Derribar la contemporaneidad
Anotaciones sobre la 40ª edición de Cinemajove
La protagonista de Bunnylovr (2025), una camgirl, una vez que se enfrenta al enésimo desencanto vital propiciado por la virtualidad, busca desesperadamente volver a tocar tierra, intentando retomar la relación con su padre moribundo. A partir de ese eje, la ópera prima de Katarina Zhu, que compite en la sección oficial de la 40ª edición de Cinemajove que comienza hoy en Valencia, se revela así como un interesante estudio de la contemporaneidad; entendida esta como una suerte de hiperficción, un escenario repleto de humo sin asideros y, en puridad, sin realidades. Comenzar hablando de este filme, que pasó injustamente desapercibido en la última entrega de Sundance, dentro del marco de Cinemajove no es baladí, ya que esta última edición del certamen levantino tendrá entre sus grandes atractivos a uno de los mayores críticos de la contemporaneidad, dentro de los limites fílmicos, de la última década: Radu Jude.
El cineasta rumano, firmante de una filmografía colosal, que traza como nadie los efectos del neocapitalismo y de la especulación política en nuestro tiempo, recibirá el premio Luna de Valencia por su contribución al cine europeo. «La manera que tiene Jude de aproximarse a ciertos temas, muchos de raíz contemporánea, así como de abordarlos con una mirada incisiva, irónica y desprejuiciada, hace de él una voz original e imprescindible del cine europeo», sostuvo en la presentación del festival el director de Cinemajove, Carlos Madrid Castillo. Jude ha sabido aproximarse con sorna a los males socio-políticos de Rumanía, con extensión a los países occidentales. Con Jude como estandarte, Cinemajove plantea una programación con multitud de aristas argumentales pero con la mirada embocada en este presente inestable.
Paradigma de todo ello es una sección oficial de largometrajes, un apartado de diez títulos, que como sucede con su homólogo de la Mostra de València – Cinema del Mediterrani, huye de cualquier vocación compiladora y apuesta por óperas primas de escaso recorrido en el circuito cinematográfico carentes de distribución nacional. A la citada Bunnylovr, que ya de por sí da sentido a cualquier festival, se unen filmes como las hindúes Bad girl (Varsha Bharath, 2025) –también proveniente de Sundance— y Tiger’s pond (Natesh Hegde, 2025); la ucraniana Honeymoon (Zhanna Ozirna, 2025); la canadiense Measures for a funeral (Sofia Bohdanowicz, 2024); la hongkonesa Montages of a modern motherhood (Oliver Siu Kuen Chan, 2025); la china The botanist (Jing Yi, 2025); la coreana Boy in the pool (Ryu Yeon-su, 2025; la francesa Aquel verano en París (Valentine Cadic, 2025); y la australiana Fwends (Sophie Somerville, 2025). Propuestas alejadas de cualquier corriente comercial y que habitan la sombra de los festivales de prestigio. Un prestigio que, por otro lado, Cinemajove abraza programáticamente cada año.
Cinemajove se celebrará del 19 al 28 de junio.
MONTAGES OF A MODERN MOTHERHOOD | BAD GIRL | MEASURES FOR A FUNERAL | BOY IN THE POOL
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