|| Críticas | Cannes 2025 | ★★★★☆
Eddington
Ari Aster
Nueva era en Nuevo México
Ignacio Navarro Mejía
Cannes (Francia) |
ficha técnica:
Estados Unidos, 2025. Título original: «Eddington». Dirección y guion: Ari Aster. Compañías: A24, Square Peg, Access Entertainment, 828 Productions, IPR.VC. Festival de presentación: 78.º Festival Internacional de Cine de Cannes (Competición Oficial). Distribución en España: [Información no disponible]. Fotografía: Darius Khondji. Montaje: Lucian Johnston. Música: Bobby Krlic (The Haxan Cloak), Daniel Pemberton. Reparto: Joaquin Phoenix (Joe Cross), Pedro Pascal (Ted Garcia), Emma Stone (Louise Cross), Austin Butler (Vernon Jefferson Peak), Luke Grimes (Guy), Deirdre O’Connell (Dawn), Micheal Ward (Michael), Clifton Collins Jr. (Lodge), William Belleau (Oficial Butterfly Jimenez), Cameron Mann (Brian), Matt Gómez Hidaka (Eric Garcia), Amélie Hoeferle (Sarah), entre otros. Duración: 145 minutos.
Estados Unidos, 2025. Título original: «Eddington». Dirección y guion: Ari Aster. Compañías: A24, Square Peg, Access Entertainment, 828 Productions, IPR.VC. Festival de presentación: 78.º Festival Internacional de Cine de Cannes (Competición Oficial). Distribución en España: [Información no disponible]. Fotografía: Darius Khondji. Montaje: Lucian Johnston. Música: Bobby Krlic (The Haxan Cloak), Daniel Pemberton. Reparto: Joaquin Phoenix (Joe Cross), Pedro Pascal (Ted Garcia), Emma Stone (Louise Cross), Austin Butler (Vernon Jefferson Peak), Luke Grimes (Guy), Deirdre O’Connell (Dawn), Micheal Ward (Michael), Clifton Collins Jr. (Lodge), William Belleau (Oficial Butterfly Jimenez), Cameron Mann (Brian), Matt Gómez Hidaka (Eric Garcia), Amélie Hoeferle (Sarah), entre otros. Duración: 145 minutos.
Eddington, la cuarta película de Ari Aster, es muy actual, pues se ambienta en mayo de 2020 y todo su contenido narrativo gira en torno a conflictos y costumbres recientes o inmediatos, tales como el COVID y las teorías conspiranoicas, el movimiento Black Lives Matter, las energías limpias o la omnipresencia de las redes sociales. Pero su protagonista, interpretado por ese valor seguro que es Joaquin Phoenix, parece de alguna manera anclado en el pasado, personal por falta de madurez, de adaptación a los nuevos tiempos (la primera señal al respecto es su negativa a usar mascarilla como los demás, pese a estar ya impuesto por decreto) e histórica por lo que representa, en ese papel de shérif algo solitario (en todo caso de entorno disfuncional) de una pequeña ciudad para más inri imaginaria, y por ende anacrónica. Eddington evoluciona con los tiempos, pero a marchas forzadas y con una incoherencia intrínseca, ya que todos sus habitantes están apesadumbrados por las circunstancias adversas y su educación sin valores verdaderos, que los confunde y radicaliza. El sheriff parece una de las excepciones, una persona más íntegra y comedida, dentro del reconocimiento de su inseguridad. Pero es una percepción engañosa, pues como los demás está destinado al maniqueismo o directamente al fanatismo.
Con todo esto y más juega Aster, siguiendo aquí un desarrollo narrativo donde todo tiene cabida, a menudo con exceso de información y diálogos interminables. Pero mantiene siempre el objetivo en la mira, una intención clara y meridiana (más didáctica que sutil, siguiendo el tono de sarcasmo y crítica exacerbada), evitando que el ambicioso metraje (no solo en contenido, sino en duración) se le vaya de las manos. Para ello confirma su talento de anteriores películas al estructurar secuencias desde el suspense creciente, en base a acciones y revelaciones progresivas, pero basándose no en efectos visuales de ocultación parcial del escenario o de cambios repentinos de perspectiva (como es más común en el cine si se quiere transmitir tal suspense), sino en una puesta en escena integral del decorado en cuestión, con tomas dinámicas y más bien largas que se encadenan en un montaje ágil, procurando abarcar todo el detalle de la acción. Esta se despliega en varias tramas interconectadas, en torno al duelo al sol entre el shérif y el alcalde (Pedro Pascal), sobre todo desde que el primero decide disputarle el puesto al segundo, y con otras ramificaciones sociopolíticas que convierten a Eddington en paradigma geográfico del sentir de una nación, reuniendo en sus escasos habitantes el pensamiento, de izquierdas o derechas, de todo un pueblo. Conviene por lo demás no desvelar más detalles narrativos, ni sería pertinente en una historia que rehúye la narración convencional aunque aproveche sus esbozos para guiar a los personajes como marionetas de unas pautas superiores. Pero estas son puramente ficticias, no hay normas reales, y es tan fácil romperlas como seguirlas, incluso por quién sea a priori el responsable de hacerlas cumplir. ♦