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    FANTOMAS - EL FALSO MAGISTRADO (1914)

    Fantômas Le faux magistrat poster affiche
    El quinto y último episodio del serial dirigido por Louis Feuillade, Fantomas, es el titulado El falso magistrado (Le faux magistrat, 1914). Es el capítulo que se encuentra peor conservado, con alguna escena muy deteriorada, una de ellas sustituida por una fotografía y varias por extensos textos explicativos. Esto provoca saltos en la acción y la trama y cambios de ritmo bruscos, pero en cualquier caso debido al terrible mal del cine mudo: la destrucción de grandes cantidades de negativos originales. Estos eran de nitrato, un material inestable de corta vida, y en los inicios del cine este no era considerado un arte y jamás se pensó en su conservación. Hay películas que nos han llegado mutiladas y otras que se han perdido para siempre. Un legado que ha sido tragado por el tiempo.

    Pero disfrutemos de lo que ha permanecido con nosotros. El falso magistrado va a centrar la trama por primera vez, aunque parezca increíble, en Fantomas, siendo este el protagonista absoluto y no el inspector Juve y su ayudante y amigo el periodista Fandor, que aunque tienen su relevancia en la trama andan desaparecidos durante casi todo el metraje. La historia da comienzo con los marqueses de Tergall, los cuales están empezando a saborear la hiel de la ruina y deciden vender sus joyas. Su sirvienta Rosa (la guapa actriz Suzanne Le Bret) los espía. Es la amante de Paulet (Laurent Morléas), un esbirro de Fantomas que ya conocemos del episodio anterior, el asesino del martillo, aquí bastante más comedido y torpón. Fantomas está en una prisión de Bélgica, por lo que sus secuaces deciden robar el dinero y las joyas de los marqueses sin contar con él. Eso sí, su plan es digno del maestro: un disfraz de sacerdote y un boquete en la pared de un hotel les hará dueños del botín.

    Tras esta introducción, rodada con el brío habitual de Feuillade, pasamos a la parte increíble del episodio, que es el plan de Juve para sacar a Fantomas de la cárcel belga. Sí, no me he equivocado ni habéis leído mal. El intríngulis reside en que el genio del crimen no será ejecutado y a Juve no le vale con la prisión para su enemigo. ¡Fantomas debe morir! Para ello concibe la delirante idea de liberarlo y sustituirlo en la celda de la prisión. Su plan es que cuando Fantomas escape, la policía francesa lo atrape en la frontera en su retorno a casa y así poder condenarlo a placer. Y dicho y hecho, porque Juve es tan hábil con los disfraces y las engañifas como su mortal enemigo. Pero no todo será tan fácil. Fantomas escapa de la cárcel gracias a Juve, pero descubre que es perseguido. Se inicia entonces una persecución a lo largo y ancho de tres países (Bélgica, Inglaterra y Francia) que resulta asombrosa. Una de las secuencias de la misma acontece en varios trenes y aquí podemos apreciar con auténtico placer la maestría de Feuillade a la hora de imponer un ritmo prodigioso y mostrar verdadera imaginación en cada encuadre. Fantomas acabará adoptando la personalidad de un juez de instrucción al que asesina, Charles Pradier, y el episodio se encauza en los tejemanejes de Fantomas tras el disfraz de alguien con poder de hacer maldades de manera impune: un juez, el falso magistrado del título.

    Fantômas Le faux magistrat
    Fotogramas de Fantomas, el falso magistrado, la quinta entrega del serial dirigido por Louis Feuillade en 1914
    Como juez, Fantomas se dará todo un festín asesinando, acusando a quien le viene en gana en falso, liberando a criminales, extorsionando, chantajeando… En fin, un carrusel de maldades al que la única pega que le podríamos poner es que demora un tanto la acción. Feuillade utiliza todos los recursos en cuanto a planos ya en este temprano 1914: planos generales, americanos, medios y detalle. Pero el ritmo decrece un tanto y la historia es tan enrevesada que se impone cierta lentitud. Pero cuidado, que cuando pensamos que este episodio no será tan bueno como los tres anteriores, Feuillade nos regala la sensacional secuencia en la torre de la iglesia, una de las más brillantes, imaginativas y de complicado rodaje de todo el serial.

    En fin, resulta que las dichosas joyas robadas a los marqueses han acabado escondidas en el interior de la campana de la iglesia de Saint-Calais (esta localidad será la coprotagonista en esta ocasión y no la habitual París), y allá a lo alto de la torre que se suben Fantomas y el descerebrado secuaz que allí las ha escondido. Para llegar a la campana, Fantomas sostiene una larguísima escalera cuyo extremo superior apoya dentro de la campana. El esbirro comienza a ascender por tan peligroso acceso y Feuillade seguirá toda la asombrosa escalada con un deslumbrante travelling vertical. La secuencia tendrá un inesperado desenlace que deja al descubierto toda la falta de escrúpulos de Fantomas. ¡Y que él también puede ser engañado! La magnífica secuencia terminará con una lluvia de joyas sobre todos los asistentes al funeral del marqués que todos se prestan raudos a recoger del suelo. A recogerlas y entregárselas al juez Pradier, allí presente, que no es otro que… ¡Fantomas! Humor negro e ironía macabra como colofón a tanta maldad en la que es, ya lo he dicho, una de las secuencias más prodigiosas de todo el serial.

    Sin embargo la trama en su conjunto no es la más brillante de la serie, si bien Feuillade se muestra muy inspirado y es su manera de narrar, de hacernos ver la historia, lo que nos atrapa dando apenas un respiro visual al espectador.

    El episodio dará fin con la habitual fuga imposible de Fantomas de entre las garras de Juve y Fandor, lamentablemente contada con un intertítulo pues la secuencia está perdida. Un final que no es un final pues podría haber continuado sin problemas: había más novelas de Fantomas. Pero ya Feuillade se preparaba para su siguiente serial, Los vampiros (Les vampires, 1915-16), donde superaría todo lo que había creado hasta entonces.

    Louis Feuillade Fantômas Le faux magistrat
    Escena de Fantômas, Le faux magistrat (1914)
    Y esto ha sido todo. Hasta aquí los comentarios en cinco entregas de los cinco episodios de este maravilloso serial. En su país de origen, Francia, Fantomas es todo un mito, tanto por las novelas de Pierre Souvestre y Marcel Allain como por las películas de Feuillade. Pero no penséis que solo allí: en su momento, el impacto del serial fue enorme. El mismo Fritz Lang, al inicio de su carrera como director, lo tuvo bien presente (también Los vampiros, claro, para muchos un serial más Fantomas que el propio Fantomas). No otro origen tuvieron, por ejemplo, sus dos películas que forman la serie Las arañas (Die spinnen, 1919-20) o sus películas protagonizadas por el maquiavélico Doctor Mabuse, un genio del crimen digno de su predecesor Fantomas. Ha sido un placer comentarlas para vosotros. Y a todos los que me habéis acompañado en este trepidante viaje hasta aquí, gracias por vuestra compañía.

    (Fin de Fantomas)

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    Fantômas, uno de los primeros mitos del cine fantástico europeo
    Separador
    Imdb Fantômas Le faux magistrat, 1914Por José Luis Forte

    Escribe encerrado en una cueva, nunca entra el sol.
    Proyecta películas en la pared, ni que fuera Platón.
    Cuando sale se divierte, aunque solo piensa en volver.
    Cuando por las noches llueve, también le gusta leer.

    llosef13 [@] gmail.com
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