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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | Weapons

    || Críticas | ★★★★★
    Weapons
    Zach Cregger
    ¿Dónde están nuestros hijos?


    José Martín León
    Telde (Las Palmas) |

    ficha técnica:
    Estados Unidos, 2025. Título original: Weapons. Dirección: Zach Cregger. Guion: Zach Cregger. Producción: Zach Cregger, Roy Lee, J.D. Lifshitz, Raphael Margules, Miri Yoon. Productoras: Subconscious Films, Vertigo Entertainment, BoulderLight Pictures, New Line Cinema. Distribuidora: Warner Bros. Fotografía: Larkin Seiple. Música: Ryan Holladay, Hays Holladay, Zach Cregger. Montaje: Joe Murphy. Reparto: Julia Garner, Josh Brolin, Alden Ehrenreich, Austin Abrams, Cary Christopher, Benedict Wong, Amy Madigan, Toby Huss, June Diane Raphael, Justin Long.

    Tan solo siete días después de Devuélvemela (Danny Philippou, Michael Philippou, 2025), aterriza en las salas de cine españolas otra cinta que se disputa el cada vez más reñido título de "la mejor película de terror del año": Weapons. Ambas cintas comparten una especial circunstancia, la de significar el segundo trabajo de unos realizadores que habían despertado altísimas expectativas, gracias a unas óperas primas de lo más estimulantes. Si los hermanos Philippou han conseguido superar esa prueba de fuego, entregando una obra más madura que la estupenda Háblame (2022), solo quedaba comprobar si lo logrado por Zach Cregger en Barbarian (2022), su primer proyecto en solitario –mejor olvidar sus dos comedietas codirigidas junto a Trevor Moore– no había sido fruto de la casualidad y estaríamos, también, ante uno de los nuevos directores a seguir de cerca dentro del género. Nos agrada constatar que esto último ya es una realidad y que Weapons es una de las experiencias cinematográficas más satisfactorias de lo que llevamos de año. Una de las cosas que hicieron que Barbarian se sintiera como algo original y fresco, fue su estructura no lineal y el modo en que alternaba los distintos puntos de vista de sus personajes, logrando que el espectador no diera por sentado en ningún momento lo que estaba sucediendo en pantalla, mientras era sacudido por continuas sorpresas y giros de guion que le llevaban hasta su explosivo final. Esta manera de narrar una historia vuelve a estar presente en el segundo filme de Cregger, que comienza con la voz en off de un niño que cuenta algo parecido a un cuento de terror y que no es otra cosa que el detonante de los hechos que azotarán a una pequeña ciudad en Weapons. Todos los niños (menos uno) de una misma clase se levantaron de sus camas la misma noche, a la misma hora (2:17) y salieron de sus casas corriendo, desapareciendo en la oscuridad para nunca más volver, mientras muchas de las cámaras de seguridad de sus hogares recogían las imágenes.

    Con este punto de partida tan enigmático como perturbador, la película empieza poniendo el foco en la profesora de estos niños, Justine Gandy, la principal sospechosa de la múltiple desaparición. Al menos, para unos padres que, ante la falta de respuestas sobre lo que sucedió aquella noche y los escasos avances de la investigación policial, parecen sentenciar a la mujer, sometiéndola a un acoso y a una persecución cada vez más insoportables. El clima de crispación que se respira en cada rincón de la ciudad es palpable y Justine, que se ve obligada a abandonar, por presiones, el ejercicio de su trabajo, es la primera interesada en tratar de descubrir la verdad para poder seguir con su vida con normalidad. La cinta se mueve en su primer tercio en unos terrenos más propios del thriller policial o el drama sobre desapariciones, con ciudadanos desencantados con la ley, intentando tomarse la justicia por su mano, en la línea de Prisioneros (Denis Villeneuve, 2013). Julia Garner está fantástica en el rol de Justine, una mujer que no lleva una vida ejemplar (tiene problemas con el alcohol y una relación tóxica con un hombre casado), pero que tampoco merece la caza de brujas a la que se ve sometida por mucho que sea el dolor y la impotencia los que muevan a sus perseguidores. Sin embargo, ella no será el personaje sobre el que recaiga, exclusivamente, el peso de toda la trama, ya que el director y guionista ha optado por fragmentar la película en una serie de capítulos titulados como los nombres de los distintos personajes (seis en total) de los que conoceremos sus puntos de vista, entrecruzando sus caminos mientras ayudan a esclarecer el misterio. Así, junto a Justine, seguiremos los pasos, paralelamente, de Archer (correcto Josh Brolin en un rol pensado para Pedro Pascal), el padre de uno de los chicos desaparecidos y único apoyo de la docente señalada; Paul (Alden Ehrenreich), un policía enredado sentimentalmente con Justine; Marcus (Benedict Wong), el director de la escuela; James (Austin Abrams), un joven delincuente local y el pequeño Alex (Cary Christopher), el único niño que no desapareció aquella noche.

    Esta estructura hace que Weapons sea una obra muy coral en la que todos y cada uno de los actores, por muy secundarios que puedan parecer, tendrán su momento de lucimiento. Conviene no contar demasiado más de la trama para que el espectador acuda lo suficientemente "virgen" al visionado de la cinta y disfrute así de las múltiples sorpresas que esta depara. No solo sorprende en lo argumental, con unos giros de guion muy bien hilados, sino que también lo hace por la brillantez con la que es capaz de combinar terror y comedia negra. Sí, han leído bien, comedia negra. Porque el filme, que posee algunos de los sustos más efectivos del año y tampoco escatima en escenas sangrientas (sin llegar al sadismo de Devuélvemela), introduce generosas dosis de humor macabro y truculento, capaz de arrancar más de una carcajada a un espectador que, segundos antes, estaba aterrorizado. Este equilibrio sería difícilmente digerible de no ser por la mano maestra de Cregger en la dosificación de estos ingredientes. El director, confeso admirador de la obra de Stephen King, bebe del universo de este autor a la hora de retratar una pequeña comunidad trastocada por una amenaza desconocida, capaz de sacar lo peor de sus habitantes, igual que aquel hiciera con, por ejemplo, It). Como cineasta, se confirma como un excelente creador de atmósferas, logrando algunas escenas de gran poder inquietante (la escapada de los niños de sus casas, en medio de la madrugada), mientras que, como guionista, sabe darle su lugar a cada una de sus criaturas. Hay un personaje, interpretado por una irreconocible Amy Madigan (la cual está maravillosa), la tía Gladys, que, seguramente, pase a los anales del género, regalándonos algunas de las imágenes más celebradas de una función en la que caben casi todos los ingredientes que se esperan para satisfacer a los fans del horror (casas que dan mal rollo, rituales de brujería, ataques "zombies"...), todos introducidos con gracia y originalidad. En definitiva, Weapons) es una de las mayores sorpresas de la temporada (también en taquilla, donde lleva más de 100 millones de dólares recaudados en su primera semana), oscura y cómica al mismo tiempo (algo que se resume a la perfección en su memorable desenlace), que contribuye a aportar nuevos aires a un género en el que hacían falta más propuestas originales como esta. ♦


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