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El sendero azul
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    Cine Alemán Siglo XXI

    Suena tópico, pero es así. No ha sido un buen año para el cine español. Ni en cifras, ni en calidad. Todo representado en la archianalizada candidatura de España a los Óscar. No hubo opciones. Ni antes de la preselección tampoco. No era una profetización vana. España no había sido protagonista durante la temporada de festivales. Los bastiones habituales –Coixet, Almodóvar—, naufragaron o, simplemente, cumplieron el trámite –Álex de la Iglesia— en taquilla. Por Berlín, Cannes y Venecia, silencio. Un curso de vacío que se une a factores políticos-sociales como la desbandada de las salas producto del incremento del impuesto cultural. Tiros en el pie y el eterno debate. Sobran aptitudes, las ayudas, en cambio sólo son para unos pocos. Y de los dirigentes mejor no hablar. 28 de diciembre a perpetuidad. Por suerte, un buen puñado de cintas de buen nivel han pasado por la cartelera. Algunas, injustamente, sin pena ni gloria. En la lista anual de EAM con lo mejor de nuestro cine, se han quedado fuera propuestas recomendables que merece la pena destacar. La por (El miedo), La gran familia española, Grand Piano, 3 bodas de más, La mula, Somos gente honrada y Las brujas de Zugarramurdi demuestran que el nivel medio de nuestro cine es equiparable al europeo. Y, aunque los detractores rebatan este dato, desde fuera nos ven así. España volverá Cannes, a Berlín y a luchar por el Óscar. No lo duden. En tiempos difíciles el talento se agudiza. En nuestro país sobra. A continuación, las 10 películas españolas del 2013.

    por Emilio M. Luna
    diciembre 31, 2013

    Resumen 2013 | Las 10 mejores películas españolas del año

    por Emilio M. Luna | diciembre 31, 2013
    Breaking Bad

    Concluye un 2013 televisivo que pasará a la historia por una palabra: Netflix. La multidifusión de este portal de Internet ha cambiado las tornas para siempre, además de atraer a cada vez más talento para fortalecer su oferta de series, hechas con mucha libertad. Y a disposición del espectador, para que las consuma como quiera. Fuera de este ámbito, 2013 ha tenido sus luces y sombras. Remakes, spin-offs, populares novelas adaptadas, descontextualizaciones de personajes, tramas mil veces vistas, los valores seguros y los proyectos arriesgados… para todo hay lugar. Éxitos y fracasos. A la despedida de The Office, Fringe, Dexter o Breaking Bad se unieron la bienvenida de Da Vinci´s Demons, Vikingos, Hannibal, The Mindy Proyect, Ray Donovan o The Carries Diaries.

    Un año hipercomentando, sometido a un agotador escrutinio social en cada frame. Los fenómenos sociales que son Juego de tronos y The Walking Dead unidos a la estimulante aunque floja segunda temporada de Girls. Las brujas de American Horror Story: Coven conviven con las chachas de la infame Criadas y malvadas. La comentada vuelta de Homeland y las penúltimas tandas de Hijos de la Anarquía y Mad Men. Los grandes nombres del cine siguen pasándose a la televisión, con Steven Soderbergh dándole una patada en la boca a los estudios que rechazaron Behind the Candelabra durante años. Jane Campion, Joe Carnahan, Jodie Foster o David Fincher. Y los que vendrán. Y las cadenas en abierto siguen sufriendo y gastando dinero para lograr un éxito. Visto en proporción es una mala estrategia. En Reino Unido siguen haciendo las cosas como siempre, y bien que les va. Miniseries y series de pocos episodios, además de la reunión de Doctores Who, aprovechando el 50 aniversario de la serie. El fenómeno Downton Abbey con la vuelta de Luther, en un año que comenzó con la perturbadora Black Mirror y fue testigo del final de Skins. Un 2013 con destellos de genio y momentos muy olvidables. A continuación, las diez mejores series según El antepenúltimo mohicano, considerando tantos aquellas estrenadas en la temporada 2012/2013 como las que han emitido temporadas en su totalidad en 2013.

    por Anónimo
    diciembre 30, 2013

    Resumen 2013 | Las 10 mejores series del año

    por Anónimo | diciembre 30, 2013
    Best Soundtracks 2013

    Si los trabajos fotográficos son complicados por su variedad y estilo, imagínense las bandas sonoras. A pesar de eso, este año no ha sido el más rotundo en cuanto a partituras y compilaciones de autores. Filmes como Les salauds (Stuart A. Staples), Cruce de caminos (Mike Patton), The Spectacular Now (Rob Simonsen), The Kings of Summer (varios autores), La gran belleza (Lele Martichelli), Rush (Hans Zimmer), Lore (Max Richter) y, seguramente, Her (Arcade Fire) (no hemos podido escucharla) merecen entrar en cualquier lista de lo mejor del año. Sin embargo, se quedan fuera de nuestra lista final. Una relación donde unimos scores y canciones que, sin duda, se disfrutan por igual tanto fuera como dentro del metraje. La elección de banda sonora del año más que merecida, ya que forma parte de la tela de araña de una película que pudiera haber firmado el mismo Hitchcock.

    por Emilio M. Luna
    diciembre 30, 2013

    Resumen 2013 | Las 10 mejores bandas sonoras del año

    por Emilio M. Luna | diciembre 30, 2013

    The Kings of Summer | imagen
    Ross Riege, 2013 | autor

    Resulta complicado en los tiempos que corren que un filme no roce la excelencia en los apartados técnicos. El progreso y la tecnología mandan; siempre al servicio de la estética. Poco importa el género o las aspiraciones de su autor. El año pasado ya vimos algún ejemplo de ello. Javier Aguirresarobe iluminaba como nunca una comedia ligera como Eternamente comprometidos. Lo que era un lujo para superproducciones alcanzaba ya a las reinas de lo mundano –recordando al Señor Gambardella— Este 2013 no ha sido una excepción y numerosos trabajos de fotografía han rozado dicha perfección. Las historias pueden que fallen pero la fotografía no. Desde EAM elegimos las propuestas más destacadas del año. Se quedan fuera del listado final filmes como Frances Ha, The Kings of Summer, Prisioneros, Cruce de caminos, Kauwboy, Stoker, Keep the Lights On, Érase una vez en Anatolia, The Master, Weekend o Blue Valentine. Largometrajes estrenados en España o en el resto del mundo en un 2013 tan contrastado como vanguardista; donde el neón marco tendencia; donde los genios siempre aparecieron; y donde surge una promesa convertida en realidad. Cámara, lente y acción. Estos son las propuestas fotográficas del año| [Click en las imágenes para agrandar]

    por Emilio M. Luna
    diciembre 30, 2013

    Resumen 2013 | Los 10 mejores trabajos de fotografía cinematográfica del año

    por Emilio M. Luna | diciembre 30, 2013

    Dos vis a vis con la Historia

    críticas de «Is the man who is tall happy? An Animated Conversation with Noam Chomsky», de Michel Gondry (2013) & «Donald Rumsfeld, certezas desconocidas» , de Errol Morris (2013)

    «Si asumes que no existe esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Si supones que existe un instinto hacia la libertad, entonces existen oportunidades de cambiar las cosas (If you assume that there's no hope, you guarantee there will be no hope. If you assume that there is an instinct for freedom, there are opportunities to change things.)»

    Con sólo cuatro años en la carretera, DOCNYC se ha convertido por méritos propios en el festival de documentales más importante de Estados Unidos y, con ello, en el referente de un género que hasta hace poco se paseaba cabizbajo por festivales y salas de exhibición con el sambenito de “veneno para las taquillas”. El cine de no ficción parece estar viviendo una luna de miel con la industria y el público, y el reciente León de Oro para el documental Sacro Gra es una prueba más de ello. Las dos cintas seleccionadas por DOCNYC para la apertura y clausura a su semana de cine en Nueva York, evidencian las altas cotas de calidad y versatilidad a las que puede llegar este género.

    por Anónimo
    diciembre 30, 2013

    DOCNY 2013 | Críticas: «Is the man who is tall happy? An Animated Conversation with Noam Chomsky» & «Donald Rumsfeld, certezas desconocidas»

    por Anónimo | diciembre 30, 2013
    Divorce Corp, de Joe Sorge

    Polémico documental sobre el negocio de los divorcios en América. Los tribunales de familia embolsan más dinero que cualquier otro de los sistemas judiciales estadounidenses. Más de 50 billones de dólares se recaudó el pasado año gracias a los problemas conyugales, y la cifra sigue en aumento. La cinta realiza una investigación a través del testimonio de los principales abogados, jueces, mediadores, políticos, litigantes y periodistas que forman parte de este entramado que factura cantidades de dinero astronómicas a diario. También se ahondará en la extorsión por parte de los agentes de custodia sin licencia que despojarán a niños de sus hogares de forma ilícita y despiadada. Feudos no regulados al margen de la constitución, así es como el filme define a la nación del divorcio, un país que prefiere perjudicar a sus habitantes y sacar tajada de ello antes que ayudarlos a conseguir una estabilidad familiar que evitaría muchos traumas, como la quiebra económica, la violencia de género o el suicidio. Joe Sorge dirige este incendiario documental que promete dar mucho de qué hablar. El 10 de enero será estrenado en Estados Unidos, hasta entonces, os dejamos con el tráiler.

    Texto| Alberto Sáez
    Fuente| Fandango

    por Redacción EAM
    diciembre 28, 2013

    Tráiler | Divorce Corp, de Joe Sorge

    por Redacción EAM | diciembre 28, 2013
    Different Drummers

    El compositor, guionista y encargado de sonido, Don Caron, se estrena en la dirección junto a otro debutante, Lyle Hatcher. Entre los dos, también escriben el guion de esta entrañable historia sobre la amistad de dos niños. David está en silla de ruedas a causa de una distrofia muscular que le debilita cada día más, Lyle, por el contrario, parece tener más y más energía por lo que tiene que liberarla de alguna manera, poniendo en más de un aprieto al bueno de su amigo. Un día, David predice con mucha exactitud la muerte de su profesor, afirmando que fue dios quien le reveló el trágico suceso. Para probar definitivamente la existencia de Él, el escéptico Lyle se propondrá enseñar a andar a David y tratará de darle un poco de esa energía que tiene de sobra. No pasará mucho tiempo hasta que el joven tenga que afrontar algunas de las verdades más trascendentes y dolorosas de la vida. Tras conmover en el WorldFest- Houston International Film Festival ganando el premio al mejor guion y mejor película familiar, la cinta que cuenta con Brayden Tucker, Ethan Reed McKay (Jack and Jill) y Colleen Carey entre el elenco, se estrenará el 10 de enero en Estados Unidos.

    Texto| Alberto Sáez
    Fuente| Fandango

    por Redacción EAM
    diciembre 28, 2013

    Tráiler | Different Drummers, de Don Caron

    por Redacción EAM | diciembre 28, 2013
    «Aura», de Zsolt Bernáth

    Desde Hungría nos llega este thriller de ciencia-ficción adolescente con un tráiler que no desvela mucho en cuanto a la trama se refiere. Tokyo, Pete, Adam y Esther se despiertan en su coche en medio de ninguna parte. Lo primero que les llama la atención es que no ha llegado a amanecer, pero pronto se darán cuenta de que ese no es el único suceso paranormal que están experimentando. Cuando descubren que un extraño ente sensible al tacto de 10 metros de altura les está rodeando, comienzan una investigación llena de misterio, fenómenos sobrenaturales e inesperadas consecuencias a raíz de los inquietantes hallazgos que logran hacer sobre el origen de la existencia humana. Zsolt Bernáth (Neverbeen Gloria) dirige la cinta que cuenta con un reparto de jóvenes actores debutantes, a excepción de Ungvár Ádám y Szénási Kristóf que ya colaboraron con Bernáth en su anterior filme In the name of Sherlock Holmes. A la espera de que se confirme su fecha de estreno, os dejamos con este misterioso avance.

    Texto| Alberto Sáez
    Fuente| Twitch

    por Redacción EAM
    diciembre 28, 2013

    Magyar | Ciencia-ficción húngara con «Aura», de Zsolt Bernáth

    por Redacción EAM | diciembre 28, 2013

    Breaking Bad | Ozymandias
    Temporada 5 | AMC

    Balance del 2013 en EAM. A lo largo de los próximos cinco días, elegiremos lo más granado de estos doce últimos meses en materia audiovisual:

    ■ Mejores episodios de televisión (Volumen I y II).
    ■ Mejores series de televisión.
    ■ Mejores trabajos de fotografía cinematográfica.
    ■ Mejores banda sonoras.
    ■ Mejores películas españolas.
    ■ Mejores filmes estrenados en España. 
    ■ Los mejores largometrajes del 2013.

    Segundo fascículo con los mejores capítulos televisivos del 2013. Si en el primer listado aparecían títulos como Black Mirror, The Office o American Horror Story: Asylum, en esta entrega saltan a la palestra pesos pesados como Juego de tronos, Breaking Bad o la una de las sensaciones del curso: Orange is the New Black. Recordar que no será el último top dedicado a las series. Aun queda el plato fuerte. ¿Apuestas para la mejor serie del 2013?

    por Anónimo
    diciembre 28, 2013

    Resumen 2013 | Los mejores episodios del año (Vol. 2)

    por Anónimo | diciembre 28, 2013

    Akiko viaja a Vladivostok para reunirse con Matsunaga, un chico que conoció en Tokio y del que se enamoró, siendo incapaz de olvidarlo. Pero una vez que la joven encuentra a su antiguo amante, éste no parece reconocerla y tras darle algún consejo de supervivencia vuele a desaparecer. Cuando Akiko trata de encontrarle de nuevo es atacada por criminales y arrojada en medio de ninguna parte sin dinero. Thriller de misterio sobre la búsqueda del amor perdido que supone el regreso a la dirección de Kiyoshi Kurosawa; un director que ha dejado grandes títulos para la historia del cine como Cure, Tokyo Sonata o La senda de la serpiente, pero al que su filme más reciente y no muy bien acogido, Real, le ha restado mucho crédito. La famosa concursante del programa de música Japanese Idol, convertida a actriz, Atsuko Maeda protagoniza la película. Riohei Suzuki y Hiroshi Yamamoto (A Ghost of a Chance) completan el reparto de este drama de intriga que se estrenó en el festival de cine de Roma el pasado 13 de noviembre y será estrenado comercialmente en Japón el próximo 11 de enero.

    Texto| Alberto Sáez
    Fuente| Twitch

    por Redacción EAM
    diciembre 28, 2013

    Tráiler | Seventh Code, de Kiyoshi Kurosawa

    por Redacción EAM | diciembre 28, 2013
    El niño, de Daniel Monzón

    Primeras imágenes en movimiento del nuevo y esperadísimo trabajo de Daniel Monzón que, tras su aclamada Celda 211 hace ya cinco años, vuelve con su equipo para realizar este thriller sobre el narcotráfico a través de el Estrecho de Gibraltar. En un momento en el que la situación gibraltareña es cuando menos delicada, nos llega el tráiler de esta historia que contará, desde dos puntos de vista, la dramática situación del tráfico de drogas. Por un lado encontramos a El Niño y El Compi, dos jóvenes que están iniciándose en el contrabando de hachís desde marruecos por medio de lanchas motoras; por otro encontramos a Jesús y Eva, dos policías con años de experiencia tratando de desmantelar la red criminal que se encuentra en la zona del Peñón y que podría ser uno de los principales puntos de entrada de cocaína para su distribución europea. Monzón vuelve a escribir el guion junto a su colaborador Jorge Guerricaechevarría y en el que encontramos entre el elenco al protagonista de su anterior filme, Luis Tosar, así como a conocidos nombres de consagrados actores españoles como Sergi López (Ismael), Eduard Fernández (Gente en sitios), Jesús Carroza (Miel de naranjas) y Bárbara Lennie (La piel que habito). Habrá que esperar hasta septiembre para poder ver el estreno de esta película.

    Texto| Alberto Sáez
    Fuente| Cinemania

    por Redacción EAM
    diciembre 28, 2013

    Tráiler | El niño, de Daniel Monzón

    por Redacción EAM | diciembre 28, 2013
    Nebraska, de Alexander Payne

    En el nombre del padre

    crítica de Nebraska | de Alexander Payne, 2013

    El cine de Alexander Payne no ha sido siempre plato del gusto de quien esto escribe. Nunca he terminado de conectar con su estilo “indie-pijo”, del tipo que hace cine supuestamente fuera de los márgenes dictados por Hollywood, pero que a la vez trabaja con estrellas como Jack Nicholson o George Clooney. En general, y con la excepción de Election y, en menor medida, A propósito de Schmidt, le encuentro una pretenciosidad y unas ínfulas intelectualoides a sus películas que me causan hastío y desgana. Quizás por eso, no esperaba que Nebraska me gustase, y quizás porque se aleja de eso mismo me parece su mejor película. Y no es que sea un giro de 180 grados, ni nada por el estilo. Payne vuelve, con Nebraska, a varios temas que ya había tocado anteriormente en su filmografía: la aceptación de la vejez (A propósito de Schmidt), los pros y contras de la familia (Los descendientes) o la mezquindad de ciertos integrantes del género humano (Election) van de la mano en esta brillante road movie. Lo que la hace distinta es, precisamente, la ausencia de pretensiones y de ese tufo de listillo sabelotodo a lo Tracy Flick que desprendían sus anteriores creaciones.

    Protagonizada por un Bruce Dern en estado de absoluta gracia, Nebraska tiene su centro en Woody, un anciano irascible, despistado y alcohólico, empeñado en recorrer los más de 1.000 kilómetros que separan Billings, Montana, de Lincoln, Nebraska, convencido de que allí le espera un premio de un millón de dólares, ganado en uno de esos “sorteos” postales que todos hemos recibido alguna vez. Acompañado por su hijo David (Will Forte, alias MacGruber), se reencontrará en el camino con antiguos amigos, familiares y todo tipo de buitres poco recomendables, encabezados por Ed Pegram (Stacy Keach), su antiguo amigo y socio. Por su parte, David descubrirá que su padre no siempre ha sido el hombre que él ha conocido, que una vez tuvo una vida, que fue un héroe e incluso un rompecorazones, que fueron los desengaños y el paso del tiempo los que le convirtieron en quien es, y que le quiere, a pesar de sus muchos defectos como padre y como persona.

    por Unknown
    diciembre 27, 2013

    Crítica | Nebraska

    por Unknown | diciembre 27, 2013

    Black Mirror | White Bear
    Temporada 2 | Channel 4

    Hoy comienzan los balances del 2013 en EAM. A lo largo de los próximos cinco días, elegiremos lo más granado de estos doce últimos meses en materia audiovisual:

    ■ Mejores episodios de televisión (Volumen I y II).
    ■ Mejores series de televisión.
    ■ Mejores trabajos de fotografía cinematográfica.
    ■ Mejores banda sonoras.
    ■ Mejores películas españolas.
    ■ Mejores filmes estrenados en España. 
    ■ Los mejores largometrajes del 2013.

    Comenzamos con la primera entrega dedicada a los seriales televisivos. Adrián González elige los 16 capítulos más logrados de este curso que une, como es habitual, tres temporadas televisivas. En el primer fásculo, ocho episodios seleccionados cronológicamente. Un año de series en EAM.

    por Anónimo
    diciembre 27, 2013

    Resumen 2013 | Los mejores episodios del año (Vol. 1)

    por Anónimo | diciembre 27, 2013
    Rob the Mob

    Una pareja de enamorados del barrio neoyorquino de Queens que se encuentra en una mala racha, decide cometer un atraco. Lo primero en lo que piensan es en evitar una persecución policial a gran escala, así que en un momento de lucidez acuerdan atracar a criminales, más en concreto a la mafia. Así es como los protagonistas, que tienen planes de casarse una vez se estabilicen económicamente, comienzan a dar pequeños golpes a clubs regentados por mafiosos, dinero fácil y sin denuncias de ningún tipo, todo un filón. Hasta que un día topan con el mafioso equivocado y se convierten en el objetivo de la mafia y del FBI. Atractiva comedia sobre una historia real ocurrida a un par de locos enamorados que presenta el director de la fantástica película Asuntos de familia, Raymond De Felitta. El elenco está lleno de rostros conocidos, empezando por el genial Michael Pitt (Boardwalk Empire) y Nina Arianda (Midnight in Paris) como la pareja protagonista. Completan el reparto grandes nombres del cine sobre la Cosa Nostra como Andy García, que ya actuó con el director en la película antes mencionada, Michael Rispoli (Los diarios del ron), Samira Wiley, que nos sorprendió con su magnífica actuación en la serie de Netflix: Orange is the new black y Aida Turturro (Los Soprano). La cinta tendrá un estreno limitado en Estados Unidos el próximo 21 de febrero.

    Texto| Alberto Sáez

    por Redacción EAM
    diciembre 27, 2013

    Tráiler | Rob the Mob, de Raymond De Felitta

    por Redacción EAM | diciembre 27, 2013

    Potente tráiler del nuevo trabajo de Joe Swanberg, uno de los directores de cine independiente americano más importantes del momento. Si ya se anunció su participación en el próximo festival de Sundance con su drama navideño Happy Christmas, el realizador también estrenará, para la misma fecha, este thriller de misterio en el que se contará la historia de un fotógrafo fetichista que retrata mujeres desnudas aparentando estar muertas. Su trabajo, como es natural, está muy discutido y será tachado de pornografía escabrosa, hasta que un día, una de sus modelos aparece realmente muerta, dando lugar a una caza del asesino por parte de Michael Bamfeaux, un policía deprimido e inestable. La entrada del detective a la escena depravada del artista supondrá toda una revolución, aunque parece afectar más al propio Bamfeaux, que no parece comprender el estilo de vida libertino del fotógrafo. Encontramos en el reparto a un viejo conocido de Swanberg: Adam Wingard (Autoerotic). Simon Barrett (Tú eres el siguiente), Sophia Takal (V/H/S) y Helen Rogers completan el elenco. Tras su presentación en el festival de cine fantástico de Canadá el pasado 4 de agosto, la cinta será estrenada en Estados Unidos el próximo 24 de enero.

    Texto| Alberto Sáez
    Fuente| IndieWire

    por Redacción EAM
    diciembre 27, 2013

    Tráiler | 24 exposures, de Joe Swanberg

    por Redacción EAM | diciembre 27, 2013
    11.6

    Forajidos de la crisis

    crítica de 11.6 | de Philippe Godeau, 2013

    “Los forajidos sólo hacen el mal cuando creen que esta bien. Los delincuentes hacen sólo creen que hacen el bien cuando hacen el mal”. Lo dice uno de los personajes de la novela más conocida del autor norteamericano Jim Dodge. Y el Toni Musulin del director Philippe Godeau podría encarnar el ejemplo perfecto de esa cita. 11.6 narra un caso real ocurrido en 2009, cuando un agente de seguridad dedicado al transporte de grandes sumas de dinero decidió robar uno de los furgones blindados que conducía, llevándose un total de 11,6 millones de euros. Las motivaciones de tal acto, por lo que se intuye, radicarían en el hartazgo de Musulin hacía su compañía, que le niega tajantemente una baja laboral de un único día para asistir al entierro de un alguien cercano. Para colmo de males, sus nóminas no son correctas. Haciendo el mismo número de horas que su compañero, su salario es ligeramente menor. Concretamente “10 minutos menos”, durante todos los meses, desde no sabe exactamente cuando. En su ámbito personal, su vida es muy poco activa. Musulin no siente absolutamente ningún apego por su mujer. Su actitud es la de alguien que esta esperando a que algo suceda, y si no es así, será él quien lo propicie.

    Nos encontramos ante un filme hijo de su tiempo, concebido desde un personaje central clave que será santo y seña de todo el discurso. Toni Musulin es el antihéroe por antonomasia de la crisis, y su lema es claro: ¿Si el sistema nos roba a nosotros porque no hacer nosotros lo mismo? Philippe Godeau traza un arco algo moroso en la percepción que el espectador tiene del protagonista. Comienza presentándose como alguien en quién confiar, seguro, pacífico y también algo altivo y callado. Progresivamente, y conforme su situación laboral va empeorando, Musulin boicotea su propio matrimonio haciéndole creer a su mujer que esta acostándose con otra, sólo para que esta se distancie, haciendo lo propio con sus compañeros de trabajo, con los que lleva durante años en el mismo grupo. Paralelamente a esta decadencia, adquiere un almacén que va forrando de una doble pared de ladrillos. La función no queda clara hasta el último tramo, cuando uno descubre que lo que parecía un acto impulsivo en realidad fue meditado con meses de antelación. Nuestro forajido lleva a cabo su golpe y como todo buen criminal de buen corazón e intenciones nobles, dejará la mayor parte del dinero intacta. Sus motivaciones no son económicas, sino personales. Cobrarse la justicia por su mano. Derribar a su propia empresa, descubriendo sus tejemanejes e ilegalidades, hundiendo las acciones en bolsa para mandarla directamente a la quiebra.

    por Unknown
    diciembre 27, 2013

    Crítica | 11.6

    por Unknown | diciembre 27, 2013

    La sicalíptica del alumno

    crítica de A Teacher | de Hannah Fidell, 2013

    Suelen producir reacciones alérgicas, arcadas y vergüenza ajena. Me refiero a esas biografías prematuras de deportistas, cantantes o vividores de turno que no alcanzan las dos décadas. Obedecen a una obsesión: rentabilizar al máximo un éxito que se presume efímero. ¿Qué tienen que contar? ¿La edad a la que abandonaron el chupete? Muy poco. Nada. Eso mismo, nada o muy poco, es lo que nos cuentan algunos cineastas. Por exceso o por defecto de primaveras. Unos quemados, los otros sin mecha. Con abundantes y gratificantes excepciones. Que se te supongan ciertas destrezas en el manejo del lenguaje audiovisual, no quiere decir que estés preparado o preparada para hacer una peli. Entiendo que uno se foguee haciendo cortos. Que quiera hacer un largo. Pero la precipitación se paga. Las prisas pueden arruinar a directores con proyección. Una película precoz puede condicionar una carrera. Lo bueno de la infancia es lo malo de la juventud ¡Ay la inocencia! Para contar historias, primero hay que vivir. Las estupideces "teenager" con vocación trascendental no interesan a nadie. O sí, pero no a mí. Alguien debería habérselo advertido a Hannah Fidell antes de rodar A Teacher (2013): un mediometraje alargado hasta los 75 minutos, almibarado por la nebulosa de una quinceañera que ha leído Jane Eyre. La directora americana a sus no tan tiernos 27 años podría destilar algo más maduro, que no trascendente. Su ópera prima revela dos cosas: que sigue forrando sus carpetas con fotos de famosetes y que no tiene destreza narrativa.

    Al grano. Lindsay Burdge interpreta a una profesora de una escuela secundaria de Texas. Una chica ordinaria cuya excepcionalidad reside en su pareja, uno de sus alumnos. Hannah Fidell revisa el "mito erótico del docente" y juega con el concepto de amor prohibido. Con un guion excesivamente condescendiente, que da lugar a distintos subrayados que hacen hincapié en lo ilícito (como en la escena de la fiesta, en la que uno de los invitados hace un chiste al saber la profesión de la protagonista). Leitmotiv harto socorrido al que intenta dar una vuelta de tuerca. Loable el intento, reprochable el resultado. La intencionalidad provocadora peca de ingenua, torpe, desmedida y estúpida. Existe una deriva, que no evolución, de la atracción física a la adicción sentimental. Con ella se busca ir de fuera a dentro. De lo carnal al fanatismo de los sentimientos. Eros y Thanatos como instintos básicos que influyen en el ser humano, que condicionan su vida; y por extensión, la vida en pareja. Una decisión que conduce irremediablemente –por lo anoréxico del conflicto dramático– al fracaso argumental. No extraña, por lo tanto, que el producto resultante parezca fruto de unas hormonas alteradas, un amor platónico mal superado y lecturas penosamente asimiladas. Flirtear con los anhelos de pubertad es peligroso, puedes embarrarte al mínimo descuido. Pero tienen su mística. En estrecha relación con la sicalíptica. La del cartabón y la escuadra, la del pupitre, la de la tarima, la de la pizarra, la erótica del instructor. ¿Quién no ha tenido un/a profesor/a que le transportaba a ensoñaciones libidinosas? Sentimientos que poco tienen que ver con el amor, sí con la obsesión, lo carnal, lo pasional, lo cochino. Variables presentes en el filme, retratadas con desenfrenado acierto. Y ya. Podría ser suficiente, pero no lo es.

    por Anónimo
    diciembre 26, 2013

    Crítica | A Teacher

    por Anónimo | diciembre 26, 2013
    Nymphomaniac. Volumen 1, de Lars von Trier

    Pistol Fuckin' Mama

    crítica de Nymphomaniac. Volumen 1 | de Lars von Trier, 2013

    El Grinch de la ortodoxia estrena en Navidad. Huele a muérdago y a sexo, y las zambombas percuten jadeantes. La fricción y la ficción, por fin, meras excusas para torturar sobre seguro. Al límite. Y sin asideros; engrasando su motor creativo o, si quieren, ese trauma que bien podría ser la anestesia contra el dolor de un éxtasis inalcanzable. Que no llega, luego tampoco fluye en la no-culminación; pero que supura gota a gota, hasta perder el orden mismo de la praxis. O sea, el inelegante y tedioso mete-saca-mete-saca que ejecuta la protagonista del último —aunque primero de este díptico cercenado en la sala de montaje— movimiento de Lars von Trier, cuya partitura recurre a la polifonía y, más aún, a unos genitales autodestructivos en contrapunto (a lo Bach en jam session con Rammstein) y sin final plausible. ¡Ho-ho-ho!, felices almas torturadas. Abre de negro y así se mantiene por breves instantes, con el progresivo rumor de la lluvia repiqueteando en los canalones y las tejas y la chapa de un patio casi inaccesible, aunque a la espera cual boca de lobo, en la decrepitud que parece someter a la mujer que yace tendida en el suelo. Semiinconsciente y con la facciones hechas una cheeseburger ya masticada. Y ahí sigue, medio muerta o medio viva, esperando a un hombre que, gracias a la casualidad, pasaba por allí y se giró hacia ese escondite tremebundo. Él quiere llamar a una ambulancia y ella dice no. Él insiste, ahora y de nuevo como quien dice "¿la policía, quizá? Y la negativa se repite y sólo queda un té con leche, a petición de la moribunda mujer que asegura ser malvada, un ser pecaminoso que dilapida cualquier atisbo de felicidad. Ya en la casa del veterano solterón, rubio y alto y atento, ella le cuenta su vida. O parte de ésta, siempre bajo el impermeable tamiz que proporcionan algunos encuentros orgiásticos, que no salpican pero discurren hasta los tobillos, incluso cuando el padre de la ninfómana a duras penas resiste su enfermedad sobre la cama de ese hospital lógicamente blanquecino y a través del filtro blanco y negro. Todo duele, y esos juegos que prometían ser una "rebelión contra el amor" y sus manifestaciones, tanto públicas como pudendas, acaban sedimentando en un pozo sin fondo. Y es entonces cuando deja de doler, porque ya se ha aprehendido a no llorar. O a llorar para sí, internamente. Desnudos y vestidos. A cascada.

    por Anónimo
    diciembre 26, 2013

    Crítica | Nymphomaniac. Volumen 1

    por Anónimo | diciembre 26, 2013
    Kiss Me, You Fucking Moron

    Escandinavia adolescente

    crítica de Kiss Me, You Fucking Moron | Kyss Meg for faen i helvete, de Stian Kristiansen, 2013

    La industria cinematográfica de los países del norte de Europa suele englobarse en una misma sensibilidad. Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia y Dinamarca son países que comparten una relación problemática, tanto histórica como socialmente. Si tuviéramos que delinear en unas pocas líneas la posición de cada país con respecto a su cine Noruega es la industria más antigua pero, curiosamente, no es la más fuerte. Ese papel recaería en Dinamarca y Suecia, ambos con representantes ilustres de gran fuerza expresiva que han acabado erigiéndose como canon básico del audiovisual de ambos países: Lars von Trier e Ingmar Bergman, como principales exponentes. Aki Kaürismaki es el equivalente –mucho menos mediático— finés; e Islandia, tras una época de mayor esplendor a lo largo de la década de los 80 –gracias a su mirada documental—, ha retornado a líneas de vanguardia con la emigración a latitudes comerciales de algunos de sus cineastas en ascenso, como es el caso de Baltasar Kormákur (2 Guns, The Deep). El caso es que, aunque cada país ha acabado construyendo su propia identidad personal, es indudable que el cine escandinavo ha ido ligado desde su nacimiento a las principales vanguardias europeas del momento, dirigiendo la idiosincrasia de cada país casi en la misma dirección, aunque con diferencias leves de forma y contenido, amantes de un lenguaje teatral muy marcado, y sobretodo, tendentes a unos ámbitos de intereses, que, en el caso del cine sueco y noruego, casi siempre ha abarcado el mundo de la juventud.

    Kiss me, you fucking moron (traducido como “bésame, maldito idiota”) entra en esta corriente de desenfado juvenil como un torrente de aire fresco recién llegado del norte. La película recibió luz verde por parte del Instituto de Cine noruego después de que uno de sus miembros, Thomas Robsahm, recomendará el apoyo económico de dos cintas dirigidas a un target de público joven, rodadas en verano, y distribuidas en otoño. Y es que aunque la industria noruega haya sabido mantener una salud envidiable en sus propuestas, no es menos cierto que el control que mantienen sobre aquello que les representa es siempre consciente. Si uno se para a investigar descubrirá además que parte de la prosperidad de su cultura audiovisual está en haber sabido encontrar un punto de apoyo con el país vecino, Suecia, con la que mantiene una relación ambigua que, más allá de las coproducciones en cine y televisión, se ha trasladado a los propios discursos de algunas propuestas de ambos países. Sin ir más lejos, la reciente nominada a los premios del cine europeo Come, duerme, muere [crítica], transmitía, a través de su protagonista (Râsa), un resentimiento muy marcado hacia sus vecinos nórdicos. La propia Liv Ullman, mítica actriz del sueco Bergman, era noruega. Es interesante destacar esta colaboración continua, pues ilustra muy bien lo mucho que ambos países se necesitan, a pesar de que social y económicamente parezcan decirnos que están muy lejos. La emigración que tanto odiaba Râsa se intuye como una realidad en Escandinavia.

    por Unknown
    diciembre 24, 2013

    Crítica | Kiss Me, You Fucking Moron

    por Unknown | diciembre 24, 2013
    La vida secreta de Walter Mitty

    El sueño menos cómico de Walter

    crítica de La vida secreta de Walter Mitty | The Secret Life of Walter Mitty, de Ben Stiller, 2013

    Sueña el rico en su riqueza,
    que más cuidados le ofrece;
    sueña el pobre que padece
    su miseria y su pobreza;
    sueña el que a medrar empieza,
    sueña el que afana y pretende,
    sueña el que agravia y ofende,
    y en el mundo, en conclusión,
    todos sueñan lo que son,
    aunque ninguno lo entiende.

    Con semejante elocuencia reflexionaba Segismundo sobre la importancia de los buenos actos, sin importar el estatus social, mientras se preguntaba cuánto de realidad hay en la vida, y qué parte de todo lo que vemos es ficción. El calderoniano protagonista de La vida es sueño, vivía encarcelado por un padre obsesionado con las profecías que le advirtieron sobre la crueldad de su hijo, del mismo modo que Walter Mitty, desde su primera aparición en el cuento de James Thurber, vive atrapado en su aburrida y rutinaria vida, mientras su mente lo trasporta constantemente a diferentes y trepidantes aventuras que lo convierten, según la interpretación del soliloquio de Segismundo, en un intrépido aventurero reprimido. Ben Stiller realiza este remake de la película homónima de 1947 que, dirigida por Norman Z. McLeod, era a su vez adaptación del libro antes mencionado por lo que, a primera vista, carece de todo lo que representa la historia: imaginación y originalidad. Así, que sin estos elementos, el producto no pasa de ser una nueva comedia romántica más, pretenciosa, como la mayoría de las obras de este director y que, mediante una sucesión de imágenes que no resultan convincentes, trata de buscar una profundidad que deviene artificial. El modo de dirigir de Stiller, marcado casi siempre por la exageración, termina por ahogar cualquier esfuerzo para trasmitir algún tipo de emoción o valores al espectador, sus comedias usan la parodia como elemento satírico pero, al llevarlo todo hasta los extremos, resulta tan incoherente que es muy difícil de tomar en serio.

    La vida secreta de Walter Mitty

    No obstante, es de destacar el atrevimiento del realizador, ya que con esta cinta busca congraciarse con aquellos que tachan su trabajo de comedia absurda, para ello cambia de registro y trata de conseguir un resultado mucho más serio sin el repertorio caricaturesco al que sus personajes nos tienen acostumbrados. La película, aunque mantiene la esencia básica del libro sobre un personaje aburrido pero soñador, que anda mezclando fantasía y realidad en cada acción de su anodina vida, le añade ciertas variantes. En esta ocasión, Walter Mitty, que trabaja procesando las imágenes para la revista LIFE, está teniendo problemas para encontrar el negativo de la que será la portada del último número de la publicación impresa. Movido en parte por su intachable responsabilidad profesional y en parte por una compañera de oficina, a la que quiere impresionar, se verá involucrado en un sinfín de aventuras que sobrepasarán cualquiera de sus anteriores fantasías. Un filme mucho más sobrio que ninguno de sus anteriores trabajos y con ciertos destellos de calidad, que nos hacen pensar que, algún día, el director encontrará la idea brillante que lo reconcilie con sus muchos detractores. Sin embargo, no será en esta ocasión, ya que su valentía se superpone a la comicidad que tantos seguidores le había proporcionado, lo que unido a una puesta en escena que no resulta del todo atractiva, anula cualquier esfuerzo e inspiración artística por lograr una comedia romántica más trabajada.

    La vida secreta de Walter Mitty

    La historia resulta muy poco creíble, no en lo concerniente a la imaginación y la materialización de los sueños, que por otra parte es un tema demasiado trillado hoy por hoy como para abordarlo desde un enfoque tan ingenuo; sino porque ya hemos visto otros ejemplos en el cine de personajes con imaginaciones excepcionales, afrontados desde una perspectiva mucho más sugerente y sin caer en los fáciles recursos demagógicos. La ciencia del sueño de Michel Gondry (2006), o la formidable lección de originalidad que nos regaló un niño en la magnífica cinta de Jean-Claude Lauzon, Léolo (1992), como grandes ejemplos. Pero Ben Stiller ya no es ningún niño, ni un joven que nos despierte la suficiente empatía como para que entremos en su quimérico mundo. Un papel de fracasado asustadizo que ya conocemos de memoria por lo que, tras media hora de metraje, todo se vuelve demasiado predecible y las lecciones morales que pretende enseñarnos restan gran parte de una gracia que podría haber hecho la película más llevadera, por lo que la encaminan irremediablemente a un tedioso final que nos dejará indiferentes. Poco pueden aportar Kristen Wiig y Sean Penn —en un cameo tan fugaz que no le permite mucho margen de error—, dos de los cabezas de cartel de un reparto donde destaca un estupendo Adam Scott que, con su pedante y prepotente personaje, consigue las escenas más entretenidas de toda la cinta. Él será el encargado de asesorar y administrar el proceso de digitalización de la revista, en otras palabras, será la persona al mando de la reducción de personal. Un Ryan Bingham sin escrúpulos que ha olvidado el talante y las maneras que hacían al protagonista de Up in the air (2009), de Jason Reitman, ser objeto de disculpa por parte de los empleados a los que estaba despidiendo. No le hubiera venido mal un personaje así a Ben Stiller y el guionista Steve Conrad —En busca de la felicidad (2006)—, en la preproducción de esta comedia tan indolora como olvidable. Al menos, el aire naif que inundará la sala, nos ayudará a abstraernos, como el propio Walter Mitty, de la complicada realidad, aunque sólo sea durante dos horas. | ★★★★

    Alberto Sáez Villarino
    redacción Dublin

    Estados Unidos. 2013. Título original: The Secret Life of Walter Mitty. Director: Ben Stiller. Guión: Steve Conrad, (Novela: James Thurber). Productora: 20th Century Fox / Red House Entertainment / Truenorth Productions. Fotografía: Stuart Dryburgh. Música: Theodore Shapiro. Montaje: Greg Hayden. Intérpretes: Ben Stiller, Kristen Wiig, Adam Scott, Patton Oswalt, Shirley MacLaine, Kathryn Hahn, Sean Penn, Finise Avery, Joey Slotnick, Toshiko Onizawa, Adrian Martinez.

    Póster La vida secreta de Walter Mitty
    por Alberto Sáez Villarino
    diciembre 24, 2013

    Crítica | La vida secreta de Walter Mitty

    por Alberto Sáez Villarino | diciembre 24, 2013
    Michael Kohlhaas

    El mito perfecto

    crítica de Michael Kohlhaas | de Arnaud des Pallières, 2013

    La operación del director y co-guionista Arnaud des Pallières es transparente, aunque esto quizá sea involuntario: parte de la obra de Heinrich von Kleist para canonizar la figura de Hans Kohlhase, mercader que en plena Edad Media comenzó, casi sin quererlo, una revolución social. El personaje ficticio, Michael Kohlhaas, se mueve por emociones básicas que todos podemos entender –honor, venganza, justicia– y que se exponen machaconamente ante un espectador que sabe cómo va la cosa. Es el enésimo cuento de la persona que puede cambiar las cosas, íntegro hasta la médula y cuyas acciones no sorprenden. A pesar del buen hacer de Mads Mikkelsen, su “Michael Kohlhaas” es una idea, no una persona tridimensional. El corpus dramático de la cinta, por tanto, se diluye presa de un ritmo plúmbeo y una creciente sensación de sopor. 2 horas que pesan como una losa y que crucifican un mensaje pertinente.

    El metraje comienza cuando Michael Kohlhaas debe pagar como peaje a un barón una pareja de caballos porque así lo marcan las nuevas leyes. Cuando su empleado se cruza con los hombres del barón y sufre un ataque, Kohlhaas se acerca a su castillo para pedir explicaciones. La situación empeora cuando encuentra sus caballos en terribles condiciones y su llamada al Gobernador de la zona (un eficaz Bruno Ganz) resulta inútil. El Poder –representado en un puñado de personajes sin nombre– es intocable. El comerciante pagará el precio por no cesar en su intento de llevar a la justicia al Barón, y de la ira que esto provoca nacerá una revuelta social. Tiene una hija que no entiende bien la cruzada en la que su padre se ha metido, y que teme por su vida. Con razón. Porque la historia nos ha enseñado que los poderosos son muy grandes para ser derrotados. Pero el honor y el rencor ciegan a Kohlhaas, que llevará su idea hasta las últimas consecuencias.

    por Anónimo
    diciembre 21, 2013

    Crítica | Michael Kohlhaas

    por Anónimo | diciembre 21, 2013
    Tumba abierta (Open Grave)

    La reválida americana de López-Gallego

    crítica de Tumba abierta | Open Grave, de Gonzalo López Gallego, 2013

    No deja de sorprenderme el imparable desembarco de jóvenes y talentosos realizadores españoles en Hollywood, sin duda, una fuga de cerebros en toda regla. Y lo que resulta más curioso es que prácticamente todos lo han hecho cultivando un impecable cine de género (fantástico), con unas formas que en nada tienen que envidiar a los directores norteamericanos más comerciales. Juan Carlos Fresnadillo -28 semanas después (2007)–, Álex y David Pastor –Infectados (2009)–, Jaume Collet-Serra –La huérfana (2009)– o, próximamente, Juan Antonio Bayona –Guerra Mundial Z 2 (2014)– han demostrado con creces estar sobradamente preparados para jugar en primera división, más aún cuando disponen de los presupuestos adecuados para plasmar sus historias con mayor brillantez técnica. Gonzalo López-Gallego dio lo mejor de sí en su tercera película rodada en España, El rey de la montaña (2007), un angustioso vehículo de suspense rodado casi íntegramente en escenarios naturales. Ya en aquella obra protagonizada por Leonardo Sbaraglia y María Valverde, el director hizo gala de una gran sabiduría para jugar con su público, gracias a un virtuosismo técnico poco común y un ritmo narrativo intachable. Era solo cuestión de tiempo que se fijaran en López-Gallego desde el otro lado del charco. Su debut americano con Apollo 18 (2011), aventura de ciencia ficción que se apuntaba al carro de la moda sobre material encontrado que últimamente inunda las pantallas, pasó con más pena que gloria a su paso por los cines, además de cosechar unas críticas unánimemente nefastas. Open Grave (2013) supone su segunda oportunidad para demostrar su talento y, ciertamente, ha sido mucho mejor aprovechada que la anterior.

    Ya desde la primera (y magnífica) escena, aquella en que un desconcertado Sharlto Copley se despierta en una enorme fosa común, rodeado de multitud de cadáveres, sin recordar quién es o cómo ha llegado hasta allí, López-Gallego agarra al espectador por el cuello para no soltarlo durante la siguiente hora y media de metraje. A continuación, comienza un inquietante juego en el que distintas personas sin aparentes lazos de unión entre sí tienen que averiguar qué les ha llevado a despertarse en una casa en medio del bosque, sin memoria –apenas recuerdan sus propios nombres– y con unos extraños trastornos de comportamiento. Cuatro hombres y dos mujeres (una de las cuales es una enigmática asiática que no puede hablar) puestos al límite en unas circunstancias bastante similares a las vistas en otros pasatiempos del estilo de Cube (Vincenzo Natali, 1997), Identidad (2003), Saw (James Wan, 2004), Exam (Stuart Hazeldine, 2009) o la popularísima serie de televisión Perdidos, con la que guarda no pocas similitudes en la dosificación de las pistas que van desgranando poco a poco el rompecabezas. El cada día más en alza Sharlto Copley, que parece haberse especializado en cine fantástico tras sus intervenciones en District 9 (2009) y Elysium (2013), ambas de Neill Blomkamp o Europa One (2013) de Sebastián Cordero, encabeza el reparto del filme, ofreciendo una lograda interpretación. Del resto de actores, menos conocidos, destaca el trabajo de Josie Ho, capaz de transmitir muchísimas emociones únicamente con la mirada.

    por José Martín León
    diciembre 21, 2013

    Crítica | Tumba abierta (Open Grave)

    por José Martín León | diciembre 21, 2013
    Mother of George, de Andrew Dosunmu

    Melodía sui géneris

    crítica de Mother of George | de Andrew Dosunmu, 2013

    Nueva York es la capital del melting pot, la ciudad multicultural por excelencia, y el cine ha sabido sacar provecho de ello. Desde los dramas más indignantes hasta las comedias más burlescas, ya sean políticamente correctos o incorrectos según por donde se mire, pasando por géneros más fantásticos e inesperados o cintas más humildes y templadas, muchas han sido las películas que han explotado los obstáculos minoritarios y las costumbres exóticas que rodean a extranjeros de nacimiento viviendo en suelo americano. Pero siempre en interrelación con los ciudadanos neoyorkinos, ya sea en un plano de amistad o enemistad, de amor o de odio… Pues como se ha adelantado, de esa dinámica es de donde surge el conflicto. Y aquí es donde destaca a primera vista la segunda película del nigeriano Andrew Dosunmu, Mother of George (2013). En efecto, en ella se centra en las vivencias de una pareja recién casada, de origen igualmente nigeriano y residente en Brooklyn, pero sin salirse nunca del marco de la relación entre ellos, o entre otros miembros de la familia o con algún compatriota de la misma etnia. En otras palabras, no hay ningún personaje de la trama que no sea nigeriano, por lo que el contexto social americano, más allá de la propia ciudad en la que se desarrolla la historia, queda reducido a multitudes silenciosas e impasibles de extras en los contados planos generales de transición de exteriores en los que la cámara sigue a alguno de los protagonistas caminando.

    Una conclusión precipitada que se podría sacar de este tratamiento novedoso es que estos personajes viven en una especie de gueto, enclaustrados en sus reglas y sus tradiciones, y sólo salen contadamente de él por necesidad. En este sentido, si bien Dosunmu se cuida de realzar todos estos elementos autóctonos, desde el colorido vestuario hasta las pautas ceremoniales, pasando por la especiada gastronomía o la mentalidad conservadora, nada indica que sus miembros quieren vivir desconectados de su entorno. De hecho, la perspectiva que parece querer transmitir Dosunmu es más bien la de una comunidad que aún respetando al máximo sus costumbres, quiere integrarse de la manera más natural posible en el hábitat en el que le ha tocado convivir. No hay por ello rastro de fanatismo ni de enfrentamiento subyacente con dicho hábitat. Hay una especie de invisibilidad recíproca: no sólo los americanos no aparecen con un papel propio en la trama, sino que se muestran extrañamente indiferentes a la apariencia exótica de la mujer interpretada por Danai Gurira, algo que en el fondo muestra una sana aceptación implícita y que adelanta la propia aceptación que debe generar en el espectador la motivación que empuja a dicha mujer, por mucho que pueda parecernos chocante. Para mayor claridad, cabe apuntar que este drama, que no puede sino calificarse de familiar, se desarrolla por el camino del conflicto entre un hombre apuesto y seguro y una mujer enamorada y fiel cuando se va sospechando que el primero no puede tener hijos, algo especialmente deshonroso y trágico en este marco. 

    por Ignacio Navarro
    diciembre 21, 2013

    Crítica | Mother of George

    por Ignacio Navarro | diciembre 21, 2013
    The Deep

    Horror en un mar poco profundo

    crítica de The Deep (Lo profundo) | Djúpið, de Baltasar Kormákur, 2012

    La enésima producción sobre la supervivencia tiene origen islandés y se titula The deep, una obra sencilla sobre la batalla que un sujeto muy especial, víctima del hundimiento de su barco pesquero, libra contra las adversas condiciones meteorológicas y contra un mar helado y despiadado. El "cine de supervivientes" va ganando peso con el paso del tiempo y cuenta con un número de ejemplares que va acrecentándose año tras año. En la actualidad, es común que se proyecten simultáneamente dos producciones sobre hombres que se enfrentan al peligro contra su voluntad, por obra del destino y la fatalidad. También es común que prestigiosos directores, como Danny Boyle (para mencionar la popular 127 horas), lleven adelante proyectos de estas características. Es un tipo de producción que da al cine una nueva función: la de servir al espectador como una religión, como algo en lo que se puede creer o no. Cuando los personajes se enfrentan con la muerte, y sobre todas las cosas cuando consiguen esquivarla, burlarla o postergarla, los espectadores (testigos) comienzan a analizar el acontecimiento en función de lo que consideran o no real. Algunos se dejarán llevar por la fe, elogiarán una experiencia religiosa y determinarán que lo ocurrido es, en efecto, real. Otros escépticos, por el contrario, pensarán que hay en la leyenda una dosis bastante grande de exageración, propia de toda anécdota protagonizada por un hombre que se codea con los héroes por sus virtudes. Lo cierto, es que The deep da inicio a su propia historia con la advertencia de que ese personaje, en realidad, está inspirado en otro que ha existido. Por ello, la veracidad (o no) de lo que se narra adquiere cierto “protagonismo”, acaba volviéndose un punto de apoyo para el filme, y quizá el único.

    Pero si de sobrevivir se trata, más allá de toda discrepancia que la crítica pueda llegar a tener alrededor de numerosas cuestiones, es difícil que no esté de acuerdo en que una película no puede sostenerse únicamente como leyenda destinada a ser aceptada o rechazada por los espectadores. Sería tonto pensar que hay artistas que esbozan una obra con el propósito de dividir a la audiencia. Mucho más tonto es que los artistas efectivamente lo hagan. Toda obra de arte, desde el momento en que se hace pública, queda sujeta a la interpretación de quienes la contemplan. Y de esta interpretación se sobreentiende, claro, la negación y el rechazo producto de la falta de credibilidad, entre otras cosas. Pero esas obras de arte tienen, además, otro fin. No importa cual sea, pero sí importa que exista. La deliberada finalidad es la que puede convertir una expresión ininteligible en un gesto milagroso. Y aun cuando esa finalidad sea el mero entretenimiento, al modo que lo presenta la industria cinematográfica de países como Estados Unidos, basta para no enterrar al filme en tierra de nadie.

    por Anónimo
    diciembre 21, 2013

    Crítica | The Deep (Djúpið)

    por Anónimo | diciembre 21, 2013
    Only Lovers Left Alive, de Jim Jarmusch

    La insoportable (y deliciosa) levedad del no-muerto

    crítica de Solo los amantes sobreviven | Only Lovers Left Alive, de Jim Jarmusch, 2013

    Hace años que Jim Jarmusch no es el que solía ser. Desde Ghost Dog (1999), y con la excepción de Flores rotas (2005), andaba perdido, y el comentario habitual era que "había perdido su toque". Los límites del control (2009) fue un despropósito mayúsculo, y hubo quien se apresuró a afirmar que la carrera del director de Ohio estaba muerta y enterrada. Quizá por eso, Jarmusch ha decidido volver al cine de la mano de una pareja de no muertos, que en el fondo, retratan bastante bien la carrera cinematográfica de Jarmusch: extraños, melancólicos, hermosos... y no al alcance de cualquiera. Only Lovers Left Alive es una película cuyos diálogos y referencias requieren del espectador una cierta base cultural; sin embargo, también se burla, en ocasiones despiadadamente, de aquellos que la tienen (o al menos de los que presumen de tenerla), y, en buena medida, del público objetivo de su director. Ese vampiro emo, resabiado y asqueado con el mundo al que encarna Tom Hiddleston sólo puede ser entendido como una pulla de Jarmusch a sus espectadores. Ni vosotros sois tan listos, ni el resto del mundo tan estúpido, aunque os convenzáis cada día de lo contrario.

    Los protagonistas de Only Lovers Left Alive son dos vampiros que han rondado por la Tierra desde tiempos inmemoriales, y que responden a los muy significativos nombres de Adam (Hiddleston) y Eve (Swinton). Cuando los encontramos al principio de la película, él se encuentra en Detroit, y ella en Tánger. La profunda depresión y creciente asqueo de Adam con el mundo provocarán su reencuentro, justo a tiempo para que la hermana de ella, Ava (Wasikowska), haga acto imprevisto —y no deseado— de aparición, poniendo sus vidas patas arriba. Puede parecer un resumen argumental poco preciso, pero es que, en realidad, poco más sucede. Only Lovers Left Alive no es una historia de vampiros trepidante, sino lánguida y, en cierto modo, introspectiva. Lo importante no es lo que sucede, sino sus diálogos, sus puntos de vista —que, en muchas ocasiones, no dejan de ser los que Jarmusch ha expresado más de una vez—, y, sobre todo, su impagable, delicioso y malvado sentido del humor, que gana enteros cuanto más impasibles y fríos se muestran sus dos protagonistas.

    por Unknown
    diciembre 21, 2013

    Crítica | Solo los amantes sobreviven

    por Unknown | diciembre 21, 2013

    Cómplices en la fragilidad

    crítica de Sobran las palabras | Enough Said, de Nicole Holofcener, 2013

    Fue una explosión mayúscula de juventud. Un latido repitiéndose a mil por hora con arrítmica cadencia. Después, juegos y confesiones y silencios trémulos en lugares insospechadamente alejados y próximos a su vez. Os sentíais en una nube sin rumbo ni paradas, a placer y sin intereses que —luego, a continuación— acabarían cobrándose la peor factura: el hábito de soportar al otro. Esa cara, ese cuerpo, esos ronquidos, ese qué sé yo indescifrable que nos hace "ser" y nunca, jamás, a imagen y semejanza del otro. Aquel estado de éxtasis semiinconsciente que a menudo cristaliza en la sagrada institución del matrimonio. Hasta que la parca o la hipoteca (una forma de asesinato, o la muerte en vida) os separase, con la autoridad santiguándose o rellenando un simple formulario en un despacho no tan decimonónico, concluyendo "yo os declaro marido y mujer". Tú y tú. Plenitud incandescente. Todo iba bien y brillaba un sol muy propicio para hablar de metáforas que desembocan en tragedias. Y a veces, sólo a veces, incluso en bostezos de oso-hombre que muta categóricamente en sociópata adicto a los cannoli, a la pasta fría en tuppers y cubierta con papel de aluminio sobre estalagmitas de mozzarella rallada y escurridizos espaguetis que se escurren entre unos labios rojos como tomates. Aunque no era tal el caso. Porque vosotros, ay, decidisteis revitalizar el tópico de la pareja (im)perfecta. Tú, mujer poetisa. Tú, hombre historiador televisivo. Tú, mujer masajista de pelo negro. Tú, señor empresario admirablemente formal. Os casasteis a los treinta y pocos (ese pico sin vértice que nunca importa pero sí, porque la gravedad estira hacia abajo y sus efectos son cada vez mayores y más visibles cumplidos ya los treinta y muchos) y rápidamente tuvisteis una hija guapa y saludable. Erais felices, o todo lo felices que cabía esperar tras seis, quizá ocho años de matrimonio bajo el mismo techo. Nadie regala nada y las instituciones tienden a caer grave y lentamente cual asteroide perdido en un sistema sin sol. Apenas un foco irradiando luz negra. Ley de vida, os dijeron: naces, te desollas las rodillas, te enamoras y, con suerte, aún vives para contarlo sin haber querido. O para querer sin contarlo.

    por Anónimo
    diciembre 20, 2013

    Crítica | Sobran las palabras

    por Anónimo | diciembre 20, 2013
    Gente en sitios, de Juan Cavestany

    Francotirador de la (en) crisis

    crítica de Gente en sitios | Juan Cavestany, 2013

    El mundo se reduce a un simulacro interrumpido por lo vagamente factible. Ese mundo, anónimo y mínimo y convencional, ha dejado de existir. Y nosotros, ya sin estímulos reales desde la primera zancada que nos impulsó, con él. Hemos desaprendido a beber, a dormir, a empatizar con el compañero de turno, a sonreír aleatoriamente y a sufrir con elegancia; a reaccionar ante la acción hecha jirones y sin respiro, e incluso a ser "alguien en esta puta vida". Sin tener que arrojar pedruscos sobre aquel tejado con goteras que aún resiste la fina lluvia de cualquier mes básicamente húmedo. Por no tener, no tenemos ni para pan; ni para ensoñaciones en oferta 2x1 fosforescente con tipografía adusta pero muy legible. Y, para colmo, no hay nadie. Sólo un señor con bigote que mira a su alrededor en busca de algún signo de vida humano. Alguna persona a quien mirar mientras vuelve a casa. Un sonido. Un rumor de fondo. Una interferencia proveniente de una parabólica inabarcable y fuera de nuestro espectro visible. Lo que sea, ya, ahora. Pero no. Aquí, el show no es reality ni de Truman. Las calles están vacías o abandonadas y, tras una elipsis, el señor con bigote (Julián Villagrán) observa la intensa quietud desde la ventana de su dormitorio y le dice a su aún adormecida novia: "No hay nadie". Afirmación verbal sobre reafirmación visual: no hay un cristo. O sí. "Ah, sí", señala enseguida, "hay alguien". Y se calla. Y desparece por corte. Y la soledad más atemorizante trasunta humor negro. Terror onírico-lynchiano. Feísmo dadaísta. Absurdez. La mayor sinrazón dentro de una gran infrarrealidad mórbida. Con matices imposibles: licor agridulce, pero sin dulzura. Y con pausa. Láaanguidamente. Y entonces, en el mismo instante en que tú, reflejo material en la sala oscura, decides reír demasiado pronto y a voz en grito cuando deberías estar barriendo tus miserias, el antes periodista y ahora —desde 1999— cineasta Juan Cavestany reitera su atracción por la terapia a través de una catarsis silente y, sin embargo, sufrida como el peor antibiótico.

    Cavestany se rodea así de una pléyade actoral primorosa, cuya presencia en este filme podría identificarse en distintos planos. El más obvio, al menos por lógica artística, responde —quiero pensar— a la identificación con esos grandes actores, llámense Maribel Verdú o Eduard Fernández o Alberto San Juan, o incluso el aquí caricaturesco Coque Malla, a quien el encuadre parte en dos el rostro, enseñando a duras penas boca y nariz, con el remanente de ciertos docudramas. Una decisión, la del casting, motivada no sólo por las filias profesionales sino por algo aún más intangible. Es decir, la conexión con el público y su monótona realidad. Un público que, intuyo, sumará fieles gracias al soporte doméstico (VOD y DVD), donde Cavestany y sus (des)humanizados podrían completar todo un ciclo perdurable, obteniendo ya —al fin— el aplauso nervioso de un sector que vive por y para el eslogan, para los tres o cuatro títulos que, al final, figuran entre "¡lo mejor del año!". Porque generan ruido y su eco los beneficia en esa carrera de "lobos feroces". Y después, qué más da. Al fin y al cabo, el cine también es y será siempre la mejor medicina contra la amnesia. Hoy, un ideario inflamable y una cámara-bisturí. El cadalso de la modernidad alejándose en el horizonte, en la carretera de Toledo. O tal vez en un bazar chino a donde ir a comprar huchas de Hello Kitty; también palas y fregonas y figuras decorativas y marcos de foto y cualquier mierda más o menos imaginable. Hasta un martillo para crujir este plano existencial. Pidan por esa boca y escuchen la Interferencia. Apunten la barbilla hacia el cielo, como el abstraído y catatónico Santiago Segura, mochila —y martillo— en mano, en aquella gasolinera atestada de coches. No hay vuelta atrás. Esto se acaba y, después, se reinicia. Debes prestar atención y cerrar esa boca entreabierta y babeante. La gente es gris, es idiota, es vulgar, es triste, es... Vital, claro . Tú, yo, tu vecino, todos sin distinción pero con privilegios que marcan la diferencia. La gente es decadente y somos siete mil millones a lo largo y ancho del mapamundi. La gente, esa gente que está ahí sin saber por qué (aunque dan asco y amenazan nuestra confortable rutina), cubre además una cuota ineludible: la del adobo. A saber, ropa vieja y bocatas de sardinas y café en termos. Hay gente por todas partes, llenando vacíos inservibles, y nunca sabrán quién eres. Ellos juzgan, tú te doblegas. Y, así, aturdidos como moscas bañadas en insecticida, pasamos el tiempo. En la zona gris que anhela todo zapador falto de historias, Gente en sitios tiene la convicción de que no hay convenciones si el fondo rescata diversas partes entumecidas. Porque, he aquí un dolor agudo, podemos no cambiar nunca o cambiar ochenta veces sin importarle al resto, como esa mujer que se sienta frente a su hastiado marido y le dice: "Me he hecho un trasplante de cara. (...) Ya no sé qué hacer para llamar tu atención". Sic.
    Menuda época.
    Qué aborto social.
    Qué circo de pulgones, Cavestany.
    ★★★

    Juan José Ontiveros
    Madrid.

    [+] Entrevista a Juan Cavestany, director de Gente en sitios.
    [+] Reseña de Gente en sitios, por Álvaro Martín (Seminci 2013).
    [+] Reseña de Gente en sitios, por Ginebra Bricollé (Sitges 2013).

    España, 2013. Guión, dirección y fotografía: Juan Cavestany. Reparto: Maribel Verdú, Adriana Ugarte, Alberto San Juan, Antonio de la Torre, Santiago Segura, Coque Malla, Ernesto Alterio, Javier Gutiérrez, Carlos Areces, Irene Escolar, Julián Villagrán, Raúl Arévalo, Roberto Álamo, Eva Llorach, Eduard Fernández, Javier Botet, Tristán Ulloa, Diego Martín.

    Gente en sitios cartel
    por Anónimo
    diciembre 19, 2013

    Crítica | Gente en sitios

    por Anónimo | diciembre 19, 2013

    Crisol vimanarense

    crítica de Centro Histórico, de Aki Kaurismäki, Pedro Costa, Víctor Erice & Manoel de Oliveira, 2012

    Todo empezó cuando el pasado 2012 la ciudad portuguesa de Guimarães (distrito de Braga) fue elegida como Capital Cultural Europea. Momento en el cual, a algún geniecillo bien trajeado se le ocurrió la feliz idea de hacer una película ambientada en la ciudad de cara a promocionarla. Lo que se conoce como publirreportaje de encargo, género que, con tanto disimulo y tan buenos resultados, ha tratado Woody Allen en los últimos años. Para ello, en Centro Histórico se recurre a la fórmula del cortometraje, la misma que ya habían usado Scorsese, Coppola y el propio Allen en Historias de Nueva York (1989) y que explotara años después la coral Paris Je’t’aime (2006). Sin embargo, como puede verse a simple vista, el principal problema de base es que la ciudad lusa no es ni distintiva, ni mundialmente conocida. Problema que se creyó solucionar fichando a cuatro directores europeos de renombre: Aki Kaurismäki, Pedro Costa, Victor Erice y Manoel de Oliveira. Sin embargo, si echamos una vista a la mencionada cinta de la Gran Manzana, los tres realizadores conocen y aman la ciudad profundamente, mientras que en Paris Je t’aime se entrelazaban con naturalidad historias de amor bien enclavadas desde distintas perspectivas con la ciudad de la luz como perfecto telón de fondo. La pregunta es clara, ¿cómo van a tener una identificación con Guimarães tanto el director finlandés como el español? Y la respuesta es muy sencilla, el primero narrando una historia universal que ocurre en Portugal como bien podría ocurrir en su país natal y el segundo sumergiéndose en el terreno del documental, donde no es su voz la que habla, sino la de los habitantes de una vieja fábrica de la ciudad. La paradoja es que finalmente son estos dos directores los que consiguen mantener la obra a flote, siendo los cortos de Costa y de Oliveira productos sin alma; el del primero por su irritante ambigüedad y el segundo por todo lo contrario, su simpleza y su falta de pretensiones.

    por Unknown
    diciembre 19, 2013

    Crítica | Centro Histórico

    por Unknown | diciembre 19, 2013

    «¿Dónde reside la justicia? ¿Qué es la libertad? ¿Hay una justicia objetiva y quién es el que tiene este conocimiento? Preguntas tan antiguas como las sociedades humanas. El antiguo mito griego de Antígona es la primera escrita obra de arte, tratando de responder a esta pregunta. ¿Para cuánto tiempo puedes cerrar los ojos y cuánto te puedes aguantar antes de aceptar, que te estás convirtiendo en nada más que un esclavo? Los antiguos griegos fueron muy claros sobre este tema. La vida de un esclavo es una vida que no vale la pena vivir. "A" es una obra sobre la libertad. Libertad Interior.»

    Nos llega el primer adelanto de la nueva creación de Stathis Athanasiou, un director muy especial para EAM. El cineasta heleno fue una de nuestras primeras entrevistas. Un hombre tan complejo como cercano que personifica, junto con otros realizadores coetáneos, el auge del cine de griego. Su primer proyecto, la irregular DOS se pudo ver en la pasada edición del Atlántida Film Festival. Su segundo trabajo, mucho más ambicioso, tendrá una doble representación: cine y teatro. Por esta segunda vía recorrerá España, y a través de las tablas dedicadas a la dramaturgia clásica conoceremos el significo de Alpha. Esa «A» que encabeza un filme que promete no dejar ningún tipo de indiferencia. El teaser así lo sentencia. El primer tráiler de larga duración, ya nos avisa Stathis, será «un disparo de ametralladora». Estaremos atentos.

    texto| Stathis Athanasiou y Emilio Luna.
    fuente| Alpha Movie

    por Redacción EAM
    diciembre 19, 2013

    Hellas | Primer teaser de «Alpha», de Stathis Athanasiou

    por Redacción EAM | diciembre 19, 2013

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