Chocante episodio de transición
crítica a Pink Cupcakes (4x05) | American Horror Story: Freak Show. | ★★★ |
FX | EE.UU, 2014. Director: Michael Uppendahl. Guión: Jessicha Sharzer. Creadores: Ryan Murphy & Brad Falchuk. Reparto: Sarah Paulson, Evan Peters, Michael Chiklis, Frances Conroy, Denis O´Hare, Emma Roberts, Finn Wittrock, Angela Bassett, Kathy Bates, Jessica Lange, Naomi Grossman, Jyoti Amge, Erika Ervin, Patti LaBelle, Celia Weston, Gabourey Sidibe, Matt Bomer. Fotografía: Michael Goi. Música: Mac Quayle.
Hasta los episodios de transición, aquellos donde la trama se reagrupa y avanza despacio, son algo especial en American horror story. Tras llorar la pérdida de Twisty y con la nueva condición del espectáculo como algo consolidado a nivel social en Júpiter, la trama pasa a centrarse en la llegada de Stanley como falso cazatalentos de Hollywood y la condición de asesino de Dandy. Hay mucho que comentar de estos 48 minutos de frenético metraje, que como un hechizo te hipnotizan desde el primer fotograma hasta los puntos suspensivos que cierran la historia. Siguiendo con la estrategia de centrarse más en uno u otro personaje en cada capítulo, para que el amplio reparto tenga su momento de lucimiento y el público se entere de las circunstancias de los personajes, aquí es el matrimonio de Dell y Desiree lo que se examina, tanto juntos como separados. Sabremos por fin, aunque no era muy difícil de adivinar, la razón de la frustración constante del Hombre Forzudo, así como los motivos de la protuberancia extra de la Mujer ¿Hermafrodita?
Resulta que Dell es gay y, como muchos en los años 50 y todavía en 2014, sufre por ello. Mucho. Esto explica su preferencia por la Mujer Barbuda que es Ethel, o Desiree con su apéndice adicional, que no lo es tanto. Dell cruza sus caminos con Dandy en un bar gay clandestino de la zona, donde tiene un atractivo noviete (Matt Bomer, del que hablaremos ahora) que cobra por su tiempo. Michael Chiklis expone toda su vulnerabilidad en un monólogo donde declara su amor por Andy y las intenciones de crear juntos una nueva vida, algo que minutos más tarde veremos será imposible. Respecto a Desiree, un arrebato de pasión con Jimmy la lleva al médico, donde descubre no solo que no es hermafrodita –su apéndice extra es un clítoris hipertrófico–, sino que ha tenido un aborto involuntario. Angela Bassett nos hace olvidar a su memorable Marie Laveau dando vida y alma al drama de Desiree, que ha tenido una vida terrible y ve en las noticias de doctor la posibilidad de ser normal.
El punto más bajo del capítulo es su variante onírica, que materializa los sueños e ilusiones de Stanley para confusión deliberada del espectador. El plan del hombre y su compinche Maggie es matar a los miembros más extraños del espectáculo para después vender lo más bizarro al Museo Americano de la Morbosidad. Durante el episodio tratará de convencer a las siamesas de que coman las magdalenas rosadas que dan título al capítulo, previamente envenenadas. Lo que no espera es que Elsa esté tan celosa de las chicas que vaya a llevárselas para no volver; ni que Maggie esté tan colada por Jimmy que le esté aconsejando huir con “sus poderes”. Es sembrar las señales de un futuro conflicto. Uno, o varios, que destruirán la confianza de la gente del espectáculo. Quizá de manera irreparable. Hasta ahora, Desiree se ha mudado con Ethel tras conocer la paternidad de su marido; Jimmy arrastra la culpa por la muerte de Meep y Elsa se siente peor que nunca, con los abucheos del público y los celos de las atenciones de Stanley. Atenciones que son verdaderamente cautivadoras, y que demuestran que Denis O´Hare es un actor camaleónico.
La trama asesina de Dandy, por su parte, avanza paralelamente dejándonos instantes para el recuerdo. Tras hacer que su madre se encargue del cadáver de Dora –es casi divertido ver lo poco convincente de su excusa para encontrar otro culpable–, el chico se autoconvence una vez más de su grandeza y se viste para matar. Las referencias de American horror story no solo miran al pasado, como demuestra toda el montaje musical y con el off de Dandy en ropa interior gastando sus energías y explicándose para el espectador. Es puro American psycho (Mary Harron, 2000), además de un gratuito despliegue físico del atractivo Finn Wittrock. La muerte de la criada propicia otro regreso, esta vez con Gabourey Sibide, disfrazada –no hay mejor palabra para definir su nuevo look– de estudiante de secretariado y preguntando por su madre. Fuera Queenie, de Coven, y dentro Regina. La excusa de Gloria es pobre, así que la visita de la joven es inminente. La llamada sirve además para jugar con la pantalla partida, siempre bienvenida, y que la gran Frances Conroy dé convincente vida a las dudas de Gloria sobre dónde falló la educación de su hijo.
Como ya hemos dicho, el primogétino Mott cruzará su camino con Dell y con su secreto mejor guardado, el arrebatador Andy. Cuando se anunció el fichaje de Bomer por Freak show, el co-creador Ryan Murphy dijo que le había propuesto al actor hacer una de las cosas más desagradables e intensas que jamás habían hecho en la serie. Al ver su personaje de prostituto y saber las inclinaciones de Dandy, uno se podía pensar lo peor. Gore sexual llevado al extremo. Casi, pero no. Dandy se pone la máscara dental de Twisty, lo cual le termina de dar la fuerza necesaria para ser ese Otro Dandy, y acuchilla salvajemente a su cita. ¿Qué era eso tan perturbador? Pues que en plena sesión de desmembramiento para disolver en ácido el cuerpo, Andy sigue vivo. Dandy le serrará el brazo restante mientras éste respira, creando una instantánea de intenso rojo y difícil de olvidar. Como difícil de olvidar es el binomio Matt Bomer/Ryan Murphy, que desde 2011 forjaron una amistad que ha germinado en hasta cuatro colaboraciones juntos. Ambos se reunieron hace tres años para discutir el papel de Felix en la que iba a ser la tercera cinta de Murphy, The normal heart. En los dos que tardó en salir el proyecto adelante, finalmente como premiada TV-Movie de HBO, Bomer ha salido en Glee (2009-2015), la efímera The new normal (2012-2013) y ahora Freak show. Papeles distintos entre sí y de la serie que lanzó a la fama al actor y padre de familia gay: Ladrón de guante blanco (2009-2014). Aunque Andy esté disuelto, su recuerdo seguro desatará la ira de Dell, cuya fuerza sigue cobrando víctimas. Rompe las manos del doctor que podría operar a su mujer, y así se perfila como un villano. Por el momento, porque que en American horror story nunca se sabe qué redención o condena van a emitir los guionistas. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
redacción Sevilla