Introduce tu búsqueda

El sendero azul
FICX Imatge Permanent
  • [4][Portada][slider3top]
    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | La acusación

    || Críticas | ★★★★☆
    La acusación
    Teddy Lussi-Modeste
    La revolución


    Emilio M. Luna
    Madrid |

    ficha técnica:
    Francia, Bélgica, 2025. Título original: «Pas de vagues». Dirección: Teddy Lussi-Modeste. Guion: Teddy Lussi‑Modeste y Audrey Diwan. Compañías: Kazak Productions, Frakas Productions, France 3 Cinéma. Festival de presentación: Telluride Film Festival / estreno en cines franceses: marzo‑abril 2024; estreno en España: 11 de julio de 2025. Distribución en España: Vercine. Fotografía: Hichame Alaouié. Montaje: Guerric Catala. Música: Jean‑Benoît Dunckel. Reparto: François Civil, Shaïn Boumedine, Toscane Duquesne, Mallory Wanecque, Bakary Kebe. Duración: 91 minutos.

    En una de las escenas más representativas de la magnífica Half Nelson (Ryan Fleck, 2006), su protagonista, Dan Dunne (Ryan Gosling), un profesor de Historia Contemporánea de un instituto de los suburbios de Brooklyn, sostenía, en un intenso debate con sus alumnos, que la sociedad, y por tanto la Historia, se cimenta sobre un continuo choque de opuestos. Porque, en efecto, el conflicto ejerce de rotor del ciclo político-social; con cada cambio emerge una oposición; con cada nuevo poder una tensión, resultado de, como definía Immanuel Kant, la combinación entre «libertad y necesidad». Ese falso equilibrio siempre está expuesto a la revolución. El poder, como cualquier fuerza gravitatoria que se precie, tiene escrita en su naturaleza una atracción inherente pero también una mutabilidad, una redefinición, y, cómo no, una caída ante un cuerpo, ante una fuerza mayor. En puridad, no existe algo más humano que el deseo de tocar el poder y, por supuesto, de verlo derribado. No hay mayor desafío tanto para la sociedad como para el individuo que cuestionar la estructura imperante.

    Retornando al aula, probablemente el espejo social por antonomasia, la figura del docente, por inspiradora, por autoritaria, es la que más ha sufrido el deterioro del sistema. Desamparado por los estamentos, marginado por leyes educativas, desprestigiado por las familias y, como culmen, desautorizado por el propio alumnado. El maestro, el profesor, es un símbolo endeble, abandonado a su suerte dentro de un sistema articulado sobre la competitividad, que ha otorgado derechos y libertades como efecto de su propia corruptibilidad. La sociedad avanza y el sistema educativo ha sido incapaz de dar respuestas a las evoluciones de nuestro tiempo. La educación se ha convertido en una simple herramienta política –a veces en un arma arrojadiza— y el docente en un simple mediador. Poco importan la naturaleza vocacional, las nuevas estrategias o ni tan siquiera la empatía: el educador se halla a la deriva, sin respaldo y solo con la posibilidad de mirar a una minoría. Un contexto que retrata de forma realista un filme como La acusación (Pas de vagues, 2025), una panorámica amarga sobre el aislamiento de la pedagogía en una contemporaneidad en conflicto constante.

    La película firmada por Teddy Lussi‑Modeste y coescrita por Audrey Diwan (directora y guionista de la sensacional El acontecimiento (L’événement, 2021)— y el propio Lussi-Modeste pudiera ser considerada una abanderada del compromiso de la ficción francesa con la revolución que se vive en las aulas locales fruto de la falta de soluciones en la Francia de este siglo XXI. Citábamos al comienzo un largometraje como Half Nelson, que representaba una decadencia endótica de un docente que encontraba la salvación en los escasos asideros que ofrecía el aula, un arquetipo propio del cine estadounidense independiente al que se adscriben en mayor o menor medida propuestas como Precious (Lee Daniels, 2009), El profesor (Detachment, Tony Kaye, 2011), o la reciente Los que se quedan (The Holdovers, Alexander Payne, 2023). Si el cine norteamericano trata el declive educativo desde un punto de vista individualista, ligado al desencanto de una generación de profesionales, el cine francés, mucho menos optimista, apunta directamente a un problema global, que parte de lo estamental y llega hasta el propio alumnado. Un baile de los malditos reflejado en obras como La clase (Entre les murs, Laurent Cantet, 2008), El buen maestro (Les grands esprits, Olivier Ayache-Vidal, 2017) o Los profesores de Saint-Denis (La vie scolaire, Mehdi Idir, Grand Corps Malade, 2019). Aun con todo, La acusación sin embargo está ligada al último tercio de Los miserables (Les Misérables, Ladj Ly, 2019), ya que sus historias se expanden en plena revolución, primero ética y luego física, en la que la autoridad es el enemigo y en la que se lucha por revertir el orden social.

    La primera escena del filme de Lussi-Modeste no puede ser más representativa. Primero como definición del personaje principal; segundo como augurio de lo que está por llegar: Julian Keller (François Civil) es un profesor de literatura recién llegado a un instituto parisino. Es joven, atractivo y entusiasta; busca con cada referencia llamar la atención de sus pupilos, intentando hacerles partícipes de una conversación a priori muy ajena a ellos. Dialogan sobre el amor, sobre los sentimientos, sobre la masculinidad, sobre el deseo, se nombra a la obra del renacentista Pierre de Ronsard como culmen del platonismo... y, como era de esperar, el discurso se vulnera. Con cada intervención lo que parecía un capítulo idílico en un aula cualquiera, se corrompe. Keller intenta reconducir la clase pero no evita el estrépito interrumpido por el sonido de una campana. Con ello, resulta enormemente interesante cómo Lussi-Modeste planifica la escena, dedicándole su tiempo –su duración está cercana a los diez minutos—, construyendo la tensión plano a plano y cerrando con la desesperación de un docente que, pese a todo, se erige como estandarte orgulloso de un modelo educativo ideal, cuasi utópico. Un modelo que minutos más tarde será asediado por las circunstancias y la desidia.

    Porque, así es, como anticipa el título en castellano, Keller será acusado de conducta inapropiada por una alumna. Lo que parece una anécdota, rubricada en una nota manuscrita, se convertirá en acoso y derribo. Del rumor al infundio, de la duda a la inculpación; así se inicia un lento descenso al averno en la que Keller irá perdiendo apoyos a medida que el proceso se dilata en el tiempo. El joven profesor se verá primero apuntado por sus alumnos –en lo que parece una venganza por premiar a los más destacados en la materia que imparte—, para después ser marginado por sus propios compañeros. En ese momento, su empatía, su metodología, se vuelven en su contra. Keller se convierte en un proscrito por salirse de la monotonía, por romper los cánones de la incuria. De esta manera el libreto de Diwan y Lussi-Modeste, basado en la experiencia personal del segundo, va virando del drama socio-escolar al thriller psicológico. Poco importan algunas sobrecargas –la introducción de su identidad sexual y el arco narrativo resultante— o ciertos subrayados –la revelación de las motivaciones de algunos alumnos—, La acusación, gracias a la solvencia de su escritura, dura, incómoda y, desgraciadamente, muy elocuente, y al diseño de un aparataje visual que desde su modestia traslada a imagen el estado de la docencia heredera del neocapitalismo, deja huella; también lanza una pregunta: ¿Cómo hemos permitido esto? No hay futuro para la sociedad con una docencia estigmatizada. Es el principio del fin. Y el filme de Lussi-Modeste lo representa con una clarividencia extremadamente dolorosa. ♦


    El perdón Fantasías de un escritor Memoria Clara Sola
    el imperio urchin
    Breve historia de una familia

    Estrenos

    El imperio
    Mérida

    Circuito

    Streaming

    Urchin