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    SESIÓN DOBLE | SUPERMAN (1978)

    Superman: la película, de Richard Donner
    ¿ES UN PÁJARO? ¿ES UN AVIÓN?...
    Superman: la película | Superman: The Movie, Richard Donner, 1978

         Hay que reconocer que en los últimos tiempos, el cine le ha tomado el pulso al arte de trasladar a los superhéroes de las viñetas a la gran pantalla. Pese a unos pocos fallidos intentos -Spawn (1997), Daredevil (2003) o Catwoman (2004)-, el nivel general de las últimas propuestas de este subgénero ha sido bastante notable. Desde el tríptico sobre Batman, magistralmente dirigido por Christopher Nolan a la imprescindible saga sobre los X-Men, pasando por Iron Man, Thor o El capitán América -todos reunidos en la estupenda Los vengadores (2012)-, hemos asistido a una mejoría de este tipo de guiones que, aun siendo blockbusters diseñados para arrasar en las taquillas, han sabido equilibrar a la perfección el espectáculo con ciertas ambiciones artísticas. Pero he de confesar que, por mucho que hayan avanzado los efectos especiales o por mucha trascendencia que se le quiera dar a estas películas, una obra que siempre tendrá un puesto de honor en mi corazoncito cinéfilo es esta Superman (1978), de Richard Donner.

    Creado en 1934 por Jerry Siegel y dibujado por su amigo Joe Shuster, el personaje del Hombre de Acero (como también se le conoció popularmente) pronto saltó de los cómics DC al cine, empezando con la serie de cortos animados dirigidos por Dave Fleischer. En 1948, un serial de 15 episodios, protagonizado por Kirk Alyn demostró que también era posible una versión con actores de carne y hueso. Sin embargo, el Superman más popular llegó durante la década de los 50, con los rasgos físicos de George Reeves. Su serie Las aventuras de Superman permaneció en antena entre 1952 y 1958 con gran éxito, combinándola con puntuales mediometrajes que hoy en día son auténticas piezas de coleccionista. Pero habría que esperar hasta finales de los 70, cuando el cine de catástrofes estaba dando los últimos coletazos después de taquillazos como El coloso en llamas (1974) o Terremoto (1974), para que la Warner se decidiera a invertir la mastodóntica cifra de 55 millones de dólares en construir la versión cinematográfica definitiva sobre el mítico héroe. La fórmula iba a ser muy similar a la de las películas catastrofistas: efectos especiales de última generación, espectaculares escenas de destrucción masiva y un reparto repleto de estrellas del celuloide, en el que se alternaban estrellas del cine clásico (Marlon Brando, Glenn Ford) con nombres de moda de la época (Gene Hackman había ganado el Oscar al mejor actor en 1971 con The French Connection). La dirección de este proyecto le fue ofrecida en un principio a Steven Spielberg, que en aquel momento se encontraba en la cresta de la ola con sus éxitos consecutivos de Tiburón (1975) y Encuentros en la tercera fase (1977), pero ante la desorbitada cifra que exigió como salario, el trabajo acabaría en manos del más modesto Richard Donner, que venía de estremecer al mundo entero con La profecía (1976).

    Uno de los mayores retos de Superman fue encontrar a ese protagonista perfecto, capaz de combinar un físico atlético con el suficiente carisma para cargar sobre sus hombros con semejante proyecto. Sin duda, la elección de Christopher Reeve fue clave para el éxito de la película. Un casi perfecto desconocido que desbancó a actores de la talla de Clint Eastwood, Nick Nolte o Sylvester Stallone y logró el papel por el que sería siempre recordado hasta su triste fallecimiento en 2004. Lo mismo se le puede aplicar a la estupenda Margot Kidder, conocida por algunas cintas de terror como Hermanas (1973), de Brian De Palma o Navidades negras (1974), de Bob Clark, que vería crecer su popularidad hasta cotas inimaginables gracias a su excelente caracterización de Lois Lane. Hay que destacar el gran protagonismo que Donner le otorgó al villano de la función. El egocéntrico, divertido y despiadado Lex Luthor (brillante Gene Hackman), acompañado de sus inseparables secuaces Otis (Ned Beatty) y la señorita Teschmacher (Valerie Perrine), acapara algunos de los mejores momentos de la cinta, algo que desde entonces sería muy común en este tipo de productos -el caso más destacable sería cómo Jack Nicholson eclipsó con su rol de Joker al mismísimo protagonista del Batman (1989) de Tim Burton-. Los planes de Luthor de conquistar La Tierra resultan de lo más ingenuos y provocan cierta gracia si los analizamos hoy en día, cuando los malvados de estas obras han alcanzado una mayor complejidad psicológica gracias a autores como Christopher Nolan, Kenneth Branagh o Bryan Singer. 

    Superman, 1978
    LOUIS & CLARK | Christopher Reeve y Margot Kidder, un amor ¿casi imposible? en 'Superman' (1978)

         Ya desde los interminables títulos de crédito iniciales, Superman se convierte en una gozada para los sentidos, gracias a la potente e inolvidable banda sonora de John Williams. Los primeros minutos del filme, aquellos que transcurren en el planeta Krypton, están dotados de una fuerza visual y emotiva fuera de lo común. En ellos, asistimos a un tenso juicio en el que Jor-El (Marlon Brando en los minutos más rentables de su carrera), al frente del Consejo, destierra al trío de supervillanos comandado por el General Zod (Terence Stamp, que desarrollaría este papel en la segunda parte del filme) a la Zona Fantasma. A continuación, presenciaremos la devastación de Krypton, condenado a desaparecer con todos sus habitantes, no sin que antes Jor-El y su esposa hubieran puesto a salvo a su bebé Kal-El en una cápsula que le llevará hasta nuestro planeta, en el que deberá crecer siguiendo las costumbres humanas y ocultando sus extraordinarios poderes y conocimientos. Él es Superman. Este niño es encontrado, entre los escombros de la nave siniestrada, por un matrimonio de granjeros que ven en él un “regalo del cielo” ante su imposibilidad de ser padres, por lo que acaban acogiéndole como a un hijo. Los Kent están magníficamente interpretados por Glenn Ford -pareja de Rita Hayworth en la mítica Gilda (1946)- y Phyllis Thaxter, que le otorgan a este primer tramo de película, donde se retrata la infancia y adolescencia del héroe, sus pasajes más líricos y dramáticos (la muerte de Jonathan, la despedida de Clark de su madre entre los maizales), apoyados en una magistral fotografía de Geoffrey Unsworth.

    Bajo la identidad del torpe y desgarbado periodista Clark Kent, Christopher Reeve despliega todo su encanto y, desde su llegada al Daily Planet, el filme hace gala de un perfecto equilibrio a la hora de combinar el gran espectáculo (derivado de las múltiples aventuras criminales a las que debe hacer frente el protagonista) con los momentos más intimistas, que tienen que ver con el imposible romance que nacerá entre el héroe y Lois Lane. De inolvidable belleza es la romántica escena en que Superman aterriza en el balcón del apartamento de la periodista para que ésta le haga su tan ansiada entrevista, y acaba con un mágico paseo de ambos, sobrevolando la ciudad de Nueva York. También acierta el director a la hora de otorgarle ciertos apuntes cómicos a la narración, apoyados en la doble identidad de Clark/Superman y sus juegos de confusión y enredo a causa de la doble relación de amistad/amor con el personaje de Lois. No era tarea fácil dar forma a un guión que mezclara fantasía, romance y humor, sin que ningún ingrediente chirriara y, en este aspecto, Robert Benton, David Newman, Leslie Newman y Mario Puzo, realizaron un trabajo de orfebrería. 

    Superman, Christopher Reeve
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         Pero no olvidemos que estamos ante una película de aventuras y ciencia ficción, por lo que los momentos espectaculares y la acción no podían quedar relegados a un segundo plano. También en este apartado, Superman es una de las obras más visualmente apabullantes de su época. En unos años donde la magia digital apenas existía y los trucajes eran más artesanales, esta película sorprendió con sus innovadores efectos especiales, justamente ganadores del Óscar en 1978. Una de las escenas más recordadas del filme es el rescate del héroe a Lois cuando el helicóptero en el que viaja ésta, sufre un accidente y queda colgado en lo más alto de un rascacielos. Todo el tramo final, de marcado corte catastrofista, a causa de unos misiles que lanza Lex Luthor sobre varios puntos del planeta, se nos antoja más convencional y al gusto de la moda imperante en Hollywood durante aquellos años. Aun así, Richard Donner realizó un impecable trabajo a la hora de lograr que la cinta no sufriera ninguna caída de ritmo, a pesar de sus casi dos horas y media de generosísimo metraje. Esto no fue inconveniente para que Superman recaudara más de 300 millones de dólares en todo el mundo, lo que la convirtió en una de las películas más taquilleras de todos los tiempos. Como era de esperar, pronto llegaron tres inevitables secuelas, todas interpretadas por Reeve. Como curiosidad, destacar que en Superman 2: La aventura continúa (1980), Richard Donner dirigió todas las escenas donde aparecía Lex Luthor, pese a que la autoría del filme pertenece a Richard Lester. Esta segunda entrega de las aventuras del superhéroe está considerada la mejor de la serie. En Superman 3 (1983), Lester cometió el error de darle un mayor protagonismo a la comedia, con la inclusión en el reparto del entonces popularísimo Richard Pryor, relegando al verdadero protagonista a un incómodo segundo plano. De la cuarta película mejor olvidarse, ya que la pobre realización de Sidney J. Furie y sus cutres efectos visuales (nominados a un Razzie), terminaron por tirar por tierra la continuación de esta saga. En 2006, Bryan Singer (responsable de X-Men) intentó una resurrección del personaje para la gran pantalla con Superman returns, bastante atacada por crítica y público, a pesar de tener cierta fidelidad narrativa y estética al clásico de Richard Donner. Este año nos llegará Man of steel, de la mano del visionario Zack Snyder (300, Watchmen), nueva oportunidad de devolverle al personaje toda la dignidad y dimensión perdidas en los últimos tiempos. El tráiler, por lo pronto, pinta extraordinariamente bien.

    35 años después de su estreno, Superman sigue siendo un título de referencia para entender el género. Una magnífica experiencia audiovisual que ha sabido envejecer con dignidad, ya que por mucho que sus efectos especiales hayan podido quedar desfasados, mantiene intacta la capacidad de maravillar al espectador a base de buenas dosis de encanto y talento. Las buenas historias nunca pasan de moda y aquí hay un buen relato, muy buenas actuaciones y un director de comprobadas aptitudes para ofrecer entretenimiento de primera calidad. Un clásico.

    José Antonio Martín.
    redactor de Sesión doble.

    1978. Reino Unido. Título original: Superman: The Movie. Director: Richard Donner. Guión: Robert Benton, David Newman, Leslie Newman, Mario Puzo. Productora: Dovemead Films/Film Export A.G./International Films Production. Presupuesto: 55.000.000 dólares. Recaudación: 300.218.018 dólares. Localización: Nueva York. Música: John Williams. Fotografía: Geoffrey Unsworth. Montaje: John Glen. Intérpretes: Christopher Reeve, Margot Kidder, Gene Hackman, Marlon Brando, Ned Beatty, Valerie Perrine, Glenn Ford, Phyllis Thaxter, Jackie Cooper, Terence Stamp, Trevor Howard, Maria Schell, Susannah York, Sarah Douglas, Marc McClure, Jeff East, Jack O´Halloran.

    Superman 1978

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