|| Críticas | ★★☆☆☆
Superman
James Gunn
Mira al suelo
Raúl Álvarez
ficha técnica:
EE.UU. 2025. Título original: Superman. Director: James Gunn. Guion: James Gunn. Productores: Pete Chiappetta, James Gunn, Nikolas Korda, Andrew Lary, Peter Safran, Anthony Tittanegro, Galen Vaisman, Chantal Nong Vo, Lars P. Winther. Productoras: DC Studios, Domain Entertainment, Troll Court Entertainment, The Safran Company, Warner Bros., Screen Australia, New Zealand Film Commission, Québec Productions Services Tax Credit. Fotografía: Henry Braham. Música: David Fleming, John Murphy. Montaje: Craig Alpert, William Hoy. Reparto: David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicolas Hoult, María Gabriela de Faría, Sara Sampaio, Nathan Fillon, Edi Gathegi, Isabela Merced.
EE.UU. 2025. Título original: Superman. Director: James Gunn. Guion: James Gunn. Productores: Pete Chiappetta, James Gunn, Nikolas Korda, Andrew Lary, Peter Safran, Anthony Tittanegro, Galen Vaisman, Chantal Nong Vo, Lars P. Winther. Productoras: DC Studios, Domain Entertainment, Troll Court Entertainment, The Safran Company, Warner Bros., Screen Australia, New Zealand Film Commission, Québec Productions Services Tax Credit. Fotografía: Henry Braham. Música: David Fleming, John Murphy. Montaje: Craig Alpert, William Hoy. Reparto: David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicolas Hoult, María Gabriela de Faría, Sara Sampaio, Nathan Fillon, Edi Gathegi, Isabela Merced.
No es el único olvido que ha sufrido Gunn durante estos meses previos al estreno de su Superman. Ahora también se hace el sueco cuando le preguntan por los supuestos (ciertos) remontajes y reshoots que se realizaron tras los primeros test con público. Incluso se hace de nuevas cuando la recuerdan que para no querer a Cavill, ha elegido a un actor que parece una fotocopia suya generada por IA. Estos antecedentes hablan mal de las artes de Gunn como tránsfuga que ha saltado de Marvel a DC, y viceversa, cuantas veces ha querido en la última década, poniendo encima de la mesa Guardianes de la Galaxia como ejemplo de su infinita genialidad. Cuando 1) Guardianes tiene tanto de Kevin Feige como suyo, por no mencionar a los guionistas (Dan Abnett, qué paciencia tuvo) que dedicaron horas a reescribir unos diálogos inteligibles. Y 2) Guardianes se apoya fundamentalmente en el carisma de su magnífico reparto, como todo Marvel hasta 2019.
No me he olvidado de Superman. Pero es necesario recordar, eso que tan poco le gusta, quién es Gunn y de dónde viene, antes de valorar una película que se presenta ante todo como una cínica oda al olvido y, por lo tanto, a la cobardía. Algo muy contemporáneo, por otra parte. No, a Gunn no le gusta Superman. Le gusta, le fascina Lex Luthor (Nicholas Hoult), el personaje mejor definido en esta entrega. Y prueba de ello es que en esta ocasión el plan maestro de Luthor consiste precisamente en que los ciudadanos de la Tierra se olviden de Superman, igual que Gunn aspira a que nosotros nos olvidemos de Zach Snyder, de Bryan Singer y hasta de Richard Donner, si fuera necesario. Quiere erradicarlo de la memoria colectiva, fingir que nunca ha existido, acusándole de ser un dios tiránico, cruel y destructor enviado a nuestro planeta para someternos a su voluntad. O sea, lo que realmente pretende Lex y lo que realmente ha pretendido Gunn.
Esta analogía termina siendo el aliciente más goloso de una película que, bajo el manto de una aventura blanca para toda la familia, y ahí está Krypto para hacer reír a los niños y vender peluches, esconde la maliciosa intención de imponer un nuevo DCU a partir del auténtico y verdadero Superman, el héroe inocente, sacrificado y feliz que solo Gunn ha sabido ver. Cualquier que haya leído más de una etapa de Superman sabe que esto no es así. Aunque no es necesario ser un fan de los tebeos para olerse la jugada corporativa de Gunn, que pasa ni más ni menos que por «marvelizar» al último hijo de Krypton para convertir Warner-DC en una suerte de subsidiara temática y formal de Disney-Marvel. En otras palabras, nos aguarda un horizonte de cine de superhéroes cortado por el mismo patrón: héroes luminosos (arquetipos y clichés, para entendernos), historias familiares, cuota racial e inclusiva moderada, escenas de acción creadas por equipos de postproducción con ayuda de IA generativas, valores americanos disfrazados de universales, y un sentido de la justicia paternalista que defiende el intervencionismo unilateral. Bienvenidos a la era Trump.
Es curioso que algunas voces hayan señalado la valentía «política» de este nuevo Superman, trazando un paralelismo entre el conflicto que retrata la película y las actuales guerras en Ucrania y Gaza, cuando el guion, escudado, como digo, en el olvido, hace bandera justamente de las teóricas bondades que nos brindaría un superhombre. En este sentido la película de Gunn es idéntica a la última «misión imposible» de Cruise, en la que Ethan se presenta como una suerte de Mesías redentor. No creo que Gunn señale con el dedo de los Putin y Netanyahu de este mundo, sino que apuesta, como buen admirador de Luthor que es, por un contrapoder que imponga por la fuerza sus principios, es decir, los de América. Como no puede permitirse la osadía de convertir a Luthor en la brújula moral de esta historia, y a Superman lo distrae con una grieta inter-dimensional, una subtrama que por momentos parece montada con escenas eliminadas de Guardianes, Gunn descarga esta idea imperialista en el supergrupo formado por Mr. Terrific (Edi Gathegi), Chica Halcón (Isabela Merced) y el Linterna Verde Guy Gardner (Nathan Fillon), que en última instancia son los encargados de resolver la guerra que tiñe el fondo argumental de Superman. Los tres muy molones y muy divertidos, claro que sí, para que cuele mejor el veneno.
Termino con las formas (inexistentes) de una cinta que no regala ni una imagen icónica, ni una música mínimamente inspiradora, salvo cuando se recurre a John Williams, ni una secuencia cuya estética o estilo visual no recuerde a algo ya visto en alguna otra parte, rematado todo ello por un montaje a machetazos y un nulo sentido del ritmo. Se habla de que es un comic-book hecho película… Un respeto a los comic-books, por favor. El peor capítulo de Smallville (2001-2017) y el guion más soso de Lois y Clark: las nuevas aventuras Superman (1993-1997) tenían más de comic-book que este ejercicio narcisista de un falso autor. ♦
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