|| Críticas | Cannes 2025 | ★★★★☆
La ola
Sebastián Lelio
Conseguir una nota, entonar un lamento
Ignacio Navarro Mejía
Cannes (Francia) |
ficha técnica:
Chile, España, 2025. Título original: «La ola». Dirección y guion: Sebastián Lelio. Compañías: Fábula, Fabula Chile AIE, Need Productions. Festival de presentación: Festival de Cannes 2025 (Competición Oficial). Distribución en España: [Información no disponible]. Fotografía: Sofía Oggioni. Montaje: Soledad Salfate. Música: Matthew Herbert. Reparto: Una Kiriké, Juan Carlos Maldonado, Maribel Verdú, Alfredo Castro, Dolores Fonzi. Duración: 107 minutos.
Chile, España, 2025. Título original: «La ola». Dirección y guion: Sebastián Lelio. Compañías: Fábula, Fabula Chile AIE, Need Productions. Festival de presentación: Festival de Cannes 2025 (Competición Oficial). Distribución en España: [Información no disponible]. Fotografía: Sofía Oggioni. Montaje: Soledad Salfate. Música: Matthew Herbert. Reparto: Una Kiriké, Juan Carlos Maldonado, Maribel Verdú, Alfredo Castro, Dolores Fonzi. Duración: 107 minutos.
El cineasta chileno Sebastián Lelio, ya con extenso recorrido festivalero, vuelve a Cannes para presentar una película inspirada en dicho acontecimiento, titulada oportunamente La ola. Esta ola, circunscrita a un lugar y un estrato social determinados, puede abarcar sin embargo casi todas las corrientes del feminismo, pues entre las mujeres implicadas sigue habiendo diferencias de condición y pensamiento. Dicho de otra manera, su edad y entorno comunes no son óbice para que cada una asuma una personalidad propia, que en el trato y consideración con el sexo opuesto genera conflictos únicos. La protagonista, en este sentido, parece algo disociada de sus compañeras, a priori reacia a involucrarse en sus peticiones y protestas, aunque pronto se mete de lleno en ellas no por voluntad sino por naturaleza o inconsciencia. Este giro se revela con un temprano interludio musical, género que en efecto trasciende la imagen que damos ante los demás para revelar su lado oculto, desahogado y catártico.
Cuando uno canta puede comunicar lo que siente de una manera en que sería incapaz mediante una conversación cualquiera, por lo que recurrir al musical para dar voz a las víctimas de violencia de género resulta, pese al desconcierto inicial, oportuno y consecuente, lo que aquí se justifica además por la carrera de música que cursa la protagonista. De hecho, la película solo entra de lleno en el musical en su última parte, cuando el personaje principal toma también la delantera en la protesta, atando los cabos sueltos del metraje anterior (algo errático, todo sea dicho) con desaforado virtuosismo, incluido un paréntesis metalingüista que exime al propio director de simplificación en el mensaje. Pero el tratarse de un musical también motivaría este acercamiento algo sintético en el delicado tema, incluso anticuado, lo que en cualquier caso no está reñido con la profundidad de lo narrado. Esto tiene además una correspondencia siempre elevada a nivel técnico (la planificación y el montaje son intachables) quedado un conjunto llamativo, ambicioso, algo cuestionable pero efectivo y con escenas muy memorables, que serán al fin y al cabo lo que más recordaremos… por supuesto junto con el calado de una denuncia que nunca puede olvidarse si se quieren cambiar las cosas. ♦
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