

    Crítica | In Bloom

    por Ignacio Navarro | agosto 27, 2013
    In Bloom

    IN BLOOM | DAÑO COLATERAL

    Grzeli nateli dgeebi
    de Nana Ekvtimishvili y Simon Groß
    intérpretes| Lika Babluani, Mariam Bokeria, Zurab Gogaladze, Data Zakareishvili, Ana Nijaradze, Maiko Ninua.
    Georgia, Alemania, Francia, 2013 | Indiz Film / Polare Film / Arizona Films | Corazón de Sarajevo a la mejor película.

    Para nuestro corresponsal en Sarajevo, Ignacio Navarro, una justa ganadora dentro una Sección Oficial bastante mediocre. In Bloom, este drama ambientado en la Guerra Civil georgiana post desunificación soviética, ya obtuvo loas en su debut en secciones paralelas de la Berlinale. Un filme a tener en cuenta en la próxima temporada de premios.

    Estreno| 27 de noviembre en Francia.

    por Emilio M. Luna
    agosto 27, 2013

    Tráiler | In Bloom, ganadora en Sarajevo 2013

    por Emilio M. Luna | agosto 27, 2013
    The Almost Man

    UN CRÍO DE TREINTA Y CINCO AÑOS

    crítica de The Almost Man | Mer eller mindre mann, Martin Lund, 2012

    Todos somos conscientes de que los galardones en el mundo del cine, hasta cierto punto y unos más que otros, son una patraña. Pero gustan. De todas formas, y al margen de lo irracional de colgar laureles de carácter competitivo, éstos tienen su razón de ser. Los reconocimientos y premios tienen una importancia capital para la industria cinematográfica, principalmente para aquellas películas de grafía más humilde y que no disponen de artillería mediática. Sirven de estímulo a los espectadores, son un cebo para que la gente vaya a las salas. Un distintivo de calidad, que permite incrementar los ingresos de la cinta de turno, e inclusive su reestreno. Es parte del espectáculo. Parte del juego. No obstante, otorgar reconocimientos de esta índole en el séptimo arte suele ser algo controvertido ¿Cómo estipular, cómo medir que una película es mejor que otra? ¿Cómo convenir el valor artístico de una cinta en función de sus competidoras? Lógicamente, por muchos criterios de evaluación que se estipulen, siempre se estará incurriendo en una injusticia. No llueve a gusto de todos. Aún así, hay casos más sangrantes que otros a tenor de las tendencias habituales, de las constantes exhibidas en otras ediciones de según qué premio o festival. Sólo así se explica la polémica desatada tras anunciarse el año pasado, en Karlovy Vary, a la noruega The Almost Man (2012) como ganadora del Globo de Cristal. Su carácter excesivamente convencional, su ausencia de innovación, fueron entendidas como una afrenta al espíritu del Festival. Lo cierto es que esta comedia dramática, opera prima del director Martin Lund, dista mucho de resultar significativa. Al margen de los gustos del consumidor de turno, las películas ganadoras de festivales suelen ser sorpresivas, impactantes. No son, al menos, tan intrascendentes y prescindibles como esta.

    El argumento nos cuenta la alergia a la madurez de un adulto de 35 años. Henrik, el protagonista, acaba de comprarse una nueva casa, ha conseguido un nuevo puesto de trabajo y mantiene una relación extravagantemente sana con su pareja. Todo parece ir sobre ruedas en su vida salvo por un motivo: se niega a aceptar su situación y prefiere comportarse como un crío. Sin razón aparente, al margen del tedio y los compromisos de la vida adulta, Henrik opta por actuar de forma infantil. A través de una retahíla de momentos a cada cual más esperpéntico que el anterior, el espectador será testigo del tambaleo de su estabilidad. Estamos ante el enésimo abordaje de la generación adultescente, formada por todos esos treintañeros que sufren el síndrome de Peter Pan. El caso del protagonista es distinto a los vistos normalmente en pantalla, habida cuenta no de su incapacidad para tomar decisiones adultas, sino para una vez que las toma no actuar en consecuencia. El contexto que le rodea también es significativo y altamente influenciable ya que su grupo de amigos adolece del mismo problema. Sus colegas terminan por ser un refugio para sus actitudes, una vía de escape ante ciertas incomodidades –como la fiesta con los compañeros de trabajo de su novia–. Henrik es la evidencia sintomática de una generación que sufre: cierta negación de la madurez, inseguridad en ambientes no distendidos, un egocentrismo rayano en lo estúpido, miedo al compromiso –en este caso el laboral–, una irresponsabilidad monumental, y una muy baja tolerancia a la frustración que les obliga a buscar vías de evasión –estúpidas–.

    por Anónimo
    agosto 27, 2013

    Crítica | The Almost Man

    por Anónimo | agosto 27, 2013
    Trap for Cinderella

    FALLIDO THRILLER A LA EUROPEA

    crítica de Trap for Cinderella | Iain Sofltey, 2013

    Aunque su obra más conocida entre el gran público es Largo domingo de noviazgo (gracias a la grandilocuente y “améliezada” adaptación dirigida por Jean-Pierre Jeunet y protagonizada por Audrey Tautou en 2004), el escritor Sébastien Japrisot, pseudónimo de Jean-Baptiste Rossi, es más conocido en Francia por sus novelas de género negro, adaptadas para el cine por directores de la talla de Costa-Gavras (Los raíles del crimen), Anatole Litvak (La dama del coche con gafas y fusil) o René Clément (El pasajero de la lluvia y Como liebre acosada). En ellas, el crimen, el sexo y la manipulación van de la mano para narrar historias tremendamente turbias, como si de una Patricia Highsmith masculina y continental se tratase. Una mención que no es gratuita, el referente principal, argumental y referencial, de Trap for Cinderella como película es sin duda El talento de Mr. Ripley. Sin embargo, Japrisot no es Highsmith, como Iain Softley no es René Clément (ni siquiera Anthony Minghella), por lo que este intento de Ripley femenino se queda en un mero remake británico de Mujer blanca soltera busca. Se necesita algo más que lo que Softley ofrece para acercarse a la brillantez de la autora de Extraños en un tren. Pero vayamos por partes.

    La historia, adaptada de la novela de Japrisot Piège pour Cendrillon (1963), se inicia con una explosión y una mujer joven que a duras penas sobrevive a ella. Micky (Tuppence Middleton), huérfana, niña mimada y futura heredera de un imperio de la moda, no recuerda nada de su vida anterior al hospital. Para reconstruir los pedazos de su memoria, sólo tiene a Julia (Kerry Fox), la antigua asistente de su tía, que actúa como su tutora legal hasta que cumpla 21 años. Pero cuanto más bucea en su vida, más referencias encuentra a Do (Alexandra Roach), una vieja amiga, de quien sólo sabe que falleció en la misma explosión que casi le cuesta la vida. A partir de ahí, y a base de diarios, explicaciones en tercera persona y flashbacks dentro de flashbacks que harían llorar al Christopher Nolan de Origen, Softley desgrana una trama de obsesiones, rencores, amores no correspondidos e intrigas criminales que podrían funcionar en los 60, pero que hoy día se nos antojan salidos de un telefilme de cadena privada a medianoche.

    por Unknown
    agosto 26, 2013

    Crítica | Trap for Cinderella

    por Unknown | agosto 26, 2013
    Lovelace

    EL PROFUNDO CALVARIO DE LINDA BOREMAN

    crítica de Lovelace | Rob Epstein, Jeffrey Friedman, 2013

    No solo de obras maestras se construye la historia del cine. En ocasiones, aparecen títulos que, independientemente de sus valores estrictamente cinematográficos, acaban convirtiéndose en emblemáticos por diversas circunstancias. Este fue el caso de la cinta pornográfica Garganta profunda (1972) de Gerard Damiano que, pese a que en un principio no llamó demasiado la atención, rápidamente se convertiría en todo un estandarte del movimiento de liberación sexual. El gobierno de Nixon intentó por todos los medios prohibir su exhibición en cines, logrando el efecto contrario, ya que el público acudió en masa a ver la película, considerada la más rentable de la historia al costar 25.000 dólares y recaudar 600 millones hasta el día de hoy. Rompió muchos tabúes y prejuicios en su época, lo que suponiendo un duro golpe contra la censura y el sector más conservador de la sociedad. La delirante historia de una chica sexualmente frustrada que descubre que tiene el clítoris en la garganta convirtió en fugaz estrella a su protagonista femenina, Linda Lovelace, que destacó por sus habilidades felatorias. En 2005, el excelente documental Dentro de Garganta profunda nos ofreció una detallada visión del impacto de aquel éxito en la América de los 70. Pero no es oro todo lo que reluce y en 1980, Linda publicó una controvertida autobiografía en donde descubría la auténtica pesadilla en la que se vio sumergida durante aquellos años, donde fue una mujer maltratada, violada, obligada a prostituirse y a hacer películas pornográficas. La persona que la sometió a tal explotación fue Chuck Traynor, un violento pornógrafo con el que se casó siendo muy joven. La propia actriz manifestó que le parecía una auténtica vergüenza que Garganta profunda continuara en el mercado cuando ella realizó el trabajo prácticamente con una pistola apuntando a su cabeza. La tormentosa relación entre Linda y Chuck es la base principal de Lovelace (2013), biopic que le supone a la talentosa Amanda Seyfried un auténtico reto interpretativo después de superar con buena nota su incursión en el género musical en Los miserables (2012).

    por José Martín León
    agosto 26, 2013

    Crítica | Lovelace

    por José Martín León | agosto 26, 2013
    Tren nocturno a Lisboa

    MELANCOLÍA EN EL CHIADO

    crítica de Tren de noche a Lisboa | Night Train to Lisbon, Bille August, 2013

    Un veterano profesor, cuya vida aún no tiene definida, se sube en la estación del olvido a un tren con destino a la memoria del pasado. Esta puede resultar una buena síntesis de la nueva obra de Bille August, aclamado director de cine que vuelve a introducir sus dedos en las heridas de las naciones sufrientes. Alguno recordará Goodbye Bafana, sobre la situación política en Sudáfrica, que gira en torno al emblemático personaje de Nelson Mandela. Pero eso no es nada comparado con su último trabajo, Tren de noche a Lisboa, presentada en la última edición del Festival de Berlín: el relato de un profesor suizo que, tras salvar a una mujer del suicidio y encontrar en su abrigo un libro, decide investigar sobre su origen. La obra, escrita por un médico portugués unido a la Resistencia durante el gobierno de Antonio de Oliveira Salazar, no cuenta con muchas copias distribuidas. De algún modo, ha sido enterrada por el paso del tiempo, por el olvido de una sociedad progresista que rechaza girar la cabeza. Sin embargo, en sus páginas plagadas de hermosas reflexiones sobre la libertad, encuentra este profesor una esperanza de vida mejor, un significado que complemente su insignificancia. Así, emprende un viaje para reconstruir el puzzle, es decir, la historia del escritor. Para ello, necesitará recurrir al testimonio de hombres y mujeres que constituyeron el círculo íntimo de este personaje, al que da vida una galería de los actores europeos más populares en el resto del mundo: Bruno Ganz, Charlotte Rampling, Martina Gedeck, Mélanie Laurent y August Diehl, entre otros.

    por Anónimo
    agosto 26, 2013

    Crítica | Tren de noche a Lisboa

    por Anónimo | agosto 26, 2013
    Magic City

    MANUAL PARA HACER UNA SERIE DE CALIDAD POR CABLE

    crítica de Magic City (2012-2013) | temporada 1 y 2

    Starz / 2 temporadas: 16 capítulos. | EEUU, 2012, 2013. Creador: Mitch Glazer. Directores: Ed Bianchi, Simon Cellan Jones, David Petrarca, Carl Franklin, Nick Gomez, Clark Johnson, Terrence O´Hara. Guionistas: Mitch Glazer, Lawrence Konner, John Mankiewicz, Eduardo Machado, Ted Mann, Rich Cohen. Reparto: Jeffrey Dean Morgan, Danny Huston, Olga Kurylenko, Steven Strait, Christian Cooke, Jessica Marais, Elena Satine, Yul Vázquez, Dominik García-Lorido, Michael Rispoli, Alex Rocco, Matt Ross, Kelly Lynch, Taylor Blackwell, Brett Rice, Avi Hoffman, Todd Allen Durkin. Fotografía: Gabriel Beristain, Steven Bernstein, otros. Música: Daniele Luppi.

    La industria americana es a veces fascinante. Cuando uno piensa que no se puede ir más lejos en lo cómodo y fácil, llega una serie como Magic City para disipar las dudas. Reúne muchísimos tópicos de algunos éxitos televisivos de la última década: está situada en el pasado (el Miami de finales de los años 50), involucra tramas mafiosas, cuenta una historia de amor imposible más grande que la vida, otra historia de amor opuesta a ésta y que debe funcionar por eso precisamente, la justicia se obceca en ganar aún incumpliendo la ley, el gran malvado se comporta como un amenazante y psicópata niño pequeño con perversiones sexuales -lástima que un esforzado Danny Huston no llegue a trascender el cliché-, los fantasmas de los muertos pesan en los vivos, hay amores del pasado que nunca cicatrizaron, la aparente felicidad familiar está por estallar en mil pedazos en cualquier momento... y todo esto junto la hace predecible y engañosa, como un disfraz de calidad para el espectador poco aventajado. Un disfraz que no ha engañado a nadie, a tenor de las discretas audiencias y la cancelación hace unas semanas. Un momento clave para comprender el alma (o la ausencia de la misma) de la serie reside en su segundo episodio, cuando Ike (convincente Jeffrey Dean Morgan, que canaliza el peso del mundo sobre los hombros que tiene su personaje) y Ben hablan en el barco del mafioso. Ben le cuenta a Ike la historia del escorpión y la rana, una muy trillada metáfora. Clave porque desde ahí podemos comprobar la política de reciclaje de la serie.

    Magic City

    El creador Mitch Glazer ha dicho que su intención con Magic City era reflejar recuerdos de infancia sobre ese periodo histórico, tras crecer y darse cuenta de lo que observaba día tras día. Como coartada se sostiene –una de las mejores cosas de la serie son sus ocasionales momentos oníricos, que junto a la fotografía ayudan a crear un ambiente irreal- pero da la impresión constante de que una vez Glazer se sentó a escribir, no quiso poner en práctica sino una destilación de conflictos elementales (esos esquemáticos problemas paternofiliales). Para contar un cuento clásico de moral y supervivencia, pasa por varios lugares comunes y no arriesga ni una onza, no se sale de una zona de seguridad narrativa y se pone moroso a capricho en el avance de las tramas. A lo largo de 16 episodios, el público asistirá a una trama mecánica que se aclara machaconamente a cada paso. De ahí la ingente cantidad de escenas puramente explicativas que Glazer –creador hiperactivo que firma o co-firma cada episodio- planta. Como frecuentes son los enfrentamientos verbales entre Ike y Ben, pero una vez hemos entendido que Ike está dispuesto a todo para salvar su hotel, se llega al punto de que no aporta nada tanta discusión. La serie cuenta además con un reparto más atractivo que talentoso –esa preciosa e inexpresiva a partes iguales Jessica Marais es la prueba más rotunda-.

    No todo es malo. Magic City está rodada con suavidad y personalidad; Glazer tiene el talento suficiente para escribir algunos diálogos brillantes y resuelve de forma astuta esa historia de amor imposible; los títulos de los episodios son estupendos; existen momentos reseñables –el montaje paralelo entre la actuación de Vera y la redada al almacén de armas- y la música evoca los sonidos del mejor Hollywood, pero el problema es que estas ventajas son partes que no suman al todo, sino que brillan con intermitencia. Terminada la primera temporada, el que esto firma pensaba que un remiendo de series de calidad sigue siendo mejor que decenas de productos simplones que cuentan nada cada semana, pero la benevolencia se ha ido. Starz concedió una segunda temporada a la serie antes de estrenar la primera como prueba de fe y a la vez manera de crear una marca como cadena, y uno confiaba en que una nueva oportunidad trajera aires de cambio. Glazer contrata unos cuantos guionistas, amplía los límites de sus historias e incorpora nuevas caras que apenas dejan una sensación perdurable –si acaso se salva la proxeneta que interpreta Sherilyn Fenn, por ser refinadamente vulgar- pero persiste el problema, una vez más, de la falta de sutileza y la insistencia en lo evidente. Cuando asistimos al involuntario desenlace, la preocupación del espectador no reside en las múltiples tramas abiertas ni el desafortunado destino de los protagonistas. No. No nos importa lo que les pase. ★★★★★

    Adrián González Viña.
    crítico de cine & series de televisión.



    Magic City póster
    por Anónimo
    agosto 25, 2013

    Crítica en Serie | Magic City

    por Anónimo | agosto 25, 2013

    FRANCIA Y ESTADOS UNIDOS ECLIPSAN AL CINE BALCÁNICO

    resumen y palmarés del Festival de Sarajevo 2013

    Ayer noche finalizó la 19ª edición del festival de cine de Sarajevo. Como comentaba en mi crónica de la novena jornada, una entrega que ha transcurrido con ciertos altibajos y desorden tanto en las salas de cine como fuera de ellas. Pero a estas alturas toca ya sólo hacer balance de las películas que se han podido ver, y la conclusión más evidente que se saca es que las participantes de la selección oficial, producidas en Europa central y del este, se han visto muy superadas por las propuestas de secciones alternativas, y en concreto de la sección Kinoscope que pretende recoger filmes ya presentados en anteriores festivales. En otras palabras, el nivel de la selección de ficción competitiva ha sido decepcionante, salvándose eso sí un par de películas entre las que se encuentran las dos triunfadoras en el palmarés anunciado anoche, el cual por tanto apenas discuto. Sobre todo la ganadora del premio principal, In Bloom (Nana Ekvtimishvili & Simon Groß, 2013), es una recomendable propuesta protagonizada por dos adolescentes en la Georgia de 1992. Las dos actrices que las encarnan han sido igualmente premiadas en su apartado propio, mientras que la interesante A Stranger (Obrana i zastita, Bobo Jelčić, 2013) ha recibido el premio especial del jurado y el del mejor actor. En esta última cabe apuntar por lo demás que la cualidad más destacable es un trabajo de cámara a cargo del mismo operador que el de An Episode in the Life of an Iron Picker (Danis Tanović, 2013), película inaugural dirigida por el presidente del jurado. Ahí dejo pues ese dato para que se interprete como se desee. Pero como he adelantado, me voy de este festival con el recuerdo sobre todo de un puñado de películas al margen de la competición, encabezadas por la merecidísima ganadora de la Palma de Oro este año, La vida de Adele (Abdellatif Kechiche, 2013).

    por Ignacio Navarro
    agosto 25, 2013

    Sarajevo 2013 | Palmarés y Top 10

    por Ignacio Navarro | agosto 25, 2013
    Wakolda | Sarajevo 2013

    HOMOSEXUALIDAD DESINHIBIDA

    crónica del noveno día en Sarajevo 2013 | Críticas de La vida de Adele, L'inconnu du lac & Wakolda

    Ya ha acabado esta 19ª edición del festival de Sarajevo y la verdad es que lo ha hecho a lo grande, con las dos mejores películas que he visto a lo largo de estos nueve días, curiosamente ambas francesas. Una de ellas se ha proyectado por la mañana y se titula L'inconnu du lac (Alain Guiraudie, 2013), mientras que la otra es por supuesto La vida de Adele (Abdellatif Kechiche, 2013). Ambas estaban entre la selección del siempre interesante programa Kinoscope (por lo que felicito a sus programadores), y de él también formaba parte el último pase del día, el de Wakolda (Lucía Puenzo, 2013). Un último día marcado pues por filmes con el siempre valioso sello de Cannes, huyendo de las irregularidades de la sección oficial. Por tanto el nivel general de cine que he podido ver aquí ha sido satisfactorio, pero lo mejor ha salido de secciones alternativas. Además, aunque esta última jornada precisamente ha sido una aliviante excepción, el certamen también ha sufrido una serie de problemas técnicos y organizativos que han torpedeado su disfrute. Espero pues que el año que viene mejoren estos aspectos y que este festival siga creciendo, porque la ciudad en la que tiene lugar se lo merece.

    por Ignacio Navarro
    agosto 25, 2013

    Sarajevo 2013 | Novena jornada

    por Ignacio Navarro | agosto 25, 2013
    Locarno 2013

    EL CINE ESPAÑOL CONQUISTA SUIZA

    crónica del Festival de Locarno 2013

    No le ha ido demasiado bien al cine español en este 2013. Relegado e ignorado en las grandes plazas competitivas europeas, ha sido en Locarno, un festival de Categoría A, donde se ha dado una alegría. Merecida, por otra parte. Albert Serra e Historia de la Meva Mort se han alzado con el prestigioso Leopardo de Oro, máximo galardón de un certamen que marca la pauta cinematográfica en el mes de agosto. Un espaldarazo para un producción modesta que ha encandilado tanto al jurado encabezado por Lav Diaz como a la crítica acreditada en el evento helvético. No ha sido el único español triunfador en tierras suizas. El joven Lois Patiño se llevó a su Vigo natal el premio al director emergente con Costa da morte. Patiño ha elegido el lugar mejor para darse a conocer; junto a Karlovy Vary la gran cantera del cine continental y el primer paso de muchos cineastas de nivel. Serra y Patiño, por tanto, dos de los grandes protagonistas de un festival que en su 61ª edición ha estado caracterizado por su gran nivel. Cintas como Short Term 12 (Destin Cretton), Tableau Noir (Yves Yersin) o Our Sunhi (Hong Sangsoo) han elevado el listón cerca del sobresaliente. Serán películas preponderantes durante el resto de la temporada. Entre ellas surge el nombre de una dama, Brie Larson, que parece que está destinada a empresas mayores, ¿en Los Ángeles quizá? En el Cantón del Tesino ha habido tiempo, también, para la visita de grandes como Werner Herzog —al que se le otorgó el Pardo por su contribución al cine—, Michael Caine —que presentó la dulce Mr. Morgan Last Love— o Jacqueline Bisset. Todo, en un marco incomparable como la Piazza Grande, la mayor pantalla al aire libre en Europa. Sin duda, Locarno es un lugar para perderse y, también, para el hallar mejor cine. A continuación, el palmarés y las diez películas a seguir, elegidas por la redacción de El Antepenúltimo Mohicano.

    por Emilio M. Luna
    agosto 24, 2013

    Locarno 2013 | Resumen y palmarés

    por Emilio M. Luna | agosto 24, 2013
    Ali ha gli occhi azzurri

    DESGRACIADA JUVENTUD

    crónica del octavo día en Sarajevo 2013 | Críticas de Wolf, Alì tiene los ojos azules, El intervalo y The Broken Circle Breakdown.

    Tras la excelente jornada anterior, esta penúltima jornada ha sido una suerte de bajón, sobre todo por haber padecido en competición la insufrible Wolf (Bogdan Mustață). Con ésta cabe dar por concluido el contenido de la sección oficial de largometrajes de ficción de este año, y el nivel con el que nos hemos encontrado ha sido bastante flojo. Por lo demás el día ha estado dominado por la producción italiana al poder verse Alì tiene los ojos azules (Claudio Giovannesi, 2012) y El intervalo (Leonardo di Costanzo, 2012), dos interesantes propuestas que reflejan bastante bien un cine típico de su país. Y finalmente, el incidente de turno diario ha ocurrido esta vez por fuerza mayor, concretamente por la lluvia más o menos constante que ha caído en la segunda parte del día y que ha obligado a retrasar indecentemente algunas proyecciones nocturnas. Y digo indecentemente porque la que tenía prevista de The Broken Circle Breakdown (Felix Van Groeningen, 2012) ha empezado a las 23:15 en vez de a las 21:15. En cualquier caso esta vez sí he podido asistir a la misma y, como detallaré a continuación, ha valido la pena.

    por Ignacio Navarro
    agosto 24, 2013

    Sarajevo 2013 | Octava jornada

    por Ignacio Navarro | agosto 24, 2013
    Inside Llewyn Davis

    SPIKE JONZE, PAUL GREENGRASS, BEN STILLER, JAMES GRAY Y LOS HERMANOS COEN CABEZAS DE CARTEL DEL FESTIVAL DE NUEVA YORK


    El 27 de septiembre con la proyección de la esperada Captain Phillips (que también es la inauguración del Festival de Cine de Tokio, TIFF), comienza una nueva edición del Festival de Nueva York, uno de los más longevos en territorio americano y que, como todos los programados en el mes de septiembre (Toronto y Telluride) marcan las primeras pautas de ese largo camino al Oscar. Tom Hanks y Paul Greengrass abrirán el fuego pero el protagonista del certamen será Ben Stiller y su revisitación de uno de los personajes clásicos de la comedia americana: Walter Mitty. La organización pondrá enfásis en un estreno cuyo tráiler sorprendió al personal hace más de un mes. No serán los únicos alicientes, en Nueva York podrán verse los últimos trabajos de Spike Jonze, James Gray, James Franco, Joel & Ethan Coen y una compilación de la cosecha europea y global que ha pasado por los grandes festivales de la primera parte de la temporada. El NYFF transcurrirá del citado día 27 de septiembre hasta el 13 de octubre. Toda la información del evento, en El antepenúltimo mohicano.

    por Emilio M. Luna
    agosto 24, 2013

    New York 2013 | Selección Oficial

    por Emilio M. Luna | agosto 24, 2013
    Blue Jasmine

    Y LLEGÓ EL CINE AMERICANO

    crónica del séptimo día en Sarajevo 2013 | Críticas de In Bloom, Runaway Day, Short Term 12, Stop the Pounding Heart & Blue Jasmine.

    Estamos ya en la recta final de esta 19ª edición del festival de Sarajevo, y aunque los problemas técnicos o más ampliamente extra-cinematográficos siguen sucediéndose (como el retraso sistemático en el horario de los pases competitivos y del Open Air), la calidad del cine propiamente dicho va subiendo. Y lo ha hecho manifiestamente en esta jornada, en la que tres de las cinco películas visionadas; casualmente las tres americanas, pueden considerarse grandes trabajos, mientras que las otras dos; casualmente las dos competitivas, son probablemente las dos mejores de su sección. Pero reservamos la evaluación del nivel general de la selección competitiva para el final: hoy toca simplemente reseñar los cinco títulos apuntados, que en aproximado orden de mejor a peor serían: Stop the Pounding Heart (Roberto Minervini, 2013), Short Term 12 (Destin Cretton, 2013), Blue Jasmine (Woody Allen, 2013), Runaway Day (Dimitris Bavellas, 2013) e In Bloom (Nana Ekvtimishvili & Simon Groß, 2013).

    por Ignacio Navarro
    agosto 23, 2013

    Sarajevo 2013 | Séptima jornada

    por Ignacio Navarro | agosto 23, 2013
    El hombre de la Tierra (2007)
    crítica de El hombre de la Tierra | The Man From Earth, Richard Schenkman, 2007.

    Si tuviéramos que pensar en películas que se desarrollan en un único escenario con muy pocos actores, quizá una de las primeras que se nos ocurriría es La huella (Sleuth, Joseph L. Mankiewicz, 1972), la cual ofrecía un duelo de trampas, trucos y frases inteligentes tan mareantes como las actuaciones de sus dos protagonistas, los gigantescos Laurence Olivier y Michael Caine. Aunque no estoy ciego a la valía de la obra del gran Anthony Shaffer, prefiero las incursiones de Hitchcock en este tipo de experimento entre lo cinematográfico y lo teatral, que en sus manos es tanto de lo primero que uno hasta se olvida de que tales premisas son las habituales en lo segundo. Náufragos (Lifeboat, 1944), con un guion magistral de John Steinbeck, Jo Swerling, Ben Hetch y el propio Hitchcock, o La soga (Rope, 1948), basada en la obra de Patrick Hamilton, son dos piezas maestras en este sentido. En fin, como imagino que mientras estáis leyendo esto ya se os habrán ocurrido un buen puñado de ellas que no voy a citar, estaréis comprobando que, sin ser demasiadas, sí que tenemos para elegir. El hombre de la Tierra (The Man from Earth, Richard Schenkman, 2007) sería una más de esta curiosa lista: un grupo reducido de personajes y un solo escenario, en este caso una casa de campo, más bien el salón de la misma pues apenas un par de secuencias acontecen en el exterior, es todo lo que ofrece para contar su historia. Ocho actores encerrados en una habitación, algunos menos que los enfadados Doce hombres sin piedad (12 Angry Men, Sidney Lumet, 1957), y hala, a soltarnos el rollo intentando que el presupuesto de la película resulte lo más bajo posible. Lo curioso en El hombre de la Tierra es que lo que se nos cuenta es una sorprendente, y absorbente como pocas, historia de ciencia ficción, un género en el cual el cine siempre ha tendido a jugar con pocos y claustrofóbicos escenarios y contados personajes cuando no estamos ante una poderosa superproducción, pero en esta ocasión sin naves espaciales ni efectos especiales, no hay alienígenas ocultos en los respiraderos ni hombres solos en una base lunar buscando compañía, aunque sea la de uno mismo repetido hasta el fin, no hay trajes de astrounauta ni vacíos siderales por recorrer. El único vacío es aquel en el que vive su protagonista, la soledad propia de un hombre que ha vivido nada más y nada menos que 14.000 años. Y es en el salón de su casa donde nos va a contar su vida.

    El hombre de la Tierra es el último guion que escribió Jerome Bixby antes de morir en 1998. Hasta entonces había escrito relatos de ciencia ficción, varios episodios de la serie Star Trek, argumentos para películas como Viaje alucinante (Fantastic Voyage, Richard Fleischer, 1966) y guiones como el de la estupenda El terror del más allá (It! The Terror from Beyond Space, Edward L. Cahn, 1958), una de esas películas que siempre se citan como antecedentes de Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979). En su último trabajo se percibe todo el amor por esa ciencia ficción clásica que había contribuido a edificar, pero también el de todos esos autores que tomaron el relevo en los 60 y conformaron la New Wave o New Thing, un movimiento que llenó de riesgo, delirio, drogas, argumentos provocadores y ejercicios literarios imposibles el género. De manera tangencial, algo en común tienen El hombre de la Tierra y el relato de Philip K. Dick La calavera (The Skull, 1952), por ejemplo. El apasionante guion de Bixby parte de un supuesto inverosímil que va creciendo de manera apabullante hasta que todas las locuras que en él se nos cuentan se nos antojan verdades incontestables. Una de esas historias que atrapan de principio a fin y que nos mantienen sin aliento deseando saber más a cada minuto que pasa. El gran mérito del director Richard Schenkman es haber sabido mantener con brío la fuerza interna de un relato poderoso escrito con absoluta maestría.

    por José Luis Forte
    agosto 23, 2013

    Cine Club | El hombre de la Tierra (2007)

    por José Luis Forte | agosto 23, 2013
    The Iceman

    RETRATO DE UN ASESINO EN SERIE

    crítica de The Iceman | Ariel Vromen, 2012

    La realidad, en muchas ocasiones, supera la ficción. Puede sonar a frase hecha pero si nos detenemos a revisar la biografía de Richard Kuklinsky nos daremos cuenta de que está totalmente en lo cierto. Nacido en Jersey en 1935, este hijo de inmigrantes polacos sufrió el maltrato de su padre alcohólico desde la infancia. Ya en la adolescencia mostró preocupantes síntomas de agresividad cuando tenía como principal afición torturar animales hasta la muerte, culminando cuando a la edad de 14 años asesinó a un muchacho de su edad. En 1960 conoció a Bárbara, que se convertiría en su esposa y madre de sus tres hijos. De traficar con cine porno para una de las familias criminales más importantes de Nueva York, los Gambino, pasó a prestar sus servicios como asesino a sueldo para la mafia, siendo sus principales víctimas los deudores de apuestas o algunos importantes capos. Llegó incluso a matar a Roy DeMeo, mafioso psicópata bajo cuyas órdenes perfeccionó sus métodos de asesino. Picahielos, mazos, pistolas, ballestas, cianuro y roedores, cualquier arma le venía bien para llevar a cabo sus trabajos. El célebre apodo de Iceman (hombre de hielo) le llegó a causa de uno de sus experimentos, en el que congeló a una de sus víctimas dentro de un camión de helados durante dos años. Con esto pretendía despistar a forenses y policías sobre la verdadera fecha y circunstancias de la muerte, algo que no logró. En 1986 fue finalmente detenido, para sorpresa de familiares y amigos, que desconocían la faceta criminal de Kuklinsky. Se declaró culpable de los asesinatos de más de 200 personas, por los que fue condenado a dos cadenas perpetuas en 1988, falleciendo por causas naturales en la prisión de Trenton el 5 de marzo de 2006. La controvertida existencia de este monstruo de la historia delictiva de Estados Unidos fue reflejada en un documental de la cadena de televisión HBO donde este hombre se declaraba un “asesino vocacional”. Ahora, como era de esperar, ha llegado el momento de que Hollywood ponga sus ojos sobre esta terrorífica figura para construir uno de esos biopics que parecen construidos para llevar a sus protagonistas a las puertas del Oscar. Su título, como no podía ser de otra manera: The Iceman.

    por José Martín León
    agosto 23, 2013

    Crítica | The Iceman

    por José Martín León | agosto 23, 2013
    Eat Sleep Die

    MADRES, HIJAS Y BESTIAS

    crónica del sexto día en Sarajevo 2013 | Críticas de Talea, With Mom, Eat Sleep Die, The Act of Killing & Omar

    Hoy me han confirmado que la razón por la que la organización del festival ha optado por el sistema de obtención de entradas para la prensa que critiqué en su momento es para favorecer a los periodistas de medios que patrocinan el certamen o que tienen aquí mayor implantación. En tal caso el sistema sigue siendo discutible pero tiene más sentido pues no prima la prontitud en el requerimiento de asientos como es habitual sino la relevancia del medio que lo hace, y además se corresponde con la importancia que tiene la publicidad en esta ciudad, multiplicándose los mismos anuncios de patrocinadores antes de cada pase. En cualquier caso, al margen de este apunte y de alguna otra queja por el retraso en el inicio de algunas películas, las que he podido visionar en esta jornada han sido bastante interesantes. La que más ha sido The Act of Killing (Joshua Oppenheimer, Christine Cynn & anónimo, 2012), superioridad patente en la asistencia a la misma de varias personalidades como la actriz protagonista de Soldate Jeanette (Daniel Hoesl, 2013) o el veterano actor Danny Glover, presente también en una conferencia matutina. Las otras cuatro proyecciones del día han sido dos competitivas: Talea (Katharina Mückstein, 2013) y With Mom (Faruk Lončarević), y dos no competitivas: Eat Sleep Die (Gabriela Pichler, 2012) y Omar (Hany Abu-Assad, 2013).

    por Ignacio Navarro
    agosto 23, 2013

    Sarajevo 2013 | Sexta jornada

    por Ignacio Navarro | agosto 23, 2013
    Orange is the New Black

    THIS IS A WOMAN’S WORLD, COMO (NO) DICE LA CANCIÓN

    crítica de Orange is the New Black | Temporada 1

    Netflix / 1ª temporada: 13 capítulos. | EEUU, 2013. Creadora: Jenji Kohan, en base al libro de Piper Kerman. Directores: Michael Trim, Uta Briesewitz, Jodie Foster, Andrew McCarthy, Matthew Penn, Phil Abraham, Constantine Makris. Guionistas: Jenji Kohan, Liz Friedman, Marco Ramirez, Sian Heder, Gary Lennon, Nick Jones, Lauren Morelli, Sara Hess, Tara Herrmann. Reparto: Taylor Schilling, Laura Prepon, Jason Biggs, Kate Mulgrew, Michael J. Harney, Michelle Hurst, Natasha Lyonne, Pablo Schreiber, Dascha Polanco, Matt McGorry, Yael Stone, Uzo Aduba, Selenis Leyva, Taryn Manning, Laverne Cox, Danielle Brooks, Maria Dizzia. Fotografía: Vanja Černjul. Música: Gwendolyn Sanford & Brandon Jay con Scott Doherty.

    En muchas ocasiones, el buen hacer de un crítico/a se puede medir en cuánto tarda en establecer comparaciones. Entre las películas de un mismo director o guionista, entre los proyectos de un intérprete si comparten temáticas comunes o entre series de televisión (sobre todo si la serie anterior fue un éxito). El talento reside en poder sostener esas comparaciones con argumentos sólidos. Que no sea un recurso vago y fácil. Viendo esta estupenda Orange is the new black, un servidor no puede evitar pensar en la fascinante Weeds (2005-2012), previa creación de Jenji Kohan. Ambas comparten la idea de emplazar a una mujer blanca, de nivel social medio-alto y adicción al riesgo en un ambiente que de natural le es ajeno. Más que nada por un prejuicio. Allí el mundo del tráfico de drogas en diferentes niveles, aquí una cárcel de mujeres. Piper Chapman (magnífica Taylor Schilling) es condenada a 15 meses de prisión por transportar droga una vez, en una vida anterior. La gran diferencia es que, en esta ocasión, Kohan se ve limitada narrativamente por la labor de adaptar un libro sobre hechos reales. Una de las mejores cosas de Weeds era la constante sensación de imprevisibilidad en lo que a las historias se refiere. Las tramas podían terminar en cualquier momento, o dar un giro de lo más inesperado y convertirse en otra cosa. Aquí existe una clásica estructura de flashbacks sobre el pasado de los personajes, las circunstancias de cómo llegaron a la cárcel. Una estructura que se convierte en mecánica llegado un punto, pero que no molesta por el constante interés que tiene la galería de personajes femeninos que la creadora y sus guionistas trasladan a la pequeña pantalla. Todas gloriosamente interpretadas por un puñado de estrellas revelación. Las historias recogidas por Piper Kerman dan lugar a un retrato de mujeres completísimo, algo relativamente inédito en la industria. No a esta escala.

    por Anónimo
    agosto 23, 2013

    Crítica en Serie | Orange is the New Black (Temporada 1)

    por Anónimo | agosto 23, 2013
    True Blood (6x10)

    PONGA UN VAMPIRO EN SU VIDA

    crítica de Radioactivo (Radioactive) (6x10), último episodio de la sexta temporada de True Blood.

    HBO | EEUU, 2013. Director: Scott Winant. Guión: Kate Barnow. Creador: Alan Ball. Reparto: Anna Paquin, Stephen Moyer, Sam Trammell, Ryan Kwanten. Rutina Wesley, Alexander Skarsgård, Chris Bauer, Kristin Bauer Van Straten, Lauren Bowles, Nelsan Ellis, Rob Kazinsky, Joe Manganiello, Carrie Preston, Jurnee Smollett-Bell, Deborah Ann Woll, Tara Buck, Adina Porter, Rutger Hauer, Amelia Rose Blaire, Luke Grimes, Karolyna Wydra. Fotografía: Romeo Tirone. Música: Nathan Barr.

    Warlow continúa con los planes de desposar a Sookie. Bill cavila sobre la pérdida de sus poderes. Los vampiros disfrutan de la luz del sol.

    Y llega el fin de la 6ª temporada de True blood. Una temporada irregular donde las haya. Mala en algunos momentos y ante todo una temporada que ha remarcado el agotamiento del serial más lúdico de HBO. Quizá por eso los guionistas deciden hacer un salto de seis meses a mitad del episodio. Para escapar de un círculo vicioso de mediocridad, de giros facilones e ideas prometedoras mal desarrolladas (pensándolo en perspectiva, ¿de verdad mereció la pena convertir a Tara en vampiresa?). Así que se ponen manos a la obra y cierran la trama de Warlow con aparatosidad y excesiva rapidez. Porque así lo desean ellos, resulta que Warlow fingía su bondad y en realidad quiere poseer a Sookie para alimento y sexo. Nada de amor inmortal. Pura sumisión. Y la telepática camarera no está por la labor de comprometerse a eso, así que trata de escapar y pide desesperada ayuda. Le sigue una digna sucesión de peleas y escenitas de acción, para rematar con una sorpresa ¿inesperada? Warlow acaba en el baño de Sookie, primer lugar donde hizo aparición, y ¡Niall! usa el portal para atraparlo mientras Jason le remata. El supuestamente todopoderoso vampiro-hada ha fallecido. Todos a salvo. Fin de la historia… o no.

    Con la muerte de Warlow, el efecto de su sangre se desvanece. Así que los vampiros ya no pueden seguir andando durante el día. Y eso nos lleva a la escena más impactante del capítulo. Eric está tomando el sol desnudo en la cima helada de una montaña mientras lee un libro. El efecto desaparece y el vikingo estalla en llamas ante nuestros ojos, con frontal incluido. El hecho de que la serie corte a negro con el hombre-antorcha en pantalla hace que enseguida sospechemos. ¿Está Eric muerto de verdad? Un servidor no lo cree ni por asomo. Minutos antes Pam ha tomado la decisión de ir a buscarlo, así que es asumible que su “hija” le salve en el último momento.

    por Anónimo
    agosto 23, 2013

    Crítica en Serie | True Blood (6x10)

    por Anónimo | agosto 23, 2013
    The Lifeguard

    LA RIDÍCULA CRISIS DE LOS TREINTA

    crítica de The Lifeguard | Liz W. García, 2013

    Hay muchos sociólogos, psicólogos y algún que otro especialista de lo que se tercie que afirman que en occidente hay una tendencia común a la prolongación de la juventud. También es sobradamente conocida la tragicómica crisis de los cuarenta, de la que ya existen sus versiones o ecos en las décadas siguientes abundantemente tratadas por la literatura y por el séptimo arte. Con la base de esos precedentes, Liz W. García retoma las catarsis existencialistas para hablarnos de la crisis de los 30. Otra más. Cualquiera diría que acercarse a la frontera entre decenios es peligroso. Al menos eso parecen decir los síntomas reflejados en The Lifeguard (2012), que evidencian la necesidad de dos treintañeros y una adolescente de 29 años y 10 meses de volver a los vicios de juventud: fumar hierba, estar tirados en el descampado de turno, retomar los ligues de verano, rescatar una estética de sudaderas y vaqueros que ya no les pertenece en un verano que ¿cambiará sus vidas? Leigh es una periodista, a las puertas de los treinta, que decide abandonar su trabajo y su vida en la ciudad para regresar a su lugar de origen –recurso manido en el cine independiente americano para abordar las crisis vitales–. No se siente cosmopolita. Su vida no es plena. La gran urbe está muerta por dentro y eso la está envenenando. Volverá a la naturaleza, a lo primigenio, al nido materno. El objetivo no es otro que reencontrar retales de felicidad de tiempos que tenían sentido. Buscará reinventarse volviendo al pasado. Con el beneplácito de su padre y pese a las reticencias de su madre decide volver a empezar. Recuperará su trabajo de la secundaria como socorrista de piscina. Alterará, como solo las hormonas saben hacerlo, las monótonas vidas de sus compañeros de infancia. Y juntos, instigados por ella, dejarán de lado sus responsabilidades y harán el camino inverso a la madurez. Por supuesto surgirá el drama y nacerá el amor prohibido: entre la dimensión desatendida y la que busca el abandono, entre las ansias de discernimiento y la pérdida de razón.

    por Anónimo
    agosto 23, 2013

    Crítica | The Lifeguard

    por Anónimo | agosto 23, 2013

    SÓFOCLES, EURÍPIDES Y SU SÍNTESIS

    crítica de Cruce de caminos | The Place Beyond the Pines, Derek Cianfrance, 2012

    Al hablar de cultura y de relaciones sociales, a menudo se afirma que los griegos ya lo inventaron todo. Cuando los americanos declararon su independencia a finales del siglo XVIII y decidieron construir las instituciones que dieran forma a un nuevo Estado, mandaron emisarios a tierras helenas para reproducir las ruinas de sus edificios más antiguos y simbólicos. En ellos la ciudadanía se congregaba para resolver los asuntos de la ciudad, aunque esa vida pública estaba también muy ligada al arte, por lo que al día siguiente podían perfectamente volver a reunirse y sentarse, ya no para dialogar sino para observar y escuchar, al menos durante el tiempo que durase el espectáculo que se representaba ante ellos. Ya no hablamos de política sino de las famosas tragedias griegas, de Antígona, Edipo rey o Las Troyanas, obras que según sus reglas más clásicas transcurrían de sol a sol y que luego Aristóteles estudiaría bajo sus tres unidades dramáticas. Vemos enseguida cómo lo anterior también ha pervivido hasta la actualidad, encontrando su plasmación quizás más reconocible en el cine: en su origen teatral, en su estructura en varios actos y en los personajes que nos da a conocer y cuya vulnerabilidad nos conmueve sin remedio. Y, nuevamente, es en el contexto estadounidense donde encontramos sus ejemplos más célebres: en el gran cine americano, desde Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941) hasta la trilogía de El padrino (Francis Ford Coppola, 1972, 1974 & 1990), incluyendo obras maestras más recientes como Pozos de ambición (Paul Thomas Anderson, 2007) o La red social (David Fincher, 2010). En ellas todos los elementos de la película se unen en asombrosa armonía, desde la fotografía hasta la música, pasando por el guión y la puesta en escena, para extraer toda la potencia y la energía que laten en las venas de unos personajes profunda y fatalmente humanos.

    En Cruce de caminos (The Place Beyond the Pines, Estados Unidos, 2012), con todo, la historia no tiene las connotaciones megalómanas de aquellas. La misma transcurre en Schenectady, una población aparentemente apacible sita en medio de la naturaleza frondosa del estado de Nueva York. Nos situamos además en la década de los ochenta, algo que nunca se expresa directamente pero que deducimos de la vestimenta, los vehículos y la música. Incluso de la fotografía. En cualquier caso, como hemos adelantado, estos elementos deben estar al servicio de los personajes que pueblan el relato. El que conocemos primero es Luke, un motorista rubio y rebelde, lleno de tatuajes y de melancolía, que encuentra en Ryan Gosling una encarnación tan idónea como reveladora. Pues, pese a sus parcas palabras y background casi inexistente, logra dotar a este personaje de un calado dramático tan sutil como poderoso. Enseguida se nos revela que tuvo un hijo con un ligue fugaz, Romina, interpretada con un cúmulo de emociones por Eva Mendes, que ahora se reencuentra con él y le impulsa a dejar su trabajo y cuidar del bebé, al que ha llamado Jason. Pero la decisión no proviene de Romina, que en principio ya no quiere saber nada de Luke y vive ahora con otro hombre. Es Luke el que opta por cambiar el rumbo de su vida, aunque para eso tenga que robar el dinero con el que pueda mantenerlos, una medida extrema justificada por una sola escena (Luke llorando en la iglesia mientras bautizan a Jason) y una sola frase (cuando dice que no quiere abandonarlo, pues él no estaba nunca con su padre y no quiere que Jason acabe igual.) Sin embargo, no todo será tan fácil, ya que en su camino se cruzará un policía aun joven e íntegro, Avery, al que Bradley Cooper dota de un poderío equiparable al de Gosling aunque con pensamientos y resultados antitéticos.

    por Ignacio Navarro
    agosto 22, 2013

    Crítica | Cruce de caminos

    por Ignacio Navarro | agosto 22, 2013

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