
Llega Junio y el final de la temporada televisiva. Es el turno de House, que esta semana ha puesto colofón final a su sexta temporada. House es una apuesta segura a nivel de audiencia y calidad. Un producto sólido en el mercado de shows televisivos que cuenta con un gran número de seguidores. Los más críticos expondrán, que sus episodios siempre tienen el mismo patrón, que los casos médicos son improbables y que su humor está desgastado. Nada más lejos de la realidad, House ha sabido reciclarse, al igual que lo ha hecho su protagonista; la vida de éste y su concepción de ella, es lo realmente interesante de este producto. Cómo muchas series de este curso, la sexta temporada de House, ha sufrido altibajos, destacando sus brillantes primer y último capítulos.
El episodio que abría la temporada con House recluido en un centro psicológico, es de los mejores creados para televisión (con la participación de Franka Potente). El capítulo del dictador africano, con Chase como protagonista, tiene un guión de gran calidad y nos pone en la tesitura de decidir el futuro de un tirano. La aparición de David Strathairn cómo solitario profesor a mitad de temporada es otro de los puntos culmen. Y, la season finale, que cómo en el resto de temporadas de House, es donde se producen los cambios y los guiones y medios están más cuidados. Partes brillantes junto a capítulos monótonos e intrascendentes que ya es una seña de identidad del serial, y que no quita el mérito a una muy buena temporada.
Impresionante Hugh Laurie, de nuevo, cómo Gregory House. En una temporada, donde su equipo (Olivia Wilde, Jesse Spencer, Peter Jacobson, Omar Epps), Wilson

HOUSE: "soy la persona más destructiva del mundo".
CUDDY: "Lo sé...te amo...no me hace gracia...pero no puedo evitarlo".
Puntuación: *****