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    Crítica | El viaje de Bettie

    El viaje de Bettie

    Desmontando a Bettie

    critica de El viaje de Bettie | Elle s’en va, de Emmanuelle Bercot, 2013

    Tenemos una película francesa acerca de un ama de casa de cierta edad, dueña de un restaurante en decadencia, segundo hogar de jubilados, que ha aceptado la pasividad y la falta de sorpresas que se asienta en la vida conforme pasan los años. Una buena noche, su madre, con la que comparte vivienda, le comunica que su amante Etienne, el hombre que ayudó a Bettie a superar la muerte repentina de su marido, ha dejado a su mujer por una jovencita de 25 años. Al día siguiente, en pleno horario de trabajo, Bettie decide coger el coche, dar vueltas a una rotonda una y otra vez, y finalmente, desaparecer de su propia vida. Estamos ante la historia de una decepción sentimental, de un pasado que no termina de superarse, de una rutina que suaviza las heridas con los años y de una actriz inmensa que levanta por si sola una película de mimbres muy mediocres. El viaje de Bettie es un filme dirigido por una mujer que se declara admiradora absoluta de Catherine Deneuve, y es obvio, porque toda ella esta escrita para lucimiento exclusivo de la intérprete que canonizó su belleza en Belle de Jour. Emmanuele Bercot tiene el acierto de focalizar el punto de vista en su rostro, centrando su cámara en ella desde el primer momento, cuando nos la presenta de espaldas en mitad de un prado mecido por el viento, en uno de los planos más expresivos de la cinta.

    Es inteligente hacer una película sobre el hastío vital de una mujer decepcionada, hermosa en su juventud, una Miss Bretaña nada menos, trufando el viaje de la protagonista de nostalgia y pasado, y poner en el lugar estrella a una gran actriz que fue un icono de los rostros del cine. Es una buena jugada, porque ancla la obra a varios elementos poderosos, entre ellos el morbo de un papel emotivo, casi autobiográfico, de manos de una estrella famosa por su frialdad interpretativa, al mismo tiempo que ofrece un personaje con cierta complejidad que es ejecutado a la mínima con una exquisitez que asusta. Sin duda, lo mejor de toda esta parafernalia telenovelesca que se ha montado la señorita Bercot. El viaje de Bettie es un trabajo que no desentonaría demasiado si alguno de nosotros la pillara por casualidad en un estreno de televisión de una noche de sábado. Porque aunque la directora comienza cargando las tintas en el juego metalingüistico, apoyando su propuesta en las oportunidades que le ofrece el pasado de la propia Catherine Deneuve, lo cierto es que es un camino que se abandona pronto, en favor de un drama familiar bastante peor enfocado, con ese toque francés que, para según que dramas, da lugar a un histerismo excéntrico por parte de algunos personajes que está muy muy lejos del reflejado por otros cineastas, especialmente los ingleses, que para las miserias familiares son directores intachables.

    El viaje de Bettie

    El viaje de Bettie, por tanto, es un trayecto que se mueve entre encuentros diversos inherentes a las road movies, unos más acertados que otros, acentuando mucho la mirada en la senectud y la memoria, y en cómo la afrontamos conforme pasa el tiempo, cuando añoramos épocas de gloria y nos conformamos con un vivir que mitigue el dolor del recuerdo. La cura suele venir acompañada, como no, de niños. Ellos son el reflejo del espíritu despreocupado de la infancia. Y en el contraste ayudan a la protagonista a valorar de nuevo una cierta vitalidad que había quedado olvidada. En el viaje de Bettie este papel lo tendrá su nieto, el nexo de unión entre madre y abuela. Una relación llena de resentimiento fruto del descuido de Bettie hacia sus responsabilidades como madre cuando perdió a su marido en un accidente de tráfico. Algo que su hija no perdona. Pero antes de llegar al necesario climax a corazón (y grito) abierto, la protagonista se verá a sí misma a través de otros. Desconocidos de un bar de carretera a través de los cuales Bettie será consciente del poco acierto de sus decisiones, y de su propia cobardía a la hora de afrontar sus problemas. Moraleja hay mucha en el filme de Emmanuele Bercot. ¿Falsó documental? Alguno confundirá los instantes de silencio con un afán de veracidad constante. Aunque la cineasta se preocupa por escribir diálogos naturales, trufados de pausas y dudas, la narración es de todo menos documentalista. Sería más acertado tildarla de discreta. No demasiado llamativa, más bien el típico desarrollo en el que las paradas del viaje en coche se ven alternadas con los momentos musicales debidos liderados en este caso por el señor melancolías, Rufus Wainwright cantando This Love Affair en versión extradiegética.

    El viaje de Bettie

    El viaje de Bettie no merece palabras más allá de su actriz principal. La película es Denueve entera. Catherine fumando un pitillo con un abuelete que recuerda su amor de juventud después de hablar del tiempo. Catherine posando en una fotografía que celebra el aniversario de la promoción de misses del 69. Catherine despertando en plena resaca con un “coyote ugly” a su lado. Emmanuele Bercot ha jugado su carta, y lo ha hecho bien. Berlin la respalda. Aunque su recibimiento fuera más bien frío, poner el logo del Festival en un póster ya es un seguro de publicidad asegurada entre el público cinéfilo. Chapó por ella, pero hay que ser honestos, su película se olvidará fácilmente dentro de unos años (o semanas). Y aunque la Denueve haya otorgado un papel de esos que tanto gustan a los amantes de las biografías literarias, de seguro no será el último que nos deje. El filme se ve sin problemas, hasta conmueve y saca más de una sonrisa, sorprendiendo especialmente la marcada vis cómica de la actriz francesa en algunos momentos. Provoca ese tipo de sentimiento cálido en el alma, con la manta de ganchillo en las piernas, el invierno batiendo las ventanas, y el gato en el regazo, mientras el chocolate humea en la otra mano, y uno se siente feliz por Bettie, porque ella lo merece. Luego apagará el televisor y a los cinco minutos posiblemente no la recuerde. ★★★★

    Gonzalo Hernández
    Redacción Madrid

    Francia, 2013. Título original: Elle s'en va. Directora: Emmanuelle Bercot. Guionista: Jérôme Tonnerre. Interpretes: Catherine Denueve, Nemo Schiffman, Gerard Garouste, Camille, Claude Gensac, Paul Hamy, Mylène Demongeot, Hafsia Herzi. Fotografía: Guillaume Schiffman. Productoras: Fidélite Films, Rhône-Alpes Cinéma, Wild Bunch, Soficinéma 9, Palatine Étoile 10, Orange Cinéma Séries, Région Rhône-Alpes, Center National de la Cinématographie, Région Bretagne. Fecha de estreno oficial: 15 de Febrero de 2013 (Festival Internacional de Cine de Berlin)

    El viaje de Bettie póster - cartel
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