Un todavía necesario
crítica de Still (4x12) | The Walking Dead (Temporada 4)
Este artículo contiene spoilers*
AMC | EEUU, 2014. Director: Julius Ramsay, Guión: Angela Kang, Creador: Frank Darabont, Reparto: Andrew Lincoln, Lauren Cohan, Chandler Riggs, Norman Reedus, Steven Yeun, Danai Gurira, Melissa McBride, Scott Wilson, Sunkrish Bala, David Morrissey, Fotografía: Stephen Campbell, Música: Bear McCreary.
Beth y Daryl andan por el bosque en busca de refugio. La necesaria convivencia ha despertado las notables diferencias entre ambos. No les queda otra alternativa que unirse para sobrevivir. Mientras enfrentan a los muertos vivientes fortalecen la distante relación entre ellos.
Es difícil capturar a la audiencia en la noche de los Óscar. Por tanto, requiere cuidado pensar en qué capítulo de una serie será trasmitido ese día. En todo producto audiovisual la clave es entretener y evitar el estancamiento. Sin embargo, revelar detalles básicos en un episodio que se sabe de antemano tendrá bajas audiencias no parece una decisión muy sabia. Y bien claro lo tuvieron los guionistas de The Walking Dead, que con su capítulo doce, denominado Still, supieron sortear más de cuarenta minutos entretenidos pero prescindibles. Predominó la caracterización de personajes, y la trama lineal que se viene articulando en esta temporada de la serie quedó intacta. Por tanto, para aquellos que decidieron dedicar su noche a los Premios de la Academia norteamericana, no les va a ser difícil retomar la próxima entrega de estos sobrevivientes al ataque zombie. Para los que prefirieron apostar por la producción de AMC, ahora saben más de dos de sus personajes, aunque siga la angustia por un desenlace que no llega.
Sólo Beth (Emily Kinney) y Daryl (Norman Reedus) protagonizan este episodio. En Inmates (4.10) ya quedó claro que el circunstancial binomio había sobrevivido tras el ataque a la prisión, y deambulan solos buscando refugio. En este nuevo capítulo continúan buscando un lugar seguro, mientras la relación entre dos personalidades tan diferentes parece ir chocando con más frecuencia. Ella esperanzada en medio de un panorama demasiado adverso, y él desmotivado ante tantas pérdidas irreparables. Así se construye un capítulo equilibrado en el que, a pesar de emocionarnos con lo cerca que parece la muerte de Beth, la acción cede al diálogo entre los personajes, en constante caracterización. Después del paro de mitad de temporada, el equipo de The Walking Dead ha optado por capítulos similares. En este, lo más meritorio radica en la contraposición entre personajes que genera una creíble tensión como telón de fondo a la historia narrada. Si bien en las temporadas anteriores Beth había sido un personaje con poco lucimiento, ahora está lista para importar. Con una adolescencia detenida necesariamente, esta nueva Beth parece no querer perder sus sueños, a pesar de la hostilidad que la rodea. Emily Kinney defiende con esmero el personaje, dotándolo de una simpleza y credibilidad sorprendente. Para los que anticipaban que Beth podría ser la próxima en la lista negra de la serie, Still es un episodio fundamental. Ahora Beth se hace entrañable, y con ello una clara presa para decir adiós. Los guionistas nos tienen acostumbrados a que el cariño en esta serie se corte sin contemplaciones. Daryl, por su parte, resulta no ser tan duro como parece, algo que ya habíamos visto en situaciones anteriores. Sin embargo, con Beth hay otra dimensión de él que desconocemos y sale a la luz. El arquero le ha encontrado sentido a su vida en medio del desastre. Su pasado relacionado con la adicción a las drogas le hizo deambular mucho antes de que se desatara la crisis.
El cierre reserva lo mejor del episodio. Mientras suena The Mountains Goats con su tema Up to the wolves, Beth y Daryl deciden quemar su nuevo refugio, con ayuda del alcohol que ambos pretendían beber y las páginas del diario de ella. “Siempre habrá un par de cosas, tal vez varias, que vas a encontrar muy difícil de perdonar”, se escucha de fondo. Mientras ambos personajes dejan atrás no solo su pasado inmediato, las llamas sellan un nuevo pacto entre Beth y Daryl. Un pacto en el que solo importa el futuro, ahora ni tan soñado ni tan apocalíptico. Más allá del romance que algunos pudieran precipitarse a encontrar, se evidencia una mutua necesidad afectiva. Comienza a desesperar la llegada de un desenlace para esta temporada. Han sido cuatro capítulos –después de la primera mitad– en los que la trama profundiza pero avanza poco. Ello, si bien eleva las expectativas para con el final de la serie, presiona fuertemente y pudiera terminar generando un mayor efecto contrario si no cumple. No obstante, sigue la confianza en un producto que ha demostrado con abundancia cómo cautivar a la audiencia a pesar de lo específico de su trama. En las tres temporadas anteriores, The Walking Dead ha reservado finales de lujo, y podemos confiar en que ésta no será la excepción. A pesar de este camino lento que a algunos no termina por convencer. | ★★★★★ |
Alain Arias
Redacción Buenos Aires