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    Cine Alemán Siglo XXI

    DÍAS EXTRAÑOS (KATHRYN BIGELOW, 1995)

    Crítica de Días extraños, de Kathryn Bigelow - Strange Days review
    LENNY NERO, VENDEDOR DE RECUERDOS
    Días extraños (Strange Days, Kathryn Bigelow, 2012)

    Cuando nos llega el tráiler de la prometedora Zero Dark Thirty, el nuevo intento de Kathryn Bigelow de conquistar el Óscar tras su multipremiada En tierra hostil (2008), Sesión Doble se complace en recuperar una de las obras más fascinantes de esta realizadora a contracorriente: Días extraños (Strange Days, 1995). Mujer de carácter y emprendedora, ha demostrado con su más que interesante trayectoria, que el cine de acción no tiene que ser necesariamente un terreno reservado exclusivamente a los hombres. La carrera de Bigelow, que comenzó en 1983 con The Loveless, siempre se ha caracterizado por una insólita perfección técnica en las secuencias de acción y un ritmo adrenalínico que ha quedado impreso en estupendas cintas como Los viajeros de la noche (1987), Acero Azul (1989), Le llaman Bodhi (1991) o K-19 (2002). Casada con el megalómano James Cameron entre 1989 y 1991, fue mítico el momento en que Bigelow le arrebató el Óscar al mejor director en la ceremonia de 2009. La realizadora dio la sorpresa de la noche con En tierra hostil, su obra sobre el día a día de una brigada estadounidense de artificieros en Irak, desbancando a Cameron, claro favorito por Avatar.

    Precisamente, Días extraños, el filme que nos ocupa, fue una suerte de colaboración entre el matrimonio, ya separado: Kathryn Bigelow en la dirección y James Cameron en producción, guión y montaje. Que el taquillero director de Titanic figurara en el proyecto, ayudó a que la todopoderosa 20th Fox le confiara a Bigelow un presupuesto de 42 millones de dólares para el rodaje de su película (el doble del que empleó en Le llaman Bodhi, por ejemplo). La historia que nos narra Cameron bebe directamente de los relatos de Philip K. Dick, un autor que ha visto su obra reflejada en cine con filmes de la talla de Blade Runner (1982), Desafío Total (1990) o Minority Report (2002). Al igual que aquellas, Cameron muestra una sociedad distópica, donde Los Ángeles de final de milenio (son los últimos días de 1999) es, más que una ciudad, un campo de batalla donde los ciudadanos se revuelven contra la opresión policial. Un futuro (la película data de 1995) cercano bastante reconocible y pesimista, con conflictos raciales, policía corrupta, profecías sobre la llegada inminente del Apocalipsis y una novedosa tecnología ilegal que se convierte en el macguffin particular de la intriga. Unos clips que reproducen las vivencias de otras personas y que son una especie de droga de moda entre la población.

    Ralph Fiennes, en un momento especialmente dulce de su carrera, gracias a su entonces reciente nominación al Óscar por La lista de Schindler (1993), es el soberbio protagonista de la cinta. Su personaje de Lenny Nero es un auténtico bombón, un antihéroe que logra la empatía con el espectador desde el primer minuto, a pesar de no ser un modelo de conducta, precisamente. Lenny es un antiguo policía de Los Ángeles que se dedica a traficar con estos retazos de vida de otras personas y que lleva una existencia vacía y triste, al no superar que su novia Faith le abandonase. Simpático embaucador y un romántico incurable, sorprende la dimensión emocional del personaje, muy alejado de la frialdad de otros héroes dickianos como el Rick Deckard de Blade Runner. Alrededor de él, Bigelow cuida de su particular fauna de personajes secundarios gracias a un puñado de estupendos actores como Ángela Bassett, Juliette Lewis, Michael Wincott, Tom Sizemore o Vincent D´Onofrio. Bassett sorprende muy positivamente con un radical cambio de registro tras su nominación al Óscar por Tina (1993), metiéndose en un papel que requiere unas cualidades físicas muy concretas (sus músculos delatan las horas de gimnasio) y un meticuloso trabajo de coreografía en las peleas cuerpo a cuerpo. Juliette Lewis, por su parte, repite como chica mala tras su celebrada Mallory de Asesinos natos (1994) de Oliver Stone, y demuestra unas excelentes aptitudes como cantante en varios temas musicales de la banda sonora. Esta faceta musical sería retomada por Lewis años más tarde como vocalista de varios bandas de rock. Con Juliette and the New Romantiques, Lewis sigue cosechando más éxitos que en su algo apagada carrera de actriz. Michael Wincott vuelve a bordar en su personaje de mánager musical, una de esas creaciones oscuras que tan bien se le dieron en éxitos como Robin Hood: Príncipe de los ladrones (1991) o El Cuervo (1994)

    Ralph Fiennes - Strange Days
    Un joven Ralph Fiennes en 'Días extraños', de Kathryn Bigelow

    Días extraños no es, al igual que le sucedía a Blade Runner, una obra de ciencia ficción al uso. Pese a toda su parafernalia tecnológica, estamos ante una suerte de actualización del cine negro de toda la vida, con una estética más cercana al cyberpunk, donde hay una intriga que investigar, un protagonista envuelto en la trama por accidente e incluso su particular femme fatale, cortesía de Juliette Lewis. Bigelow le concede un cuidado especial, pocas veces visto en el género, a las relaciones entre sus personajes. Resulta maravillosa la química entre Lenny y su amiga Mace (Ángela Bassett), al igual que duele ese amor ciego y enfermizo que el protagonista sigue profesándole a Faith, una chica que no merece tantas atenciones y lo único que hace es llevarle por el camino de la perdición.

    En el apartado técnico, se aprecia la buena mano de James Cameron en las escenas de acción, aunque el tratamiento de la violencia y el erotismo parece más próximo al de la obra de Paul Verhoeven. Ya desde la colosal escena de apertura, donde el manejo de la cámara subjetiva es espectacular, el espectador se convierte en uno de los atracadores que entran a robar en un restaurante. Vemos a través de sus ojos y nos sumergimos de golpe en la persecución que sufre por la policía. A lo largo del metraje, Bigelow continúa utilizando esta técnica, exprimiéndola con brillantez como nunca antes se había visto en una pantalla. Memorables son las escenas eróticas en las que la cámara prácticamente hace el amor con una sensual Juliette Lewis. En este sentido, Días extraños supone una experiencia audiovisual de primer orden, ya que en muchos momentos, Bigelow hace a su público partícipe de la historia. Todas las secuencias de acción están rodadas con nervio, ayudándose de un montaje vertiginoso y unos magníficos efectos especiales que en todo momento están puestos al servicio de la historia, sin restar protagonismo a sus personajes. Especialmente memorables resultan, en este aspecto, las escenas en que la prostituta Iris es perseguida por los policías y, sobre todo, el dilatadísimo y muy intenso epílogo que tiene lugar durante la celebración del cambio de siglo. La banda sonora no puede ser más ecléctica, ya que junto a la partitura de Graeme Revell, se emplean estilos tan dispares como rock, rap, reggae, hip hop, música clásica o baladas para acompañar en cada momento a las imágenes. Temazos como While The Earth Sleeps de Peter Gabriel, Fall in the light de Lori Carson o Here We Come de Me Phi Me, la canción que interpreta el personaje del rapero Jeriko One (Glenn Plummer), perfecto reflejo de la sociedad deshumanizada que muestra la cinta, son un verdadero placer para los oídos.

    Estrenada en el Festival de Venecia de 1995 con una recepción más bien fría, Días extraños tenía todos los ingredientes para convertirse en una obra de culto con el paso de los años (como así ha sucedido). Los críticos no fueron benévolos con ella y sus elevadas dosis de violencia y sexo, unidas a un metraje de casi 140 minutos, acabaron pasándole factura en taquilla. Unos desastrosos 8 millones de dólares de recaudación la convierten en uno de los fiascos comerciales más sonados de los últimos tiempos. Una verdadera lástima, ya que estamos hablando de un filme que merece su puesto entre los clásicos de la ciencia ficción moderna, junto a otras maravillas como Gattaca (1997), Dark City (1998) o Matrix (1999).

    José Antonio Martín

    Ficha técnica:

    Estados Unidos. 1995. Título original: Strange Days. Directora: Kathryn Bigelow. Guión: James Cameron. Productora: 20th Century Fox. Presupuesto: 42.000.000 dólares. Recaudación en USA: 7.959.291 dólares. Localización: Los Ángeles. Música: Graeme Revell. Fotografía: Matthew F. Leonetti. Montaje: Howard E. Smith, James Cameron. Intérpretes: Ralph Fiennes, Ángela Bassett, Juliette Lewis, Michael Wincott, Tom Sizemore, Brigitte Bako, Vincent D´Onofrio, William Fichtner, Glenn Plummer, Josef Sommer.

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