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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | El camino de vuelta

    El camino de vuelta

    Un verano inolvidable

    crítica de El camino de vuelta | The Way, Way Back, de Nat Faxon y Jim Rash, 2013

    Viene siendo habitual en los últimos años que una modesta cinta independiente se cuele en la terna de nominadas en las principales carreras de premios o, cuanto menos, se convierta en el éxito sorpresa de la temporada. Una modalidad que suele tener especial buen olfato en este sentido es la de la comedia dramática sobre familias desestructuradas, que logró su más emblemático exponente con Pequeña Miss Sunshine (2006), maravilloso debut en la dirección de Jonathan Dayton y Valerie Faris que, con un escueto coste de 8 millones de dólares, consiguió una recaudación mundial de más de 100, además de lograr seis nominaciones a los Oscars. Desde entonces, Juno (2007), Los chicos están bien (2010), Los descendientes (2011), Crazy, Stupid, Love (2011) o El lado bueno de las cosas (2012) han mostrado distintos modelos de familias alejadas de lo convencional (y más bien desastrosas) que consiguen salir fortalecidas de los más diversos conflictos dramáticos. El camino de vuelta bien podría ser la película destinada a ocupar ese hueco en 2013, otro notable debut (esta vez de Nat Faxon y Jim Rash en la triple faceta de dirección, guión e incluso como actores en papeles secundarios) que vuelve a reunir a dos de los protagonistas de Pequeña Miss Sunshine, Steve Carell y Toni Collette.

    El filme tiene como protagonista absoluto a Duncan, un taciturno e incomprendido adolescente de 14 años al que le cuesta asumir su nueva situación familiar. Pam, su madre, lleva un año de relación con Trent, un tipo mujeriego y aficionado a los porros con el que el joven no mantiene precisamente una relación fácil. Con la llegada del verano, Trent, que no pierde ocasión para hacer que Duncan se sienta inferior, se lleva a la familia (completada por la joven hija de él) a su casa de la playa para pasar de unas “idílicas” vacaciones de verano. Una vez allí, Duncan y su madre conocerán a la fauna de amistades del nuevo patriarca familiar, entre las que están Betty, una simpática divorciada que vive junto a sus hijos adolescentes Susanna y Peter (con un acentuado problema de estrabismo), y el matrimonio formado por Kip y la provocativa Joan, con la que Trent parece tener una química que va más allá de la simple amistad. El muchacho no se encontrará cómodo en este nuevo círculo en el que se deben mover, pero hallará una vía de escape cuando conoce al extravagante Owen, uno de los operarios de un pequeño parque acuático cercano a su casa, donde le ofrece trabajar para ocupar su tiempo libre. Gracias al distendido ambiente que se respira en su nuevo lugar de trabajo y el buen rollo que se establece con el resto del personal, Duncan logrará ganar confianza y madurez para afrontar la complicada situación que vive en su hogar.

    El camino de vuelta

    El guión de Faxon y Rash no tiene ni de lejos la brillantez del de Pequeña Miss Sunshine, ya que pese a que muestra una gran eficacia a la hora de combinar los pasajes más amargos de la historia con los puramente cómicos sin que nada chirríe en exceso, no puede evitar caer en demasiados convencionalismos y lugares comunes. Personajes y situaciones transmiten una inconfundible sensación de ya vistos que, eso sí, consiguen camuflarse gracias a las excelentes interpretaciones de su perfecto reparto. Steve Carell demuestra, por enésima vez, que es mucho más que un estupendo bufón –estamos probablemente ante el personaje más antipático y odioso de su carrera–, mientras que Toni Collette saca lo mejor de su desaprovechado papel de madre del protagonista. La elección de Liam James para el papel de Duncan no puede ser más acertada, soportando estoicamente sobre sus hombros con la mayor parte del peso de la película (pese a tratarse de una obra coral en la que todos tienen su momento de lucimiento). Sin embargo, es el enorme Sam Rockwell quien logra robar todos los planos en los que aparece con su carismática y enérgica creación de Owen, el personaje más positivo y luminoso de la cinta. Sus divertidas ocurrencias para hacer de cada día de trabajo en el parque acuático una aventura imprevisible y sus esfuerzos por ligarse a su compañera de faena, consiguen arrancar sin esfuerzo la sonrisa (nunca la carcajada) del espectador.

    El camino de vuelta

    El camino de vuelta es una de esas películas que se siguen con indudable interés de principio a fin, ingeniándoselas para que el público sienta empatía por las criaturas que pueblan su historia, riendo y llorando con sus avatares. No hay nada nuevo bajo el sol, ya que el cine nos ha dado otras experiencias adolescentes vitales en su vertiente “verano que cambió nuestras vidas” con mucha más enjundia –me vienen a la memoria Verano del 42 (1971) o Cuenta conmigo (1986)– y calado dramático. Aun así, se cuela sin problemas entre las ofertas más interesantes de la cosecha indie –con ciertas aspiraciones comerciales, eso sí– del año, sin abandonar ni por un momento su cómodo tono de amabilidad ni profundizar demasiado en los aspectos más duros (las drogas o la infidelidad están tratados muy superficialmente). Se agradece que, por una vez, el primer amor –representado en el personaje de la encantadora vecina a la que da vida AnnaSophia Robb– no esté tratado de manera ñoña ni adquiera excesiva relevancia en el proceso de madurez de Duncan. Me quedo con su preciosa historia de amistad con el bueno de Owen, ésta sí, decisiva para que el inseguro muchacho se convierta en el empleado del mes del parque acuático y todo un ídolo popular entre los bañistas habituales, demostrándole a su padrastro que es mucho más que ese número tres que, de una escala del uno al diez, éste le había adjudicado. ★★★

    José Antonio Martín.
    Redacción Canarias.

    Estados Unidos. 2013. Título original: The Way, Way Back. Directores: Nat Faxon, Jim Rash. Guión: Nat Faxon, Jim Rash. Productora: Fox Searchlight Pictures/ Sycamore Pictures/ The Walsh Company/ Odd Lot Entertainment. Presupuesto: 4.600.000 dólares. Recaudación en USA: 21.324.656 dólares. Fotografía: John Bailey. Música: Rob Simonsen. Montaje: Tatiana S. Riegel. Intérpretes: Liam James, Sam Rockwell, Steve Carell, Toni Collette, AnnaSophia Robb, Allison Janney, Amanda Peet, Rob Corddry, Maya Rudolph, Zoe Levin, River Alexander, Nat Faxon, Jim Rash. Presentación oficial: Sundance 2013.

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