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    Cine Alemán Siglo XXI

    GAME OF THRONES: GARDEN OF BONES

    Renly Baratheon, uno de los aspirantes al Trono de Hierro de Los Siete Reinos de Poniente
    Si en el episodio anterior se subía una velocidad a nivel narrativo, este cuarto, titulado Garden of Bones, supone el primer gran mazazo sobre la mesa de la segunda temporada de Juego de tronos. Sin duda, el mejor episodio hasta la fecha con un perfecto equilibrio de todas las virtudes que han encumbrado al producto estrella de la HBO.

    Escrito por Vanessa Taylor y dirigido por David Petrarca, el cuarto capítulo tiene un comienzo inmejorable. En todo un guiño a la esencia de la obra de George R.R. Martin, dos vigías de una de las huestes de la casa Lannister alivian sus horas de guardia debatiendo sobre quien es el mejor guerrero del reino. Gregor Clegane, Jaime Lannister, Loras Tyrell… El mundo de mitos (en el tercer capítulo de la primera temporada ya mencionaban a Sir Duncan el Alto) y leyendas para el pueblo llano que tan bien describe el escritor de Nueva Jersey. Tristemente para estos dos soldados una terrible sorpresa les espera. Es la vuelta a la acción de Robb Stark, ausente en las dos entregas anteriores. De nuevo, una elipsis como recurso para narrar una cruenta contienda y una victoria del Rey del Norte. Pese a su excelente resolución (aún resuena las voces al unísono “The King in the North!”) debe llegar el momento en el que se pase de la imaginación a la acción de primera mano. El gran resultado de la batalla del Bosque Susurrante del noveno episodio (Baelor) de la primera temporada demostró inspiración; ahora, con un presupuesto mayor, se debe exigir más.

    Sea como fuere, el prólogo de este cuarto título deja sin aliento con un compendio de tensión, ambientación, y gotas de terror, un elemento muy presente en los restantes cincuenta minutos de metraje. Tras la exitosa escaramuza capitaneada por Robb Stark, protagonismo para el impetuoso heredero de Winterfell. Tras el fragor de la batalla, un encuentro inesperado dejará una sonrisa al joven caballero del linaje Stark. Una sonrisa que tiene un nombre, Talisa, y un lugar, Volantis. Escena dirigida de forma notable y que marcará un cambio de rumbo para el aspirante norteño al Trono de Hierro.

    Tras la lucha entre los ejércitos del Norte y la casa Lannister, salto a Desembarco del Rey con una nueva muestra de crueldad de Joffrey Baratheon que paga con Sansa Stark las derrotas infringidas por su hermano Robb. Por suerte, aparece la nueva Mano del Rey y con su habitual mezcla de inteligencia y sarcasmo pone fin al dolor de la futura esposa del nuevo monarca. Interesante la posición de Broon (Jerome Flynn), el nuevo capitán de la guardia, siempre con la sonrisa y las palabras justas. Otro de los muchos aciertos de casting de Juego de tronos. No acabará ahí el impío comportamiento del señor de Los Siete Reinos de Poniente, en una escena salvaje que describe, con saña, la personalidad de este joven.

    Antes de uno de los grandes instantes del episodio, densos pasos por el campamento de Renly Baratheon que recibe la visita de Petyr Baelish y por territorio oriental con el descubrimiento de la ciudad de Qarth por la Khalassar de Daenerys Targaryen. Suena música lúgubre y tenebrosa, se alzan grandes fortificaciones de aspecto fantasmagórico, Arya Stark y Gendry son conducidos a la tierra de Sir Gregor Clegane, Harrenhal. Sonido de alaridos inmisericordiosos adornan un lugar insalubre y sombrío, es la muerte encarnada en un paraje. Todos los momentos allí representados aúnan miedo, desazón y tortura.

    Sansa Stark, ultrajado por su futuro marido Joffrey Baratheon tras una nueva derrote ante Robb Stark
    Incertidumbre de la pequeña de los Stark y sobrecogimiento en el campamento de Renly con el encuentro entre Catelyn Stark y Petyr Baelish que lleva consigo un valioso “presente”. Impactante la mirada de Lady Stark ante el contenido de dicho arcón. Otro buen movimiento de Tyrion Lannister para intentar que la cordura ponga fin un conflicto donde los miembros de su familia son las víctimas propiciatorias. Nuevamente, el manejo de los ambientes íntimos roza la superlatividad.

    Después de una cruda parada en Harrenhal un nuevo encuentro, en este caso fraternal, entre Renly y Stannis Baratheon. Dos posturas equidistantes – Del idealismo juvenil de Renly al fanatismo exacerbado de Stannis – que llevan marchamo de duelo fraticida. En una situación aun más desesperada la narración marcha a tierras orientales con La madre de los dragones, Khaleesi, y su llegada a la enigmática ciudad de Qarth. Allí ante la negativa de los Trece a su entrada, emergerá un inesperado aliado. Se presenta un nuevo personaje: Xaro Xhoan Daxos (Nonso Anozie). Son momentos de cierta calma donde la historia vuelve a la estructura de los primeros episodios cimentando la solidez de la trama.

    Talisa, un nuevo personaje que pudiera ser relevante para el devenir del Rey del Norte
    Quedan tres viajes por Poniente antes de la conclusión. En el primero, retorno a Harrenhal en una situación límite para Gendry y Arya que gozan de una gota de buena fortuna que, además, supondrá un interesante giro de los acontecimientos. El segundo a King’s Landing con otro perfecto enroque de Tyrion Lannister que con astucia controla por completo la difícil corte real. El tercero y último, es el espeluznante retrato de Melisandre en un epílogo espectral y de difícil digestión. Impresionante la escenificación y el manejo de los ángulos por parte de David Petrarca.

    Con el fruto del vientre de Melisandre y la mirada aterrada de Davos Seaworth concluye un segmento complejo y concentrado pero descrito de forma dinámica y elegante. Una maravilla de cincuenta y dos minutos que dejan como primer anhelo que los siete próximos días se queden en unas simples pocas horas.

    VALORACIÓN: 90/100 CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO
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