Gritos silentes: La caída de la casa Usher (1928) + Vampyr (1932)
Podcast especial de Halloween
A finales de los años veinte, las sombras del expresionismo alemán se habían extendido. Numerosos cineastas con vocación artística se acercaron al terror para explorar las posibilidades plásticas en la representación de la locura y lo macabro que abrió El gabinete del Doctor Caligari (1920). Entre ellos, de los grandes maestros del cine silente que quisieron acercarse al género.
Jean Epstein, próximo a las vanguardias artísticas, había entregado ya varias obras redondas bajo el influjo del «impresionismo» cinematográfico cuando decidió adaptar La caída de la casa Usher de Edgar Allan Poe, un escritor al que admiraba y que consideraba precursor del relato cinematográfico. Epstein puso en escena una mansión Usher imbuida de la decadencia mórbida de Poe, rodeada de fango y árboles secos y azotada por un viento perpetuo. Incluso, consiguió una película llena de sonoridad pese a ser muda.
Carl Theodor Dreyer acometió el rodaje de una película de terror tras el enorme despliegue que supuso «La pasión de Juana de Arco» (1928). Inspirándose muy libremente en varios relatos de Joseph Sheridan Le Fanu, concibió Vampyr (1932). Una película en estado liminal como pocas lo han estado en la historia del cine, atrapada sin salida entre la realidad y la imaginación fantasiosa de su protagonista, entre el día y la noche, entre el cine sonoro y el mudo.
Las dos fueron, además, proyectos independientes que sus directores levantaron fuera del sistema de estudios. Y ambas dan testimonio de los grandes logors expresivos del cine mudo antes de que fueran barridos por el sonoro y el cine se convirtiera en otra cosa.
Este episodio es la segunda entrega de los programas especiales sobre terror con los que, a lo largo del mes de octubre, recorremos la antesala a Halloween. Tras los micros, Miguel Muñoz Garnica, Julio Bernad y José Luis Forte.
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