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    Cine Alemán Siglo XXI

    Entrevista | Juan Cavestany, director de 'Gente en sitios'

    Juan Cavestany

    fecha| domingo 20 de octubre, Valladolid.
    entrevista| Álvaro Martín.

    Juan Cavestany (1967) es un tipo curioso, una persona que ha dedicado toda su vida al teatro pero a la que un buen (y bendito) día picó el mosquito del cine. Desde entonces, ha dirigido tres películas de la manera más alternativa y underground que pueda concebirse. La última, 'Gente en sitios', presentada en festivales de tanto prestigio como Toronto, San Sebastian y Sitges, se proyecta de nuevo en Seminci. Allí en el marco del certamen pucelano es dónde nos encontramos con un cineasta que se toma lo que hace muy en serio e inspiradoramente apasionado. Como buena madre, habla con cariño de su última película, ni presume ni exagera, es sincero, confía en su obra. La confianza que te da saber que te ha salido un niño superdotado, al que quizás alguna gente no comprenda.


    ■ Debido a la inusual cinta que has hecho me gustaría empezar esta entrevista con una pregunta acerca del concepto de película que has hecho.

    Pues esta es la tercera película que hago, en un sistema de producción, o de no producción, mínimo, minimalista: "Dispongo de barcos", "El señor", y ahora "Gente en sitios" son películas que he escrito, rodado y editado con algo de ayuda. Hechas con actores cuándo ellos podían quedar, adaptándome a sus agendas y a la mía también, las tres son películas hechas en los huecos de la vida. Con cero inversión, con cero de producción, a pesar de que cualquier película con la que quieras acabar en un festival internacional, siempre tienes que gastar unos mínimos, no hay una reivindicación por lo tanto de cero presupuesto, al final siempre hay gastos. Y luego está también el tiempo de la gente que hace favores que no es cero presupuesto, hay un dinero que esta por así decirlo pendiente de pagar. Entonces, "Dispongo de barcos", fue la primera película que hice así, una película un tanto oscura, paranoica, rara, hermética… "El señor" tenía una intención más poética, con un personaje minimalista. "Gente en sitios" es un siguiente paso en abrir la visión, la mirada de un cine muy pequeño, intentar convertirlo en algo más brillante, con más posibilidades, es una película hecha sin presupuesto, sin plan de rodaje, sin distribución a priori; humildemente planteada pero con una ambición, que no pretensión, de llegar a gente. De desde lo muy independiente querer llegar, querer abarcar, es una película fragmentada, con muchas escenas aparentemente dispersas o no conectadas evidentemente, conectadas de forma subterránea, en la que trabajan unos ochenta actores, algunos de ellos muy conocidos, otros muy intermedios y otros nada conocidos o que directamente no han trabajado nunca. A todos les propuse participar en la película como experimento de algo que no sabía muy bien cómo iba a acabar. Les decía, mira, esto es una película normal, no un conjunto de sketches, es una película en la que hay muchas escenas con la peculiaridad de que los personajes y las tramas no traspasan de una escena a otra, se acaban en cada escena y luego sigue otra pero mi intención es que sea una película, que no sea una colección de sketches.

    ■ Entonces, ¿tienen un nexo las distintas escenas, no?

    Tienen uno o varios nexos de unión, no todas, a lo mejor dos, o tres, o tres con una, o cuatro con otra… no todas entre sí, y es un nexo que yo, a priori, no quería marcar mucho, no quería buscar ese famoso hilo conductor: ¿Cuál? ¿la crisis? No ¿la madurez? Tampoco. Me parecían como forzados, tópicos, no me apetecía, quería que se encontrara ese hilo conductor luego. Y yo creo que lo hay, es leve, es sutil, abstracto, pero si lo hay, y bueno, veo que mucha gente reacciona a la película como una película de sketches, cosa que no puedo evitar, porque es natural, pero yo creo que sí que percibo que la gente ve la película como una propuesta abierta, despedazarla es difícil, es complicado.

    ■ ¿Y esos nexos cuáles son?

    Pues tienen que ver con el misterio de lo que nos pasa en las relaciones, el misterio de conocernos a nosotros mismos, quiénes somos, como nos relacionamos, es decir, temas muy básicos y a la vez muy grandes, un poco ambiciosos quizás. Tienen mucho que ver con la dificultad de la inocencia en el sistema capitalista. Quizás suene esto muy pretencioso pero es una cosa de la que me he dado cuenta, está muy en el discurso de la peli. Dices, sí, la crisis es un tema grande al que se arriman muchas películas, pero dentro de la crisis, creo que una cosa que la película plantea es la dificultad de en tiempos de crisis ser inocente, o no pecar de algo, de mantener la integridad…

    ■ La picardía…

    Cómo surge el egoísmo, cómo se refuerza el miedo, osea, por así decirlo, el miedo es un triunfo de la crisis, del sistema, algo así, y cómo es difícil mantener la integridad, la coherencia, el criterio, en momentos difíciles, todo eso se pone en entredicho, y junto con todo eso, la película creo que no es oscura, derrotista, no es una película de la derrota, creo que es una película de la supervivencia. No me siento cómodo con un discurso de no hay nada que hacer, esto es una mierda, y todo es incomprensible, creo que en todos hay algo muy humano que es una pulsión de supervivencia, sobretodo de supervivencia a través de la conexión con nosotros mismos. Todos estos temas los percibo en la película después de haberla hecho.

    Gente en sitios

    ■ No estaban ahí de inicio

    No, no he partido de nada para intentar contarlo.

    ■ ¿Tenias guión? ¿cómo fijabas la escena con los actores?

    Te cuento, no hay un guión como tal, un guión entero de ciento y pico páginas no lo hay. Había muchas escenas mías que tenía en el cajón, material que tenía para algún día usarlo, acotaciones de ideas y tal. Luego, al hacer la película, a muchos actores les proponía que me contaran algo que les interesara hacer, esa es la segunda fuente del material, ideas de otras personas, y hay otra que es escenas que he escrito durante el proceso de rodaje de la película para equilibrar lo que yo veía qué necesitaba. La película la rodé a lo largo de seis meses rodando aproximadamente un día a la semana y literalmente cada semana me decía: ¿qué escena quiero rodar? Pues bueno, voy a probar con esta, esta quiero hacerla con Santiago Segura y Javi Gutiérrez, voy a llamarles a ver si pueden, entonces les llamaba se lo proponía si podían lo hacíamos y si no cogía otra escena y llamaba a otros actores. Entonces la película parece compleja porque son ochenta actores haciendo treinta escenas, pero en realidad ha sido fácil de montar porque rodaba un día a la semana cuando ellos me dijera entonces ya iba haciendo yo el esquema la construcción.

    ■ ¿Alguna escena está improvisada totalmente? Es decir, partiendo de una simple idea de coger a los actores y darles el sentido y el objetivo y total libertad para llegar a él?

    No, no realmente, aunque hay una escena con Eduard Fernández que es una situación que implica a tres actores y yo ahí les conté lo que era la escena: pasa esto, vienes a hacer esto, y te plantean esto. Les conté la línea dramática esencial, el diálogo era lo de menos, lo que dijeran era lo de menos, requería muy poco diálogo entonces ellos fueron los que lo hicieron. También hay un par de escenas de dos personajes monologando en las que el texto es prácticamente suyo, aunque guiado por mí. Yo les iba guiando a la vez que les grababa con la cámara, proponiéndoles cosas y haciéndoles preguntas.

    ■ Una duda técnica, ¿con qué cámara está grabado?

    Con una Panasonic, una handycam, una cualquiera.

    ■ Una de esas pequeñitas que se usan de vacaciones, vamos.

    Sí, es una cámara no profesional, es HD y da una resolución buena; me siento muy cómodo con ella. Tiene una precariedad de imagen que llega hasta cierto punto, pero he conseguido hacer una mini estética de eso. Luego como el formato de la película admite una variedad de texturas, hay escenas que se han grabado con cámaras Canon, con 5D y 7D (Cámaras semiprofesionales). Pero lo normal es que yo grabe con mi cámara, todo automático. He descubierto una forma de trabajar que me encanta: la posibilidad de estar con los actores como director de actores y a la vez grabando lo que quiero de ellos, creo que lo he conseguido hacer de una forma muy fluida. Ellos también lo agradecen mucho porque no hay una parada en la que yo les explico que hacer, y luego se le explico al operador y luego intento que encaje. Yo voy sobre la marcha, incluso les hablo durante la toma, les hago las indicaciones, etc, y, de esta manera, el proceso de trabajo se convierte en algo muy dinámico.

    ■ ¿Y qué pasa con el sonido? ¿Llevas un técnico?

    El sonido, la mayor parte lo grabo yo con un microdireccional.

    ■ ¿Un Rode?

    Exacto, le he puesto un Rode. Aunque en algunas escenas he llamado a un sonidista ya que yo mismo veía que quería coger distancia con los actores o moverme de otra manera, etc. De todas formas, la película es bastante collage, no solo a nivel de actores con actores que van desde Santiago Segura hasta un portero que estaba por allí y le puse a actuar. De cámaras hay como la mía y tres o cuatro, sonido de la cámara, del rode y de otro sonidista.

    Gente en sitios

    ■ ¿Temas?

    Todos los inimaginables: comedia, drama… Una especie de collage que para mi resulta una película como muy dura, peculiar, no es un thriller con una trama como tal, es una película activa, una especie de parque de atracciones barato en el que pasan cosas inesperadas todo el rato.

    ■ He visto que venías del teatro de Animalario, que tienes varias obras escritas y dirigidas, y bien, mi pregunta es, tu a la hora de trabajar, hablando desde un punto de vista interpretativo ¿qué diferencia crees que existe entre el teatro y el cine? Ya sabes eso que se dice siempre de que hay actores de teatro que no valen para cine.

    Sí. Sólo puedo decir cosas que se han dicho ya muy bien: en el teatro hay una actuación en directo para la gente que te está mirando y a la que tú tienes que llegar y ganarte. El teatro se produce en un lugar y momento determinado, y en el mejor de los casos, cuando funciona, se provoca una comunión entre espectador y actor. El actor de teatro interpreta para alguien a quién está viendo, esta todo en juego de una forma más idónea. El cine en cambio es una mentira, una trampa constante y ahí está parte de su encanto y de su maravilla.

    ■ ¿Y a nivel de autenticidad? Eso que se dice de que en el teatro se sobreactúa y que en cambio en el cine al tener la cámara al lado se puede ser más real.

    Sí bueno, el cine requiere menos proyección, menos engrandecimiento, la cámara capta mucho. El cine dirige la mirada, la actuación se ve muy influenciada por eso, en el cine la cámara manda. Y el montaje ya no digamos, un montaje cambia directamente una actuación. Una actuación que no existe, en montaje hay veces que existe, cortando a la persona en el momento adecuado. En el cine la interpretación está construida. Hay gente que lo hace más y gente que lo hace menos. Ayer, por ejemplo, vimos la película de Mar Coll en la que ella no hace eso, ella hace el plano y las cosas pasan, no quiero decir que tenga algo de teatral, porque es algo muy cinematográfico también, pero en una película como la mía. En Gente en sitios hay mucha creación con la cámara y con el montaje.

    ■ ¿Y el tema interpretativo?

    La verdad en la interpretación es la verdad, eso para mí es igual en el cine que en el teatro, osea la implicación del actor, la relajación, la complicidad con el otro actor, eso es todo lo mismo en el teatro que en el cine, igual que la sobreactuación que suele estar en las dos cosas.

    ■ Bien, y ya para acabar, me gustaría saber tu escena favorita de la película, si es que tienes una favorita.

    Me costaría mucho decirte una. Me sentiría como con los hijos, ¿cuál es mejor?

    ■ Y qué sensación te produce la película a ti como director que las has hecho, intentando apartar el proceso creativo, verla como espectador, ¿qué es lo que te transmite?

    Eso para mí es imposible

    ■ ¿Esa separación?

    Sí, para mí verla desde fuera es imposible. Ojalá pudiera, sería una experiencia curiosa, pero yo no puedo valorarla sin tener en cuenta lo que ha sido el proceso. Entonces, lo primero que me sale decirte es que veo la película que quería hacer. Al verla ahora te influye eso, valorar lo que ha sido el proceso de la película y te influye como la están recibiendo los demás, entonces yo estoy contento. Es la película que yo quería hacer y observo que la gente la aprecia mucho, entonces la veo con cariño y con satisfacción.

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