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    Crítica | Liga de la Justicia

    El monstruo de Frankenstein de DC

    Crítica ★★★ de Liga de la Justicia (Justice League, Zack Snyder, Estados Unidos, 2017).

    Ya está en cartel la película-piñata del año. Aquella destinada a recibir todos los golpes de la mayoría de los críticos, sin ningún tipo de piedad, y a dividir incluso a los más acérrimos defensores del cuestionado universo cinematográfico DC. No es para menos. Ya su complicada concepción presagiaba el “desastre”. El hombre de acero (2013) y, especialmente, Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia (2016), habían obtenido una acogida un tanto tibia por parte de la crítica, pagando caro el peaje que supone que su director, el personalísimo Zack Snyder, hiciese sus películas pensando en los fans de los cómics y sacrificando, con su tono solemne y oscuro y unas tramas más complejas de lo habitual en el género, la posibilidad de llegar al máximo número de espectadores. Gustasen más o menos, lo cierto es que aquellas dos cintas pueden presumir de un carácter autoral que las distingue del adocenamiento genérico, y la estética del realizador de 300 (2006) o Watchmen (2009) quedó muy marcada en la casa, para bien y para mal. Wonder Woman (Patty Jenkins, 2017) fue un caso aparte. Los comentarios que acaparó desde su estreno fueron de lo más entusiastas, encumbrándose como la perfecta salvación de DC y Warner contra los excelentes resultados que la competencia, esa Marvel respaldada por Disney, cosechaba estreno tras estreno. Ellos sí parecían tenerle pillada la medida al género y conocían la receta del éxito, por lo que ese humor tan presente en las aventuras marvelianas ya se atisbaba, de manera sutil, en el filme de la princesa amazona. Liga de la Justicia ha sufrido lo indecible para llegar a materializarse tal y como la conocemos. Si en un principio la historia se iba a dividir en dos películas, los planes dieron un vuelco total cuando se fichó a Joss Whedon –ni más ni menos que el director de las dos primeras cintas de Los vengadores– para supervisar una posproducción que reduciría el metraje a dos exiguas horas y restaría oscuridad al conjunto, labores que se ampliaron al rodaje de escenas adicionales y la eliminación de gran parte del trabajo rodado por Snyder una vez que este tuvo que abandonar el proyecto por cuestiones personales.

    Con Whedon metiendo mano en el guion, era de esperar que sus habituales chascarrillos y el sentido del humor que le caracterizan hicieran de Liga de la Justicia una suerte de monstruo de Frankenstein, hijo de dos padres y de ninguno al mismo tiempo. Un artefacto perpetrado en los estudios de producción, en constante lucha por satisfacer las exigencias de las masas con un tono mucho más colorista y desenfadado que el de sus títulos precedentes, y por conservar algo de la personalidad de Snyder. Hablemos claro. Quienes defendieron a capa y espada las singularidades de BVS se tomarán esta película como un insulto. ¿Se ha vendido Warner por unos cuantos de cientos de dólares más de recaudación? ¿Ha acabado plagiando el modelo de hacer cine de su enemigo para luchar en la taquilla con sus mismas armas? Algo de todo eso hay, pero, también es verdad, teniendo en cuenta todos los inconvenientes que Liga de la Justicia ha tenido (donde no faltó un incómodo bigote con el que Henry Cavill tuvo que rodar sus escenas de Superman y que tuvo que ser eliminado con magia digital) hasta llegar a las salas, hay que reconocer que la jugada no ha salido tan mal como la quieren dibujar. No sabemos si alguna vez conoceremos la versión que soñaba Zack Snyder (este llegó a completar la película, por lo que su nombre sigue apareciendo como director oficial del producto), pero lo que nos ha llegado no es más ni menos que una cinta superheroica nada desdeñable que, si bien conserva poco de su potente estilo en las escenas de acción –con alguna excepción, como la apoteósica secuencia del ataque del villano Steppenwolf a la isla de Themyscira–, al menos sí logra a alcanzar cierto equilibrio entre dos visiones tan contrapuestas como la de Snyder y Whedon. Partiendo de la base de que es un filme errático, fallido si se quiere, donde el montaje a veces le juega malas pasadas y algunos efectos CGI resultan demasiado chirriantes, Liga de la Justicia funciona de manera aceptable como esa esperadísima reunión de los grandes héroes de DC, ya que estos cuentan con un puñado de actores perfectos para enfundarse en sus trajes y logran ser lo suficientemente carismáticos como para sostener por sí solos, a base de química y presencia escénica, el proyecto más impersonal que pueda caer en sus manos.

    «Es un entretenimiento ágil (sus dos horas se hacen cortas) y funcional, que se limita a ofrecer espectáculo puro y duro para todos los públicos, algo que podría calificarse a la ligera como la anunciada marvelización del universo DC. Los dilemas morales de la eterna lucha del Bien contra el Mal, los conflictos sentimentales/familiares  y las enrevesadas subtramas secundarias impuestas por Zack Snyder en BVS han pasado a la historia».


    Ben Affleck ya se había revelado como un perfecto Batman en la anterior película y, pese a que aquí está un tanto eclipsado por el resto de sus compañeros de liga y algunos chistes no suenan demasiado bien en su boca, vuelve a sacar el papel de manera satisfactoria. El Superman de Cavill también está a la altura de las circunstancias, aunque, por momentos se sienta su presencia como la de un convidado de piedra, ya que es en la Wonder Woman de la encantadora Gal Gadot y en las nuevas adquisiciones donde la película pone mayor énfasis. El éxito de la amazona en su aventura individual fue algo que no pasó desapercibido para los productores y aquí su presencia es mucho más poderosa que en BVS (donde ya fue uno de los elementos más aplaudidos). Jason Momoa es un Aquaman macarra y bruto, mientras que el genial Ezra Miller se adueña de los mejores momentos de la función gracias a su divertidísima encarnación de Flash –algo así como el equivalente al Spider-Man de Los vengadores dentro del grupo–, todo un robaescenas. El Cyborg de Ray Fisher tiene un buen desarrollo y representa con contundencia el carácter torturado del héroe que se siente monstruo. Todos ellos funcionan muy bien por separado y, unidos, conforman una liga de la Justicia más que digna. El tan temido humor del guion de Whedon finalmente no es tan excesivo, puesto casi siempre al servicio de los personajes de Aquaman y Flash, consiguiendo que el filme sea mucho más divertido y complaciente que los anteriores. Es verdad que su libreto es más convencional y que en el camino se han perdido buena parte de la complejidad y la épica que Snyder llevaba cuatro años construyendo. Tampoco ayuda el cambio de Hans Zimmer por Danny Elfman a cargo de la música de la cinta, ya que este último ha preferido desempolvar temas clásicos del Superman de Richard Donner o el Batman de Tim Burton para jugar con el factor nostalgia, pero el resultado es una banda sonora bastante menos impactante y que no apoya a las imágenes con la misma contundencia con la que lo hacían las composiciones de Zimmer. Con sus pros y sus contras, Liga de la Justicia no merece pertenecer al grupo de los peores tebeos filmados, ya que es un entretenimiento ágil (sus dos horas se hacen cortas) y funcional, que se limita a ofrecer espectáculo puro y duro para todos los públicos, algo que podría calificarse a la ligera como la anunciada marvelización del universo DC. Los dilemas morales de la eterna lucha del Bien contra el Mal, los conflictos sentimentales/familiares (la presencia de Diane Lane y la Lois Lane de Amy Adams son poco menos que testimoniales) y las enrevesadas subtramas secundarias impuestas por Zack Snyder en BVS han pasado a la historia y son solo un lejano eco de lo que fueron. Solo si se acepta esta realidad y se dejan los prejuicios a un lado, se podrá disfrutar de esta mastodóntica superproducción de 300 millones de dólares de presupuesto como, sin duda, merece. | ★★★ |


    José Martín León
    © Revista EAM / Madrid


    Ficha técnica
    Estados Unidos. 2017. Título original: Justice League. Director: Zack Snyder. Guion: Chris Terrio, Joss Whedon (Historia: Zack Snyder, Chris Terrio). Productores: Jon Berg, Geoff Johns, Charles Roven, Deborah Snyder. Productoras: DC Cómics / DC Entertainment / Dune Entertainment / Lensbern Productions / Warner Bros. / Atlas Entertainment / Cruel, Unusual Films. Fotografía: Fabian Wagner. Música: Danny Elfman. Montaje: David Brenner, Richard Pearson, Martin Walsh. Diseño de producción: Patrick Tatopoulos. Reparto: Ben Affleck, Henry Cavill, Gal Gadot, Ezra Miller, Ray Fisher, Jason Momoa, Jeremy Irons, Amy Adams, Diane Lane, J.K. Simmons, Connie Nielsen, Billy Crudup, Amber Heard, Joe Morton, David Thewlis, Jesse Eisenberg.


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