Introduce tu búsqueda

Seminci
FICX Imatge Permanent
  • [8][Portada][slider3top]
    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | The Nanny's Night

    Kétchup

    Crítica ★★★☆☆ de «The Nanny's Night», de Ignacio López Vacas.

    España, 2021. Director: Ignacio López. Guion: Ignacio López Vacas. Producción: Panic in Frames. Fotografía: David Cortázar. Montaje: Jesús Ramé. Música: Matías Centurión y Daniel García. Diseño de producción: Aran Gaspar. Vestuario: Angie Lynn. Reparto: Ana Garberí, Almudena Salort, Vivian Milkova, Diana Peñalver, Juan Carlos Vellido, Javier Bódalo, David Santana, Antonio Mayans. Duración: 75 minutos.

    El primer largometraje del español Ignacio López Vacas llega este 2021 como culminación lógica de la que hasta ahora ha sido su trayectoria en el mundo del cine. Fanático del terror como género pero sobre todo como modo de concebir cualquier tipo de historia, ha colaborado en un par de libros dedicados a varias de sus películas más renombradas; ha dirigido varios cortometrajes caracterizados igualmente por personajes psicopáticos, tramas espeluznantes y una presencia obligada de sangre, vísceras o ambas cosas; y además es uno de los responsables de la sala madrileña Artistic Metropol, un privilegiado reducto donde pueden darse cita los espectadores más desenfadados o más avispados, para visionar tanto estrenos comerciales como propuestas alternativas que, de lo contrario, costaría mucho exhibir. En suma, es alguien que tiene claro lo que le gusta y sabe lo que hace, pues lo ha venido desarrollando en sus varias facetas artísticas (esto es, la de escritor, la de cortometrajista o la de exhibidor, sin olvidar sus participaciones en la crítica o en el jurado festivalero), siempre que se trate de un producto marcado por el sello del terror o, más ampliamente, del género fantástico. Sin embargo, pese a esta insistencia en una misma temática, no se la toma en serio, como hacen otros muchos jóvenes cineastas que forman esa llamada nueva generación del cine de terror, y que intentan trascender sus habituales pautas, buscando en él una mayor profundidad. Por el contrario, a López Vacas le gusta jugar con dichas reglas, subvertirlas, parodiarlas, para simplemente disfrutar con lo que ofrece este género, dada su naturaleza de puro entretenimiento.

    The Nanny’s Night tiene por ello más de comedia que de terror, lo cual se debe a su constante desvío autorreferencial y a sus múltiples guiños y paréntesis que trastocan el drama, ese que podría ser más previsible cuando dos chicas (Ana Garberí y Almudena Salort) pertenecientes a una secta satánica secuestran a una niña (Vivian Milkova) para asesinarla. Esta es en efecto la premisa de la cinta que, como su propio título indica, se desarrolla más precisamente a lo largo de una sola noche, y una de las mentadas chicas es la niñera de ocasión de la potencial víctima, dado que sus padres (Juan Carlos Vellido y Diana Peñalver) han salido invitados a una velada. Los personajes principales son los tres anteriores, pero nada tendrá lugar según sus planes. A partir de ahí, en ocasiones el guion manifiesta de entrada, al margen de la evolución narrativa al uso, sus intenciones irónicas o directamente cómicas, como esa breve secuencia de montaje, a cámara lenta y con planos detalle, de los preparativos de la cena que comparten la niñera y la niña. En otros momentos, el humor surge por el propio devenir de los acontecimientos, como todas esas interrupciones absurdas que impiden a las dos amigas llevar a cabo su ritual satánico. Y, en fin, otras veces se encuentra en pequeños detalles para iniciados, como el aparte del personaje de Diana Peñalver, alias Paquita, en alusión al personaje que esta actriz encarnó en Braindead (Peter Jackson, 1992); o la inclusión de cortometrajes producidos por los mismos responsables de The Nanny’s Night, cuyos fragmentos pueden verse en la televisión de la casa que sirve de escenario dominante.

    Más allá de estos elementos, que lógicamente atienden también a una cierta escasez de recursos y localizaciones, el proyecto denota pasión en su planificación y su realización. Esta cualidad se advierte hasta en añadidos de postproducción, como los símbolos o figuras que acompañan a los créditos iniciales, según el departamento ilustrado. Pero, sobre todo, se nota en una puesta en escena al servicio de esas referencias que mencionábamos y de la comodidad de los intérpretes. Prácticamente todo el guion está escrito en inglés y ambientado en Estados Unidos (o, mejor dicho, en el imaginario estadounidense), pero los actores no son anglosajones, sino que la mayoría tiene al castellano por primera lengua. La película no intenta ocultar esta paradoja, sino aprovecharla, para reforzar su subtexto metalingüístico, su naturaleza juguetona y aportar matices en la propia construcción de los personajes, como el ya citado de Paquita, o el que corre a cargo de Javier Bódalo como temerario repartidor de pizza. Los actores están visiblemente a gusto con esta estructura del libreto, no intentan forzar o aparentar algo que no es, sino que asumen esta circunstancia con agilidad y frescura. Es ciertamente refrescante asistir a una narración que al mismo tiempo se basa en los tópicos y los presenta de una forma tan transparente, hasta el punto de que adquieren esa nueva dimensión propia de la parodia, aunque sin caer en su exageración más burda. Por ello hay más diálogo que violencia, más kétchup que sangre, en definitiva, más cosas que se apuntan o dan a entender que las que se muestran explícitamente. Este es el gran mérito de esta pequeña cinta que, en fin, es consciente de su alcance limitado, pero también del público al que se dirige, que es al que siempre se ha dirigido su escritor y director: aquel que solo pretende pasar un buen rato mientras son personajes ficticios los que sufren… si es que sufren de verdad.

    Ignacio Navarro Mejía |
    © Revista EAM / Madrid


    El perdón Fantasías de un escritor Memoria Clara Sola
    Bonnard
    Tiger Stripes

    Estrenos

    Crossing

    Streaming

    Ti Mangio
    De humanis El colibrí
    Un silencio

    Inéditas