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    Crítica | Joven y bonita

    Jeune & jolie

    OTRA MANERA DE RECREARSE EN EL DESEO CARNAL

    crítica de Joven y bonita | Jeune & Jolie, François Ozon, 2013

    48º Festival de Karlovy Vary

    François Ozon tiene ya bastantes películas a sus espaldas y goza de cierto reconocimiento, pero casi siempre había estado en un segundo plano en nuestro país hasta que el año pasado estrenó En la casa (2012). Ganadora de la Concha de Oro en el festival de San Sebastián correspondiente, la película tuvo una gran recepción y consiguió una buena distribución y exhibición en España, familiarizando a muchos de sus espectadores con el estilo cálido y romántico de Ozon y con sus temas recurrentes sobre la sexualidad prohibida y los lazos familiares. Además, en este caso partía de una obra de teatro del español Juan Mayorga, aunque trasladándola a su terreno, para elaborar un ácido y fluido estudio del intelecto manipulador de un estudiante que encandila a su amargado y lúcido profesor. El éxito del filme fue pues manifiesto y levantaba fundadas expectativas sobre el siguiente proyecto del cineasta galo, permitiéndole además presentarlo en un festival incluso superior como es el de Cannes. Sin embargo, Jeune & jolie (Joven y bonita), pues así se titula su último trabajo, no ha sido acogida con tanta benevolencia al otro lado de los Pirineos, aunque para muchos siga siendo un esfuerzo llamativo. En mi opinión tampoco está a la altura de su anterior largometraje, pero tiene varias cualidades que la convierten en una cinta atractiva y sugerente.

    En ella Ozon nos narra las experiencias en torno al descubrimiento sexual de una adolescente de diecisiete años, dividiendo el relato en cuatro episodios correspondientes a las cuatro estaciones del año, introducidas y envueltas a su vez por sendas canciones francesas pasadas de moda. Tal división no es caprichosa porque se corresponde con el estado de ánimo y el punto del drama que procede en cada una de esas partes, empezando con el calor desnudador del verano y acabando con la ingenua esperanza de la primavera. Pero el foco casi siempre está puesto en esa protagonista, llamada Isabelle, para quién la pérdida de la virginidad y las consiguientes aventuras eróticas pierden todo romanticismo, desviando su placer hacia algo mucho más calculado. En efecto, Isabelle no disfruta per se con sus sucesivos encuentros amorosos, sino que encuentra la excitación y la satisfacción en el juego que para ella supone preparar dichos encuentros. Por ello enseguida toma la decisión de dedicarse a la prostitución selecta, a escondidas de sus padres y su hermano pequeño, a través de una página web que ha diseñado y de los mensajes de texto que recibe en un segundo móvil. Tal actividad no la realiza entonces por presión ajena ni por necesidad económica (aunque le guste acumular billetes en un armario), sino por su carácter tan lúdico como peligroso que ella se siente en disposición de controlar.

    Jeune & jolie

    La película tiene pues un alto contenido erótico, aunque siempre esté tratado con delicadeza, sin que tales escenas resulten de alguna forma gratuitas ni desprendan un innecesario aire precario como ocurre en muchas películas, pues no tienen un tono diferente al del resto de secuencias. Efectivamente, estas consisten en gran parte en conversaciones entre la protagonista y su familia que casi nunca tratan sobre temas triviales sino que guardan una relación directa con esas aventuras sexuales que rápidamente se convierten en la razón de ser de la adolescente. En este sentido, la insipidez de la actriz que la encarna, la joven modelo Marine Vacth, no revelaría tanto sus escasas técnica o formación sino que supondría un afortunado ingrediente, transmitiendo el vacío que ella siente y que debe colmar sin apoyo ajeno ni instrucciones previas. El filme evita pues tocar temas de disfuncionalidad familiar o desviar la atención hacia otros conflictos: toda la narrativa se construye alrededor de esa peligrosa actividad seductora, de la que la familia es informada después de que a uno de los clientes de Isabelle le de un infarto en pleno coito. Sin embargo, tanto este dato como la difusión de esa vida paralela de Isabelle permiten antes reforzar el contenido desenfadado y humorístico de la cinta que encaminarla hacia un dramatismo más violento y sensacional.

    Antes de ello, la pubertad del hermano (Fantin Ravat) de la chica o el enamoramiento de quién supuestamente es su mejor amiga son elementos secundarios tan útiles para añadir otros puntos de vista sobre ese tema constante de la película como para dar entrada a momentos que provocan sonrisas o carcajadas: ya sea el diálogo franco y desinhibido de los dos hermanos sobre lo que opinan del sexo opuesto; ya sea el comentario de la mencionada amiga acerca de la ignorancia de Isabelle sobre lo que se siente al hacer el amor por primera vez, cuando es ella la que ignora lo que Isabelle ha estado haciendo desde la vuelta al instituto… Realmente, solo su madre (Géraldine Pailhas) reacciona con escándalo cuando se le hace partícipe de la noticia, pues su pareja es el padrastro (Frédéric Pierrot) de sus dos hijos y su actitud es tan razonablemente seria como imposible de tomar en serio. De esta forma, estamos ante una película antes que nada entretenida y coherente, no exenta de interpretaciones socialmente críticas pero en el fondo intencionada y alegremente limitada tanto en su género como en su alcance. Al no ser tampoco tan pulida e ingeniosa como En la casa, acaba siendo un trabajo en definitiva menos memorable, aunque indudablemente cuente con el sello de Ozon pues éste sigue demostrando su talento para combinar con soltura dos tratamientos a priori enfrentados: el elegante y el pasional. Adjetivos que, por otra parte, también definen el enigmático comportamiento de Isabelle. | ★★★★★ |

    Ignacio Navarro.
    enviado especial a la República Checa | crítico cinematográfico.

    Francia, 2013. Director: François Ozon. Guion: François Ozon. Productora: Mandarin Films. Presentación: Festival de Cannes 2013. Fotografía: Pascal Marti. Música: Philippe Rombi. Montaje: Laure Gardette. Intérpretes: Marine Vacth, Géraldine Pailhas, Frédéric Pierrot, Fantin Ravat, Johan Leysen.

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