Dejando el alma atrás
crítica de Les Revenants (2013-) | Temporada 1
Canal + | Francia, 2012 | Primera temporada: 8 capítulos | Directores: Fabrice Gobert y Frédéric Mermoud, Escritorires: Fabien Adda, Emmanuel Carrére, Fabrice Gobert y Nicolas Peufaili, Reparto: Anne Consigny, Yara Pilartz, Frédéric Pierrot, Jena Thiam, Jea-Francois Sivadier, Clotilde Hesme, Pierre Perrier, Samir Guesmi, Brune Martin, Céline Salette, Alix Pisson, Swan Nambotin, Laetitia de Fombelle, Guillaume Gouix, Grégory Gadebois, Ana Girardor, Bertrand Constant, Carole Frank, Fotografía: Patrick Blossier, Música: Mogwai
El regreso después de la muerte parece estar de moda en la televisión. Los zombies llegaron a Francia impulsados por series como The Walking Dead (2010-), o In the flesh (2013–), largometrajes al estilo de Resident Evil (2002, 2004, 2007, 2010, 2012) o incluso recientes éxitos taquilleros como World War Z (Marc Foster, 2013). Les Revenants (The Returned), la nueva serie que transmite por estos días Sundance Channel, es una producción de 2012 de Canal + cuyo tema central es el regreso después de la muerte. Alejada de cualquier estereotipo de Hollywood, la producción apuesta por construir un producto al más estilizado patrón francés: temporalidad pausada, solo los diálogos necesarios, mucho que pensar y poco que decir; todo acompañado por una visualidad deslumbrante donde se cuida al máximo una estética de lo común, suficiente para alzarse este año con el Emmy Internacional a mejor serie drama. Con la bajada del nivel de agua en la represa de un pueblo, comienzan a llegar “los que regresan”: Camille, una adolescente gemela; Simón, un joven enamorado; Víctor, un niño sin familia; Serge, un asesino en serie y Madame Costa, una enigmática mujer, como salida de otra época. Todos tienen algo en común: murieron años atrás en diferentes situaciones. La llegada de los muertos vivientes cambia la tranquilidad del pueblo, que ahora se debate entre la aceptación o el rechazo a los recién llegados. Así se construyen 8 capítulos, cada uno con el nombre de algún personaje (vivo o muerto) que será el protagonista de esos 55 minutos. La estructura es bien redonda: un personaje central abre la obra, en el medio se desarrolla la trama continua de todos, y para el cierre queda sugerido de quién se hablará en la próxima entrega. El capítulo de cierre, denominado La horda (1.08), cual conclusión tradicional, intenta abundar en todos los personajes a la vez.
Si bien la sencilla estructura de Les Revenants no parece adelantar nada demasiado nuevo, el trascendental valor está en el contenido con que se construye la misma. La tradicional contraposición zombie-hombre, en la que los primeros se alimentan de los segundos, y la interacción entre ambos, que solo puede conducir al enfrentamiento, obtiene un nuevo significado en esta serie. Hay una sugerida necesidad entre unos y otros, que por momento nos hace olvidar las fronteras, cuestionarnos quiénes son los verdaderos muertos y humanizar a quienes hasta entonces parecían ser solo criaturas del mal. Flota detrás todo un cuestionamiento sobre la vida, sus límites, las posibilidades de cambio y la necesidad de disfrutarla, que se aleja de estereotipos para materializarse en la relación entre vivos y muertos de una forma singular. Si bien la serie es una adaptación de la cinta francesa de 2004 Les Revenants, la propuesta televisiva desarrolla con mayor intensidad la dimensión psicológica de sus personajes. La fotografía resulta un personaje fundamental en la serie. Los tonos grises que por momento nos invitan a confundir la presa con el cielo (donde hay vida y donde no) son apoyados por una composición visual sugerente, con finos cuidados de iluminación dentro de un mismo encuadre, que nos habla del esmerado cuidado del equipo de producción en función de una intencionalidad minimalista. Otra pieza central es el montaje pausado, siguiendo la mejor escuela francesa, en directa alusión a la vida tranquila que acompaña a sus personajes. La música, a cargo de la banda escocesa de rock progresivo Mogwai, recoge la nostalgia y la agonía de sus protagonistas con expresivos momentos de silencio que llenan de significado las escenas. Hay una cuidada dirección de arte apegada a decorados bien contemporáneos que, entre hierro y cristal, complementan la frialdad que somos capaces de sentir desde el otro lado de la pantalla. Les Revenants es una serie audaz que logra cuestionar los estereotipos de su género evadiendo la sátira o los clichés. Se sostiene en una sólida trama en la que no falta nada: suspense, thriller… hasta algunas dosis bien logradas de terror. Se apoya en actuaciones encomiables, con mención especial para el dúo Julie (Céline Sallette) – Víctor (Swann Nambotin), en que los diálogos son innecesarios ante la expresividad de ambos. Quizás el punto más discutible de la serie esté en lo forzada que parece la necesidad de establecer una conexión con una posible segunda temporada, que lógicamente queremos todos, pero que no era necesario evidenciar con ciertos caminos trillados, en una serie que si algo tiene, es demasiada originalidad y buen gusto. | ★★★★★ |
Alain Arias Barreto
redacción Buenos Aires
redacción Buenos Aires