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    La chica que sanaba
    Cine Alemán Siglo XXI

    Cannes 2014 | Cuarta jornada. Críticas: 'Le meraviglie (Las maravillas)', 'La desaparición de Eleanor Rigby', 'White God' y 'Run'

    La desaparición de Eleanor Rigby

    La rebelión de los perros

    crónica de la cuarta jornada de la 67ª edición del Festival de Cannes
    Críticas: La desaparición de Eleanor Rigby (Ned Benson), Le meraviglie (Alice Rohrwacher),
    White God (Kornél Mundruczo) y Run (Philippe Lacôte) |

    Las películas se acumulan, así como el cansancio. Cada día nos regala alguna cita interesante y poco a poco se van acercando algunas de las películas más esperadas. Aunque los primeros días dejaron algo fría a la audiencia, cada vez más empiezan a aparecer claras favoritas. Le meraviglie, de Alice Rohrwacher, es una de las que está sonando como fuerte contendiente. La sensibilidad de la directora ha sido muy comparada con el neorrealismo de Federico Fellini, pero algunos de sus pasajes están indudablemente más cerca de la Jane Campion del cortometraje Water Diaries o Un ángel en mi mesa. La idea general es la de que, si la cineasta pudiera elegir su Palma, seguramente sería Le meraviglie. En otro orden de cosas, Saint Laurent entusiasmó a la audiencia francesa, aunque las opiniones entre los periodistas extranjeros son de división absoluta. Otros filmes han pasado bastante más desapercibidos, incapaces de hacer valer sus propuestas por rutinarias y poco estimulantes. Run es una de ellas. Cinta de corte social enmarcada en Costa de Marfil sobre el asesinato del Primer Ministro y el recorrido vital de su asesino desde su infancia hasta aquello que lo lleva a cometer el acto. A media tarde, La desaparición de Eleanor Rigby demostraba el inigualable toque Weinstein para atrapar al público en sus redes con propuestas convencionales que parecen más intensas de lo que son. Sin duda, la mayor sorpresa nos la dejó el filme húngaro White God. Desfachatez absoluta de Una cierta mirada, que ha despertado tantas antipatías como risas cómplices gracias a una obra que parece burlarse del festival entero. Un drama perruno en toda su extensión que llega a sus últimas consecuencias. Desde luego esta edición de Cannes está siendo curiosa en sus elecciones.

    Run

    RUN

    dirigida por Philippe Lacôte
    intérpretes: Abdoul Karim Konaté, Isaach De Bankolé, Alexandre Desane, Abdoul Bah, Rasmane Ouedraogo.
    Costa de Marfil, 2014 | Un Certain Regard

    Con una trayectoria de cortometrajista que se remonta a 1994, y dos documentales en su haber, el director Philippe Lacôte se estrenaba en Cannes con su primer largometraje, Run, título metafórico de doble sentido. Run es el nombre del protagonista, pero también es el modo de vida con el que se ha defendido. Desde niño ha estado condicionado por el contexto en el que vive, empujado de un lado a otro fruto de las circunstancias, primero con un curandero, luego con una celebridad local conocida por comerse ollas enteras de arroz y hasta terminar por pura casualidad como miembro del grupo revolucionario de Costa de Marfil. Philippe Lacôte cuenta un relato de iniciación plagado de las sucesivas tragedias que amoldan una personalidad a lo que finalmente acaba siendo. Run se emparenta con este tipo de filmes que buscan concienciar retratando un contexto social y político problemático para dibujar el drama personal de uno de sus miembros. De la misma manera que Difret (2013), aquella película presentada por Angelina Jolie en Berlín, Run busca la simpatía del respetable, aunque en última instancia deja muy indiferente. A pesar de algún buen golpe de efecto —como esa decapitación en el primer tramo— y algunas buenas composiciones de plano, el resto es cine de conciencia típico de certamen. Run es presentado como víctima de un sistema corrupto, donde los líderes de la resistencia acaban aprovechándose de su propio pueblo y quién antes te adoraba está dispuesto a traicionarte. | | 58/100 |

    La desaparición de Eleanor Rigby

    LA DESAPARICIÓN DE ELEANOR RIGBY. ELLOS

    The Disappearance of Eleanor Rigby. Them
    dirigida por Ned Benson
    intérpretes: James McAvoy, Jessica Chastain, Viola Davis, Bill Hader, William Hurt, Isabelle Huppert.
    Estados Unidos, 2014 | Un Certain Regard

    La desaparición de Eleanor Rigby fue originalmente concebida como un díptico de cuatro horas en torno al final de un matrimonio, la imposibilidad de curar las heridas y el dolor de una pérdida irrecuperable. Cada uno de ellos nos contaría la historia con su punto de vista. Uno para Él y otro para Ella. El concepto era mucho más ambicioso de lo que finalmente ha resultado. El montaje original ha sido recortado a un total de dos horas que han unificado ambas visiones en una sola película, con el subtítulo de “Ellos”, y los Weinstein han metido la mano hasta el fondo, trivializando un discurso que podría haber tenido calado. No se cuestiona la química de Jessica Chastain y James McAvoy como la imagen de esa pareja joven con sueños por delante que de repente ven truncada su felicidad cuando pierden a su único hijo. Ambos actores destilan naturalidad y elegancia. Ella con su habitual tendencia a calcar la melancolía de sus personajes; y él con un trabajo emocional muy honesto y nada impostado. En un relato de resortes tan melodramáticos era fácil caer en el regodeo y Ned Benson tiene acierto de no cargar las tintas a la hora de tratar esa pérdida. De hecho, apenas se menciona. Es un tema tabú para ambos y el director se muestra más centrado en la búsqueda de la superación por parte de ambos que el exceso lacrimógeno. Aun así, La desaparición de Eleanor Rigby es un filme con hechuras más que conocidas. Las de un cine más accesible de lo que quiere hacer ver dirigido a un sector de público que pueda decir que ha visto un drama indie. Ojo al dato: la banda alternativa Son Lux son los encargados de la banda sonora. Y calcan su apartado entregando un puñado de temas delicados que subrayan los momentos más líricos —mención especial a un final algo vago en su concreción pero ciertamente bonito que cierra la película con un punto de esperanza—. Hubiera sido muy interesante ver qué resultado habría dado la idea original de Ned Benson tal como la tenía pensada, pero no se puede culpar a los Weinstein por hacer lo que siempre han hecho: entregar películas de apariencia importante que se ganen al público con una facilidad digna de admiración. En eso La desaparición de Eleanor Rigby cumple sobradamente, pero deja entrever un conjunto de personajes contextuales cuestionables. Viola Davis se come sus escenas en base a un ingenio que es alarmantemente común en roles como el suyo, y la situación familiar del matrimonio tampoco ayuda a conectar con ellos. Es una alta burguesía que nunca suelta la copa de vino. Él, chico rebelde con una mala relación con su padre. Ella, estudiante de arte sin oficio concreto. Lo mejor sin duda es la honestidad con la que el director trata los momentos más duros, con destellos de una sutilidad que el filme debería mantener más a menudo. Pero no hay salvación para La desaparición de Eleanor Rigby. Al final termina siendo un drama bonito con toque instagram de cierta elegancia, como muchos están proliferando ahora en Hollywood. | ★★ | 67/100 |

    White God

    WHITE GOD

    Fehér Isten
    dirigida por Kornél Mundruczo
    intérpretes: Zsófia Psotta, Sándor Zsótèr, Lili Monori, Lili Horváth.
    Hungría, 2014 | Un Certain Regard

    A media tarde se estrenaba la que, junto a Relatos salvajes, ha sido una de las sorpresas más cachondas de todo el certamen. White God llegaba como una película húngara producida, entre otros, por el Instituto de Cine Sueco, dando la idea de que uno se encontraba ante otro drama de poderoso contenido en torno a la desolación de una niña de 14 años que debe sobrellevar la separación de sus padres con el consuelo inseparable de su mejor amigo: su perro Hansen. La sorpresa llega cuando, tras los quince primeros minutos, el punto de vista cambia. Dejamos a Lily en mitad de su clase de música (es trompetista en una orquesta) para seguir las vivencias de la mascota, abandonada por el padre cuando éste obliga a su hija a elegir entre si dejarlo en plena calle o que el refugio se lo lleve. La rebeldía de Lily acaba con Hansen en un arcén de carretera, la cámara olvidando a la familia y la película convertida en un trasunto de épica animal que bien podría titularse “Rebelión en la perrera”. El director húngaro Kornél Mundruczó ya estuvo en Cannes en dos ocasiones anteriores, y en la primera de ellas se llevó el Premio FIPRESCI. Ésta es su tercera parada, y sin duda ha sido la más inesperada. White God comienza con una poderosísima escena que implica a un centenar de perros persiguiendo a una niña en bicicleta en mitad de unas calles totalmente vacías, y continúa con timidez hasta su revelación auténtica, cuando Kornél convierte a Hansen en el auténtico protagonista, el antihéroe perruno por excelencia, el vengador de los abandonados y los maltratados. Su periplo vital podría ser la versión hardcore de una Disney pasada de rosca que buscase estrenar en Sitges, pero esto es Cannes y la sensación general ha sido de desconcierto. Uno se siente engañado, que le han tomado el pelo de mala manera, que en realidad el cineasta se está riendo más de nosotros que con nosotros. Todo es maniqueo hasta la risa. Las metáforas son explicitas y la cinta es manipuladora hasta decir basta. Pero es tan exagerado que te das cuenta de que de nada sirve cabrearse. Kornél es consciente de que esto es una gran broma con final apoteósico. El Apocalipsis de los perros y la victoria de los veganos. Es entonces cuando se ríe y se abandona a su desfachatez absoluta agradeciendo su elección, ya sea en Sección Oficial o en Un Certain Regard, tanto da, pues ambas competiciones tienen títulos de peso y una es tan importante como la otra. Es una buena noticia ver estrenos así en festivales como estos. Son necesarias para anclarnos a la tierra y no dejarnos llevar demasiado por las alturas filosóficas del cine que caracteriza a la Croisette. | ★★★ | 30/100 |

    Le meraviglie

    LE MERAVIGLIE

    dirigida por Alice Rohrwacher
    intérpretes: Monica Bellucci, Alba Rohrwacher, Margarete Tiesel, André Hennicke, Sabine Timoteo, Sam Louwyck.
    Italia, 2014 | Competición

    Como último estreno oficial del día, la italiana La meraviglie de Alice Rohrwacher dejaba muy buenas sensaciones entre su asistencia. La directora debutaba en Cannes con una ópera prima delicada y muy sobria en torno a una familia de apicultores en una región rural de Italia que ven amenazada su existencia cuando un programa de televisión sobre el exotismo de la vida tradicional se traslada a la región para grabar un concurso en el que la familia ganadora será recompensada con un crucero y un premio en metálico. Rohrwacher enfrenta el avance de una modernidad excéntrica, marcadamente felliniana con un tradicionalismo anclado en tierra, en el costumbrismo de ese mundo en el que vive Gelsomina. Ella es la columna y unión entre sus hermanas y la principal portadora de la esperanza de futuro por parte de su padre, un hombre apegado a un modo de vida carente de las obsesiones del mundo moderno. Se opone tajantemente a participar en el programa a pesar de los deseos de su hija, que por primera vez siente una feminidad de la que disfruta. Monica Belluci es un gran acierto de casting. Rohrwacher escoge a la actriz como encarnación de un ideal de belleza que para la niña es digno de admirar. En esta diatriba radica una de las claves discursivas en las que la directora hace más hincapié, desarrollando al personaje a través de este enfrentamiento consigo misma y con su padre, al tiempo que éste último verbaliza sus temores por “un fin del mundo”, según sus propias palabras, que considera inminente. Es un retrato del cambio y la resignación preñado de melancolía, filmado con unas maneras muy sobrias, repentinamente líricas en su clímax final, cuando Rohrwacher, que hasta ese momento se había mantenido muy serena en su actitud, desata las amarras de la poesía dejando un final sugerente en su simbolismo. A título personal, ha sido la aspirante a la Palma de Oro que más me ha conmovido hasta ahora. | ★★ | 80/100 |

    Gonzalo Hernández
    enviado especial al Festival de Cannes 2014

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