|| Críticas | Mostra de Valencia 2024 | ★★☆☆☆ |
When the Phone Rang
Iva Radivojević
La identidad dislocada
Yago Paris
ficha técnica:
Serbia. 2024. Título original: Kada je zazvonio telefon. Director: Iva Radivojević. Guion: Iva Radivojević. Productores: Madeleine Molyneaux, Genovéva Petrovits, Iva Radivojević, Marija Stojnic, Andrijana Sofranic Sucur. Productoras: Set Sail Films, Ivaasks Films, Picture Palace Pictures. Fotografía: Martin DiCicco. Música: Iva Radivojević. Montaje: Iva Radivojević. Reparto: Natalija Ilincic, Anton Augustinov, Slavica Bajceta, Danica Maksimovic, Dunja Vladisavljevic, Mila Drobnjak, Vasilije Zecevic, Srna Vasic.
Serbia. 2024. Título original: Kada je zazvonio telefon. Director: Iva Radivojević. Guion: Iva Radivojević. Productores: Madeleine Molyneaux, Genovéva Petrovits, Iva Radivojević, Marija Stojnic, Andrijana Sofranic Sucur. Productoras: Set Sail Films, Ivaasks Films, Picture Palace Pictures. Fotografía: Martin DiCicco. Música: Iva Radivojević. Montaje: Iva Radivojević. Reparto: Natalija Ilincic, Anton Augustinov, Slavica Bajceta, Danica Maksimovic, Dunja Vladisavljevic, Mila Drobnjak, Vasilije Zecevic, Srna Vasic.
En When the Phone Rang (Kada je zazvonio telefon, 2024), Iva Radivojević parece tratar de dar sentido a las piezas desgajadas que componen el recuerdo de su infancia, atravesada de manera determinante por un suceso sociopolítico traumático: las guerras yugoslavas. La cineasta serbia nació en lo que por aquel entonces era Yugoslavia, y en 1992 se vio forzada a emigrar, junto con su familia, dejando atrás su vida hasta entonces, y, probablemente, su identidad. La narración la lidera una voz en off omnipresente, que expone las vivencias de la protagonista, Lana –alter ego de la directora–, así como el contexto en el que estas se desenvuelven. La película se podría entender más como un videodiario que como la narración de una historia. Esta aproximación a la narrativa encajaría con lo expuesto anteriormente en lo referente a la memoria: el filme se convierte en una recolección de instantes, a los que se les da forma y organicidad a través de un elemento externo –la narradora no es la propia protagonista–, es decir, quizás más basado en la interpretación –o la imaginación– que en la verdad factual.
Otro elemento ayuda a defender esta hipótesis: la narración cuenta con una marcada estructura circular basada en la lógica del patrón y la variación, que a su vez se fundamenta en la lógica del recuerdo traumático. Un viernes, a las 10:36 de la mañana, el teléfono del hogar de Lana suena, y es ella quien descuelga. Su tía le informa de que su abuelo ha muerto de un ataque al corazón. Corre el año 1992 y poco después su familia emigra. Sin embargo, unas escenas después, vuelve a ser un viernes a las 10:36, y el teléfono vuelve a sonar –de hecho, el plano que contextualiza la acción vuelve a ser el mismo–. En esta ocasión, lo que se muestra a continuación es otra vivencia del pasado cotidiano de Lana. Esta estructura se repite hasta un total de diez veces, dando lugar a una especie de bucle –el bucle del trauma– que podría recordar a los de películas que siguen el patrón de Atrapado en el tiempo (Groundhog Day, Harold Ramis, 1993). El tiempo parece resetearse y volver a la casilla de salida, pero, en este caso, lo que se cuenta a continuación no es necesariamente una repetición, sino más bien un episodio nuevo de la recolección que compone el recuerdo de la infancia.
La llamada telefónica se convierte, así, en el eje rector del relato. Se trata de un instante decisivo, que marca un punto de inflexión crucial en la vida de Lana, hasta el punto de que la joven protagonista interpreta que la llamada, así como la muerte de su abuelo, es lo que desencadena el inicio de la guerra –es habitual que los recuerdos de las personas traumatizadas no sean los del horror, sino los de momentos cotidianos que tuvieron lugar en los alrededores del evento traumático–. Por un lado, el hecho de que la joven considere que la guerra comienza en 1992, y no en 1991 –la fecha real del inicio–, podría estar reflejando la inocencia infantil y la manera en que a esas edades se experimenta la realidad, desligada de los grandes sucesos sociopolíticos. Por otro, el hecho de que haya muerto su abuelo, un militar serbio, se podría leer como el fin del antiguo régimen yugoslavo y el inicio de una nueva realidad, por lo que la muerte del abuelo, simbólicamente, sí podría interpretarse como el inicio de la guerra, el evento que transformó la antigua realidad de los Balcanes en una completamente diferente.
Estas ideas refuerzan la dinámica de un filme enraizado de manera radical en lo individual y lo subjetivo. When The Phone Rang encaja con las tendencias del cine actual, especialmente en lo que se refiere al cine de festivales, donde se priorizan las pequeñas historias, la mirada subjetiva, la exploración del recuerdo –y, en caso de que sea posible, la autoficción–, frente a modelos anteriores de cine, donde lo primordial era el relato de una sociedad, de un sistema, de un evento en su dimensión colectiva. Tomando este punto de partida, sería tentador pensar en la Nueva ola rumana, cuyo punto de partida era el relato subjetivo como nueva forma de construir la Historia, ante la imposibilidad de confiar en los relatos oficiales creados desde las instituciones públicas. Sin embargo, esta visión marcadamente política está ausente en el filme de Radivojević, quien se limita a retratar la manera en que la Historia irrumpe en la cotidianidad de seres anónimos, forzándolos a sufrir las consecuencias de eventos en los que no han tenido ni voz ni voto, lo que nos llevaría con mayor facilidad a pensar en el cine de István Szabó, quien ha consagrado toda una carrera a esta idea.
Sin embargo, al centrarse en la infancia y el recuerdo, Radivojević se muestra interesada principalmente en los procesos de conformación de la identidad –curiosamente, como también sucedía en los primeros filmes del propio Szabó–, y la manera en que semejante cortocircuito sociopolítico puede afectar a la misma. Así, la propia cineasta habla de una identidad dislocada, puesta del revés, lo que podría haber dado pie a una potente reflexión sobre la manera en que, queramos o no, la nación en la que crecemos y los espacios que habitamos en el día a día dan forma a nuestra identidad. Las aspiraciones de Radivojević parecen ser menores, pues, descartada la visión política, la revisión del trauma y la de la relación de la identidad con la nación, lo que queda en When The Phone Rang es una amable recolección del pasado traumático a través de planos fijos filmados en un cálido 16mm. ♦