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    Cine Alemán Siglo XXI

    FANTOMAS - JUVE CONTRA FANTOMAS (1913)

    Juve contre Fantomas poster
    La segunda entrega del mítico serial Fantomas (Fantômas, 1913-14) lleva por título Juve contra Fantomas (Juve contre Fantômas). Dirigido el mismo año que la anterior, 1913, el salto cualitativo es sin embargo abrumador. Feuillade se muestra contagiado de toda la fiebre narrativa de los creadores del personaje, Pierre Souvestre y Marcel Allain, e impone un ritmo de vértigo a las escenas. De una duración mayor que el anterior episodio (los casi sesenta y dos minutos de esta frente a los cincuenta y cuatro de A la sombra de la guillotina, À l’ombre de la guillotine), la sensación no es que hayan pasado unos pocos meses entre el rodaje de uno y otro, sino años. Estamos asistiendo al apasionante nacimiento del lenguaje cinematográfico tal y como lo conocemos hoy día, todavía sus leyes no escritas no están asentadas y el cine es en parte experimento narrativo, busca la forma de expresarse de manera diferente al teatro. Tan solo dos años después llegaría El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, 1915) en la cual el director norteamericano David Wark Griffith resumiría en una sola película todos los avances narrativos dispersos en películas anteriores y daría norma a lo que es el relato cinematográfico tradicional. Normalizaría un lenguaje, el cinematográfico, en su ideológicamente detestable oda a la esclavitud y al Ku Klux Klan que, no lo olvidemos, narrativamente fascinó a un director tan opuesto en esencia al contenido de esta película como fue Serguéi M. Eisenstein (1898-1948). Durante la primera media hora la cámara de Feuillade parece haber enloquecido. Los barrios de París, rodados de forma absolutamente naturalista, se ven atravesados por personajes que se persiguen unos a otros disfrazados, por mujeres de mala vida, por maleantes, criminales y, cómo no, por nuestros héroes el inspector Juve (un siempre excelente Edmond Bréon) y su ayudante el periodista Jérôme Fandor (Georges Melchior) y sus eternos rivales Fantomas (René Navarre, un actor quizá carente del carisma que exigía su fascinante personaje) y aquí la bella Josephine (Yvette Andréyor). Es la realidad violentada por la ficción, pero consiguiendo de manera admirable que esta fluya de manera natural. Todo París es un tablero en el que Fantomas mueve sus peones para desesperación de Juve. ¡Pero también es el tablero de Feuillade! Las localizaciones se suceden a ritmo de vértigo, no duda incluso en montar un plano rodado dentro de un tren solo como parte de una persecución, para después, en otro tren distinto, rodar una de las secuencias más emocionantes del episodio. La primera media hora es un vendaval de genio y emoción, con Feuillade y su equipo lanzados a la calle sin importarles que en algunos planos los viandantes miren a la cámara y a los actores deteniéndose a ver qué diablos están haciendo aquellos locos con una cámara en el centro de París.

    El episodio comienza como el anterior: un plano medio de Fantomas mostrándonos por medio de sobreimpresiones todos los disfraces de los que hará gala en esta ocasión. Pero ojo, no solo él, porque a continuación viene el turno de Juve, que se disfraza casi tanto como su némesis. Enseguida la acción se traslada al punto en el cual terminó la primera entrega: Juve solo en su despacho de la Sûreté. Y enseguida, todos a la calle a ofrecernos la que sin duda es la más brillante media hora de estas dos entregas.

    Juve contre Fantomas
    Fotograma de Juve contre Fantômas (Louis Feuillade, 1913)
    La acción se dispara nada más empezar con el hallazgo de un cadáver atrozmente asesinado. Juve lee un informe que le entrega Fandor: un texto informativo a lo bestia que introduce al espectador de lleno en la trama y lo arrastra en un viaje apasionante. El asalto al tren antes apuntado es pura trepidación. La capacidad de Feuillade para escoger encuadres es sorprendente a cada plano. Y de regalo… ¡comienzan a aparecer enmascarados comandados por Fantomas por todas partes! El tremendo choque de trenes pone fin a una secuencia que quita el aliento. Pero eso no es todo, porque a continuación, en un crescendo que es un prodigio, Fantomas tiende una trampa a Juve y Fandor en un almacén de vinos en la que quizás es la secuencia más celebrada de toda la serie. A la orilla del mar se extienden volcados cientos de toneles creando un paisaje que no sorprende que volviera locos a los surrealistas. De entre ellos, a intervalos, se van asomando los secuaces de Fantomas disparando sin compasión a nuestros héroes que escapan como pueden. Una secuencia visualmente maravillosa que da lugar a los planos más bonitos, originales e impactantes del episodio, y cuyo único defecto es… ¡que dura muy poco!

    Pero no hay respiro, porque acto seguido la acción se traslada a un local elegante al cual han llegado Juve y Fandor persiguiendo a Josephine. Esta delata a Fantomas y nuestros héroes lo detienen. Y entonces, cuando se lo llevan detenido cada uno por un brazo… ¡Ay, creedme! La forma en que Fantomas se escapa de ellos es sencillamente genial: uno de los momentos más pretendidamente divertidos y folletinescos de este episodio que supone todo un regalo para los amantes del cine.

    Yvette Andréyor, Juve contre Fantomas
    Yvette Andréyor en un viaje en tren por el extrarradio parisino en Juve contra Fantomas (1913)
    La segunda media hora es algo más tranquila: resulta impensable mantener el nivel de la primera todo el tiempo. De nuevo planos algo extensos con la cámara fija en plano general, aunque los insertos de detalles narrativos sorprenden al acercar la cámara a los actores. Lo dicho: Griffith tenía de dónde tomar recursos narrativos novedosos para la época. La secuencia final en el refugio secreto de Fantomas retoma la acción trepidante y la planificación sorprendente. Juve y un montón de gendarmes bajo su mando acorralan a Fantomas en la mansión de Lady Beltham (la actriz de rubensianas formas Renée Carl). Feuillade ha tenido mucho cuidado de mostrarnos con detalle cada rincón de la casa para que cuando se produzca el mencionado asalto podamos reconocer cada escenario por el que se desatará la persecución final. Este afán por el detalle tiene así su recompensa para el espectador, una forma de hacer que es la esencia del cine mismo.

    Cuando parece que ya no podrá escapar, de manera increíble Fantomas se escabulle y con unos cartuchos de dinamita vuela toda la casa por los aires con Juve, Fandor y los gendarmes en su interior. Esta vez sí deja Feuillade al espectador con la intriga a la espera del episodio siguiente con un continuará de órdago: “¿Habrán encontrado Juve y Fandor la muerte después de la explosión de la mansión de Lady Beltham?” ¡Pronto lo veremos!

    (Continuará)

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    Imdb Fantômas - Juve contre Fantômas, 1913Por José Luis Forte

    Escribe encerrado en una cueva, nunca entra el sol.
    Proyecta películas en la pared, ni que fuera Platón.
    Cuando sale se divierte, aunque solo piensa en volver.
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    llosef13 [@] gmail.com
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