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    Cine Alemán Siglo XXI

    Sarajevo 2013 | Segunda jornada

    Obrana i zastita de Bobo Jelčić

    HOMBRES EXTRAÑOS

    crónica del segundo día en Sarajevo 2013 | Críticas de A Stranger, Mold y Borgman

    Con buena fe la organización del festival de Sarajevo parece haber atendido a las plegarias de los que asistimos ayer por la noche al horno del National Theatre, porque en sus proyecciones de hoy: A Stranger (Bobo Jelčić, 2013) en competición y Mold (Ali Aydin, 2012) fuera de ella, el aire acondicionado funcionaba a pleno gas. Lo malo es que el cambio de temperatura con el calor de fuera puede haber pillado desprevenido a unos cuantos, entre los que me incluyo. Por ahora, sin embargo, mis estornudos han sido igual de esporádicos que de costumbre y afortunadamente no han coincidido con ningún pase, aunque en el tercero del día, Borgman (Alex van Warmerdam, 2013), sí he tenido que interrumpir mi visionado para levantarme y quejarme ante el fallo técnico por el que el primer tercio de la película se ha proyectado sin subtítulos. Cuando finalmente han aparecido ya era demasiado tarde para volver a empezar el filme, por lo que mi juicio del mismo no puede ser tan completo como debería. De hecho casi me arrepiento no haber vuelto a ver en su lugar Blancanieves (Pablo Berger, 2012), que por lo visto aquí ha sido muy apreciada. Pero por lo demás esta jornada sabática ha valido la pena y ha transcurrido con relativa normalidad y considerable afluencia de espectadores.

    Obrana i zastita de Bobo Jelčić

    A STRANGER

    Obrana i zastita
    de Bobo Jelčić
    Intérpretes| Bogdan Diklić, Nada Đurevska, Ivana Roščić, Izudin Bajrović
    Croacia & Bosnia y Herzegovina
    Selección Oficial | Competición

    La encargada de inaugurar la competición de largometrajes de ficción ha sido este sobrio retrato de un hombre trastornado, dándonos información poco a poco sobre las razones de su soledad y confusión. Ante ello no faltan las referencias a la guerra y sus secuelas, como es dogma en el cine de este país, aunque en la conferencia de prensa posterior al pase el director ha asegurado que no pretendía hacer tal comentario explícito, sino sobre todo mostrar las vivencias de este individuo basándose más en el componente visual que en el diálogo explicativo. Para ello le apoya el que probablemente sea el mejor operador bosnio: Erol Zubcevic, responsable igualmente de la fotografía de An Episode in the Life of an Iron Picker y de la cinta inaugural del año pasado, Children of Sarajevo (Aida Begic, 2012). En las tres la cámara se caracteriza por su gran dinamismo y evita un resultado que por la limitación del drama sería sin ello mucho más aburrido y anodino, sobre todo cuando se emplea un recurso ya tan manido que va perdiendo poderío, como es el plano cerrado de seguimiento a espaldas del protagonista. La apuesta sin embargo por una cámara agobiante y en constante movimiento es aquí más acertada que en otros casos pues ilustra la alienación del sujeto en cuestión, y permite alargar determinados planos en secuencias que de lo contrario se volverían estériles. El mejor ejemplo es aquella en la que dicho personaje visita unas oficinas para reunirse con alguien sin cita previa, y la acción se prolonga hasta el surrealismo más hilarante gracias a la actitud falsamente burocrática de los empleados y a unos diálogos tan rápidos y naturales como ácidos y absurdos. En definitiva, es en esta combinación entre lo humorístico y lo deprimente donde la película destaca, aunque también peque como muchas otras de su nivel de un final algo insatisfactorio por dejar la resolución del conflicto en el limbo. ★★★★★

    Mold

    MOLD

    de Ali Aydin
    Intérpretes| Ercan Kesal, Muhammet Uzuner, Tansu Biçer
    Turquía & Alemania
    Sección In Focus

    Si la anterior película contrarrestaba su humildad y escasez de decorados con ingenio e intensidad, la que ha abierto la sección paralela In Focus sufre con una trama hueca y una planificación sosa. La comparación trae causa del carácter también maduro, melancólico y enfermizo (en este caso debido a ataques de epilepsia) del protagonista, quién manda peticiones diarias a la comisaría para que le informen sin éxito sobre el paradero desconocido de su hijo. Entre tanto este personaje va generando cierta enemistad con un compañero de trabajo, borracho y violador, aunque esta subtrama más bien parece ideada para rellenar con ambigüedades psicológicas una base dramática que a duras penas alcanza la hora y media. Pero el aburrimiento también aparece debido, como hemos dicho, a un trabajo con la cámara poco inspirado: la misma se mantiene siempre fija, permitiéndose como mucho alguna panorámica, pero la duración y el cuadro del plano no siempre apoyan la intención narrativa. El mejor ejemplo de ello es el octavo plano del metraje, el cual dura varios minutos y contiene una pausada conversación entre el protagonista y el comisario. Ambos están sentados frente a frente, de perfil a cámara, a idéntica distancia de la misma y de los márgenes del encuadre. El hecho de que todo el diálogo transcurra bajo estos parámetros inmóviles cansa y no parece justificado en tanto que el personaje está revelando algo que le afecta internamente y que nada tiene que ver con la impersonalidad del decorado que vemos en la pantalla. En otras palabras, sostener tal plano general es acertado cuando los personajes interactúan con su ambiente, cosa que aquí no ocurre. Además, hacia el final del metraje se repite una secuencia similar de interrogatorio/confesión, y la misma está estructurada en varios planos y de una forma más ortodoxa, por lo que el discutible estilo de la primera no es una marca insistente y consistente. Más bien revela el esfuerzo de apuntarse a cierta tendencia del cine de autor actual sin que necesariamente sea lo más idóneo. ★★★★★

    Borgman

    BORGMAN

    de Alex van Warmerdam
    Intérpretes| Jan Bijvoet, Hadewych Minis, Jeroen Perceval, Tom Dewispelaere, Sara Hjort Ditlevsen, Eva Van de Wudeven
    Holanda
    Sección Kinoscope

    Por último he podido ver esta original y provocadora cinta presentada sin demasiado éxito en el pasado festival de Cannes. Se trata de una alegoría a veces ambigua y a veces explícita que nos podría estar hablando simplemente de la llegada de un grupo demoníaco a la casa de una familia de clase media-alta, o más ampliamente de la lucha de clases y de la revolución de la clase baja. Esto último queda patente por el hecho de que los “diablos” son varios y habitan inicialmente en el subsuelo de un bosque del que son expulsados por un cura y otros dos cazadores, debiendo entonces encontrar acogida en otros hogares más cómodos. En otras palabras, salen a la luz unos hombres harapientos e inmorales que los prósperos ciudadanos intentan mantener al margen o eliminar con similar inmoralidad. Tales momentos conforman pues el sorprendente inicio de una película en la que los diálogos quedan afortunadamente en un segundo plano, por lo que la ausencia parcial de subtítulos no me impidió del todo entender lo que ocurría. A partir de ahí el metraje decae un poco, inclinándose hacia la trama ya conocida de un extraño que viene a perturbar la hasta entonces apacible vida de una familia. En este nuevo marco no todas las escenas aportan algo significativo de cara al indudable mensaje de la película ni todos sus elementos aportan la pretendida dosis de turbación e hipnotismo (por ejemplo la escasa música pasa desapercibida). Pero también encontramos algunos segmentos realmente brillantes, como el asesinato del jardinero de la casa por parte de ese ser despiadado para ocupar su lugar y generarse la confianza de sus jefes; o el progresivo contagio diabólico de los niños y de la criada. Y en general el elegante y cuidado esfuerzo de van Warmerdam deja cierto poso. ★★★★★

    La tercera jornada de hoy tiene la peculiaridad de incluir casi de seguido las proyecciones de las tres integrantes de la trilogía paradisíaca de Ulrich Seidl, aunque como yo ya he visto la primera solo veré la segunda y la tercera: Paraíso: Fe (Ulrich Seidl, 2012) y Paraíso: Esperanza (Ulrich Seidl, 2013). En cuanto a la participante competitiva de rigor, se trata de la rumana Carmen (Doru Nitescu, 2013). Veremos pues lo que nos deparan estas tres propuestas aquí, en El Antepenúltimo Mohicano.

    Ignacio Navarro.
    enviado especial a Bosnia-Herzegovina | director & crítico cinematográfico. 

    Equipo de A stranger, de Bob Jelčić | sff.ba
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