Vigilancia: circuito cerrado
crítica de Todos tus secretos | de Manuel Bartual, 2014
Bajo los postulados de #littlesecretfilm Manuel Bartual ha rodado Todos tus secretos (2014). Primer largometraje de este diseñador gráfico curtido a base de cortos desde 2012 –algunos, como 85.12.30 (2012) y Ventanitas (2013), premiados en el Notodofilmfest–. Si el lector no está familiarizado con el movimiento no tiene porqué sentirse abrumado. #littlesecretfilm nace en febrero de 2013 cuando un grupo de profesionales de la industria española se reúnen para rodar películas bajo unas premisas –de manera secreta, arriesgada y de visionado gratuito– con el fin de constituirse como un “modelo de producción cinematográfica”. Un manifiesto de “amor al cine e internet en pleno Siglo XXI”. Restricciones como un personal técnico limitado a diez personas, un máximo de 24 horas ininterrumpidas de rodaje o la imposibilidad de financiación externa suponen un reto para aquellos directores que decidan embarcarse en el proyecto. Reglas que condicionan el resultado final pero que obligan a agudizar el ingenio. De todas maneras las normas de #littlesecretfilm deben ser entendidas como parte de un juego, pero guardándose la rigurosidad para otras lides. Si bien es cierto que el corsé favorece destrezas de necesidad, no lo es menos que la flexibilidad enriquece el abanico de posibilidades. El propio Manuel Bartual afirmó que había comenzado a plantearse la película “siguiendo las los principios del manifiesto, pero siendo sincero, te diré que acabé saltándome unos cuantos por el camino. Tampoco fue ninguna sorpresa, ya desde un primer momento me pareció difícil sacar adelante una película siguiendo todo el manifiesto a rajatabla”. Sin irnos por los cerros de Úbeda y al margen de la calidad técnica de las producciones –forzosamente limitada– las propuestas son dignas de elogio. Sobre todo por lo que tienen de espontáneo en su devoción al cine. Fervor recompensado en el caso de Obra 67 (2013), cuyo éxito fue reconocido por la distribuidora Versus, que le abrió el camino a las salas de cine. Han sido, y son, partícipes de esta iniciativa sin ánimo de lucro profesionales tales como el crítico de cine de El País Jordi Costa o el productor de El cosmonauta (2013) –financiada en su día con crowdfunding–. Resumiendo, un dogma a la española. Menos pretencioso y más lúdico que su homólogo danés.
Todos tus secretos funciona en la exhibición costumbrista de la realidad que (nos) rodea a la juventud. Que envuelve y absorbe a la mocedad de nuestros días –edades comprendidas entre los 25 y los 35–. El director proyecta en la(s) pantalla(s) los vicios y desdichas de una generación que parece no crecer nunca. Con toques de humor de sencillez cotidiana y un elenco actoral, en general, con el talento suficiente para interpretar una realidad que (seguramente) no le es ajena. Tanto en los detalles sublimes como en los más vulgares. Recuerda en ese espíritu, salvando las distancias, a 18 comidas (2010). A través de pantallazos de webcam palpamos las epidemias de nuestra prole: la emigración, el paro, los ninis por vocación y los forzosos, la adultescencia, las redes sociales, la precariedad, las fiestas, los amigos, las relaciones de pareja. Los males y virtudes endémicos de los nacidos en los 80. Una retahíla perceptiva que muchos entenderemos y sentiremos próximas. Podría ser suficiente con todo esto. Pero no. El hilo conductor de las estampas generacionales serán una serie de infortunios, orquestados por una mano negra, en las redes sociales. Adversidades en el mundo digital que supondrán enfrentamientos cainitas en el analógico. Hasta aquí todas las probidades de la película. Presentadas con una propuesta formal que gambetea la sencillez. Manuel Bartual recurre a la multipantalla, un recurso narrativo que intensifica el drama y la intriga de la trama. A través de la multipantalla se sincronizan historias simultáneamente paralelas, aunque convergentes. Técnica no del todo extraña en series televisivas –como 24 (2001)–, algo menos natural en el cine. Un ejercicio elogiable de meticulosidad habida cuenta de las limitaciones temporales. Un mosaico propio de un circuito cerrado de cámaras de vigilancia, justificado por la sensación de un demiurgo omnipresente.
El párrafo anterior recoge todos los encantos de este #littlesecretfilm. No sería justo no reconocer como un atenuante todas las reglas de juego de la plataforma. Es más, sería obligado contextualizar cada película en su contexto, no se puede utilizar la misma barra de medir para una superproducción hollywoodiense que para una producción independiente de Europa del Este. Dicho esto, huelga decir que una buena película es una buena película. Sin más. Independientemente de las condiciones. Al margen de las buenas maneras, la película adolece de un guion excesivamente rebuscado. Obviedad palpable en su desenlace. Amén de una serie de situaciones improbables y cogidas con pinzas –como la jugarreta del despido–. Podrían ser buenas parejas de baile, si la melodía fuese otra. Una cuadratura del círculo que descubre las costuras de una pieza más cercana en su conclusión a los finales con moraleja. Más propios de según qué cortometrajes. Todos tus secretos supera con solvencia, licencias a un lado, los límites del ceñidor. Bajo una mirada crítica atenuada por el contexto de manufacturación Todos tus secretos sale relativamente bien parada. Un thriller entretenido. Ya saben, se deja ver. | ★★★★★ |
Andrés Tallón Castro
redacción Madrid
España, 2014, Todos tus secretos. Director: Manuel Bartual. Guion: Manuel Bartual. Productora: Caramba Films. Fotografía: Cynthia Estébanez, Victoria Guzmán, Javier Hernández. Música: Aaron Rux. Reparto: Cristina Gallego, Dani Pérez Prada, Rocío León, Ingrid García Jonsson, Xabi Tolosa, Pepón Fuentes, Miguel Esteban, Lorena Iglesias, David Pareja, Raúl Navarro.