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    La chica que sanaba
    Cine Alemán Siglo XXI

    Repetir lo irrepetible

    Crítica ★★★★★ de En la playa sola de noche (밤의 해변에서 혼자, Hong Sang-soo, Corea del Sur, 2017).

    «Siempre pensé que si el Espíritu de Dios aleaba sobre la superficie de las aguas, las aguas debían de reflejarlo. De ahí mis sentimientos hacia las aguas, sus oscilaciones, sus pliegues, sus ondas y -soy septentrional- su grisura. Sencillamente, creo que el agua es la imagen del tiempo, y cada víspera de Año Nuevo, de manera un tanto pagana, trato de encontrarme cerca del agua, preferiblemente cerca de un mar o de un océano, para ver emerger de ella una nueva porción, una nueva taza de tiempo. No busco una doncella desnuda sobre una concha; busco una nube o la cresta de una ola al romper a medianoche contra la orilla. Eso, para mí, es tiempo que sale del agua, y me quedo mirando el dibujo como de encaje que deposita en la costa, no con un saber de adivino, sino con ternura y con gratitud».
    Joseph Brodsky, «Marca de agua: apuntes venecianos»

    I) El mar y el tiempo

    En el cine, como en el amor (o viceversa), la acumulación es el material que crea las alas del hastío. Cuantas más imágenes o experiencias vividas arrastra uno en la memoria, más se atrofia la capacidad de gozar ese escalofrío de verdad alcanzada que hace temblar el cuerpo, que nos deja dispuestos, aunque sea por un segundo, a derrumbar todo nuestro sistema de conocimiento del mundo y empezar desde cero. Quizá en el caso del amor, esa disposición arrebatada al dejarse derrumbar se endurezca con más facilidad: el enardecimiento, por naturaleza, no puede congelarse; de modo que el ruido de la vida que continúa ensordece hasta hacernos olvidar el crepitar de esas antiguas llamas. Mientras los muros del dolor y el desengaño se apuntalan contra nuevos embates. Uno, en épocas donde la melancolía resultante golpea con especial fuerza, tiende a refugiarse en ejercicios solipsistas como la contemplación de la orilla del mar nocturno. Acaso porque, cuando duele la fugacidad de la plenitud, sus aguas ofrecen un ritual hipnótico de pequeñas repeticiones continuas sobre un manto de eternidad. Cada ola que golpea la orilla es una gestualidad arrancada de lo infinito (del tiempo o del agua, que para el que observa desde la orilla son igual de inabarcables); un trozo de tiempo que se rompe ante nuestros ojos para luego negar dicha ruptura, recomponiéndose una y otra vez. La ternura y gratitud de las que habla Brodsky ante esas concesiones del infinito (inevitablemente) abstracto a nuestra percepción (inevitablemente) figurativa radican en el placer de la repetición, que es comprensible solo cuando uno ha experimentado realmente la aflicción de la irrepetibilidad. En la playa sola de noche, sin llegar a reproducir exactamente la imagen de su título, condensa en él el estado vital en el que se encuentra Younghee, segunda protagonista a la que Kim Min-hee encarna en la filmografía de Hong Sang-soo: el hastío melancólico que sigue a la plenitud del arrebato amoroso, esa duda interminable sobre si lo efímero de dicha plenitud basta para soportar el largo proceso de convivencia con el desengaño.

    por Miguel Muñoz Garnica
    noviembre 30, 2017

    Crítica | En la playa sola de noche

    por Miguel Muñoz Garnica | noviembre 30, 2017

    Palmarés del 55º Festival de Gijón

    En attendant les barbares, de Eugène Green, gran triunfadora.

    Corren nuevos tiempos en el Festival Internacional de Cine de Gijón, que con la llegada de Alejandro Díaz Castaño a la dirección tenía que hacer frente a dos retos que definirían el futuro inmediato del certamen. El primero, encontrar alternativa a los Cines Centro, situados cerca del Teatro Jovellanos y en pleno centro de la ciudad, cuya inhabilitación obligó a trasladar el grueso de las proyecciones a las afueras de la ciudad, a los Cines Yelmo situados en un centro comercial. Una decisión que se llevó a cabo de manera eficaz gracias a la implantación de lanzaderas gratuitas para los acreditados y de las óptimas condiciones técnicas que ofrece el cine. En todo caso, pese a la notable afluencia de público, no dejó de parecer una solución provisional. Crear distancia en una ciudad de las dimensiones de Gijón resta ambiente de festival y dificulta la comunicación entre los diferentes espacios. Una circunstancia acerca de la que, por el momento, el festival se verá obligado a reflexionar y replantear cada año.

    En segundo lugar, con poco tiempo tras su nombramiento para confeccionar la programación, el nuevo equipo tuvo la sensatez y la humildad de no romper bruscamente la línea de ediciones anteriores. Eso sí, reformulando todas y cada una de las secciones, con una mayor inquietud por el riesgo y la radicalidad en la selección, tratando de acentuar la presencia estrenos en España, de grandes autores y de cine español y asturiano. Y qué mejor demostración tuvimos de ello que el palmarés, cuyo jurado, presidido por Whit Stillman, a quien el festival hizo entrega de un premio a su trayectoria, decidió otorgar el premio de mejor película a En attendant les barbares, la última película de Eugène Green, que se estrenaba mundialmente en el festival asturiano. Un gesto que se vio correspondido con creces y que ilumina la línea a seguir, manifestada por la visita de Philippe Garrel o la presencia en Sección Oficial de los últimos trabajos de autores como Marc Recha, Bruno Dumont, Desplechin, Paul Vecchiali o Hong Sang-soo. Aún queda camino por recorrer, pero nos queda la demostración de que el Festival de Gijón no solo está consolidado entre la ciudadanía y en el panorama, sino que conserva intacto su potencial para volver a ser un referente. [Antonio M. Arenas].

    SECCIÓN OFICIAL


    PREMIO PRINCIPADO DE ASTURIAS AL MEJOR LARGOMETRAJE:
    En attendant les barbares de Eugène Green (Francia, 2017)

    PREMIO AL MEJOR DIRECTOR:
    Ana Urushadze por Sashishi Deda (Scary Mother) (Georgia, Estonia, 2017)

    PREMIO AISGE A LA MEJOR ACTRIZ:
    Kim Min-hee por Bamui Haebyun-eoseo Honja (On the Beach at Night Alone) (Corea del Sur, 2017)

    PREMIO AISGE AL MEJOR ACTOR:
    Harry Dean Stanton por Lucky (Estados Unidos, 2017)

    PREMIO AL MEJOR GUIÓN:
    Stephan Komandarev y Simeon Ventsislavov por Posoki (Destinos) (Bulgaria, Alemania, Macedonia, 2017)

    PREMIO A LA MEJOR DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA:
    Konstantin Mindia Esadze por Sashishi Deda (Scary Mother) (Georgia, Estonia, 2017)

    PREMIO “GIL PARRONDO” A LA MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA:
    Hamid Boughrara por En attendant les hirondelles (Until the Birds Return) (Francia, Alemania, Argelia, 2017)

    PREMIO A LA MEJOR BANDA SONORA:
    Lucky dirigida por John Carroll Lynch (Estados Unidos, 2017)

    PREMIO ESPECIAL DEL JURADO:
    En attendant les hirondelles (Until the Birds Return)de Karim Moussaoui (Francia, Alemania, Argelia, 2017)

    OTROS PREMIOS

    PREMIO PRINCIPADO DE ASTURIAS AL MEJOR CORTOMETRAJE:
    La bouche de Camilo Restrepo (Francia, 2017)

    PREMIO DEL JURADO JOVEN AL MEJOR LARGOMETRAJE DE LA SECCIÓN OFICIAL:
    Sashishi Deda (Scary Mother) de Ana Urushadze (Georgia, Estonia, 2017)

    PREMIO DEL JURADO JOVEN AL MEJOR CORTOMETRAJE DE LA SECCIÓN OFICIAL:
    Gros chagrin de Céline Devaux (Francia, 2017)

    PREMIO FIPRESCI AL MEJOR LARGOMETRAJE DE LA COMPETICIÓN INTERNACIONAL RELLUMES patrocinado por Nissan Cyasa a:
    Manuel de Dario Albertini (Italia, 2017)

    PREMIO FIPRESCI AL MEJOR DIRECTOR DE LA COMPETICIÓN INTERNACIONAL RELLUMES:
    Ben Russell por Kölöku (Good Luck) (Francia, Alemania, 2017)

    PREMIO ENFANTS TERRIBLES AL MEJOR LARGOMETRAJE:
    Zombillénium de Arthur de Pins, Alexis Ducord (Francia, Bélgica, 2017)

    PREMIO MEJOR PELÍCULA ESPAÑOLA:
    Lo que dirán de Nila Núñez (España, 2017)

    PREMIO RCSERVICE A LA DIRECTORA DE LA MEJOR PELÍCULA ESPAÑOLA:
    Nila Núñez por Lo que dirán (España, 2017)

    PREMIO ALMA AL MEJOR GUION DE PELÍCULA ESPAÑOLA:
    Marc Recha por La vida lliure (España, 2017)
    por Redacción EAM
    noviembre 30, 2017

    Palmarés del 55º Festival de Gijón

    por Redacción EAM | noviembre 30, 2017

    Especial LesGaiCineMad 2017

    Las 10 mejores películas.

    En su vigésimo segunda edición, el encuentro de cine LGTB más importante de los países de habla hispana ha vuelto a llenar las calles de Madrid del mejor cine de temática gay, lésbica, bisexual y transexual —con pequeños retazos del resto de identidades sexuales— presentado durante el año. En esta ocasión, la Sección Panorama, destinada a acercar el certamen al siempre esquivo gran público, ha dejado bastante que desear (no es nada fácil, eso sí, conciliar a críticos y espectadores cuando se tiene poco donde elegir y escasos medios para luchar por lo que se desea), pero la Sección Oficial ha revelado una cosecha de la que bien podrían tomar nota varios festivales de clase A. Y, además, con cine venido de todos los rincones del mundo —sí, incluyendo África y Asia, los enclaves más complicados para este tipo de producciones dado el fuerte carácter heteronormativo que aún domina la mayoría de sus regiones— y creado a partes iguales por hombres y mujeres. Algunos de los títulos presentados cuentan ya con fecha de estreno comercial dentro de nuestras fronteras, como es el caso de las multipremiadas La herida y 120 pulsaciones por minuto, que llegarán de la mano de Surtsey Films y Avalon, respectivamente, entre finales de año y principios del próximo, dispuestas a aprovechar el “Oscar buzz”, o de la más humilde Tierra de Dios, que lo hizo el pasado viernes de la mano de Karma Films, una de las distribuidoras que más apuestan por el cine LGTB independiente. Los demás, como ya es habitual en el LesGaiCineMad, quedarán tristemente relegados al ámbito festivalero aun cuando una buena —y, claro, valiente, algo que rara vez se premia en nuestro país— campaña de marketing podría perfectamente dar con ese público que sin duda poseen. A continuación, los diez largometrajes de ficción más interesantes del certamen.

    por Juan Roures
    noviembre 30, 2017

    Especial LesGaiCineMad 2017

    por Juan Roures | noviembre 30, 2017

    Gotham Awards 2017.

    Las nominaciones a los premios Gotham se anunciaron hace unas semanas y ya conocemos sus ganadores. Su repercusión no ha sido excesiva porque estos días se van a ir juntando varios premios, y los que aquí nos ocupan son por tradición y composición los menos relevantes. Además sus ganadores no han sido demasiado inspirados, haciéndose con tres premios Déjame salir (Get Out, Jordan Peele), que ha arrancado muy bien en esta carrera y va confirmando los pronósticos que la situaban como la cinta de los primeros meses del año a batir (últimamente suele colarse una junto a la mayoría que se estrena al final de la temporada). El máximo galardón ha caído con todo en manos de Call Me by Your Name (Luca Guadagnino), favorita de la crítica que sin duda va a ser omnipresente durante estos meses. Mención aparte merecen James Franco por The Disaster Artist (James Franco) y Saoirse Ronan por Lady Bird (Greta Gerwig), que van sumando puntos para entrar respectivamente en las categorías de mejor actor y mejor actriz en los Oscar. En las próximas semanas se irá aclarando más el panorama.

    Mejor película: Call me by your name, Luca Guadagnino.
    Mejor actor: James Franco, por The Disaster Artist.
    Mejor actriz: Saoirse Ronan, por Lady Bird.
    Mejor director revelación: Jordan Peele, por Déjame entrar.
    Mejor intérprete revelación: Timothée Chalamet, por Call Me by Your Name.
    Mejor película documental: Strong Island, Yance Ford.
    Serie revelación en formato corto: The Strange Eyes of Dr. Myes, de Nancy Andrews.
    Serie revelación en formato largo: Atlanta (FX).
    Premio especial del jurado: al reparto de Mudbound compuesto por Garrett Hedlund, Carey Mulligan, Jason Clarke, Jason Mitchell, Mary J. Blige, Lawrence Turner y Rob Morgan.
    Premio del público: Déjame salir, Jordan Peele.
    Premios honoríficos: Sofia Coppola; Ed Lachman; Nicole Kidman; Al Gore; Jason Blum & Dustin Hoffman.
    por Ignacio Navarro
    noviembre 29, 2017

    Gotham Awards 2017

    por Ignacio Navarro | noviembre 29, 2017
    National Board of Review 2017

    Estamos a punto de dejar el mes de noviembre, y para los que seguimos la temporada de los Oscar esto quiere decir que llega el momento álgido del año. Los principales premios de la crítica se van a ir anunciando estos días, y como es tradición los ha anticipado el National Board of Review, un grupo heterogéneo que desde 1909 elige lo mejor del curso, ya sin restricciones de presupuesto como los anteriores Gotham o Independent Spirit Awards. La selección ha deparado esta vez unas cuantas sorpresas, en particular la total ausencia de dos de las candidatas a priori más fuertes: La forma del agua (The Shape of Water, Guillermo del Toro) y Tres anuncios en las afueras (Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, Martin McDonagh), ambas distribuidas por Fox Searchlight. En cambio A24 ha salido muy bien parada, ganando en cuatro categorías y con la presencia de sus tres cintas en el top 10: Lady Bird (Greta Gerwig), The Florida Project (Sean Baker) y The Disaster Artist (James Franco). Mención aparte merece aquí El hilo invisible (Phantom Thread, Paul Thomas Anderson), que está teniendo sus primeros pases y reacciones muy prometedoras. En cualquier caso la gran triunfadora ha sido otra que acaba de presentarse: Los archivos del Pentágono (The Post, Steven Spielberg), que se ha hecho con los premios de mejor película, actriz y actor. Por lo general estos no coinciden con los Oscar pero tal dominación es un gran augurio. Y esperemos que también lo sea para Verano 1993 (Estiu 1993, Carla Simón), que se ha colado en el top 5 de los filmes extranjeros.

    MEJOR PELÍCULA

    Los archivos del Pentágono, Steven Spielberg.

    TOP 10
    Baby Driver, Edgar Wright.
    Call Me by Your Name, Luca Guadagnino.
    The Disaster Artist, James Franco.
    Una vida a lo grande (Downsizing), Alexander Payne.
    Dunkerque (Dunkirk), Christopher Nolan.
    The Florida Project, Sean Baker.
    Déjame salir (Get Out), Jordan Peele.
    Lady Bird, Greta Gerwig.
    Logan, James Mangold.
    El hilo invisible, Paul Thomas Anderson.

    MEJOR DIRECTOR(A)

    Greta Gerwig, Lady Bird.

    MEJOR ACTRIZ

    Meryl Streep, Los archivos del Pentágono.

    MEJOR ACTOR

    Tom Hanks, Los archivos del Pentágono.

    MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA

    Laurie Metcalf, Lady Bird.

    MEJOR ACTOR SECUNDARIO

    Willem Dafoe, The Florida Project.

    MEJOR GUION ORIGINAL

    Paul Thomas Anderson, El hilo invisible.

    MEJOR GUION ADAPTADO

    Scott Neustadter y Michael H. Weber, The Disaster Artist.

    MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN

    Coco, Lee Unkrich y Adrian Molina.

    MEJOR INTÉRPRETE REVELACIÓN

    Timothée Chalamet, Call Me by Your Name.

    MEJOR ÓPERA PRIMA

    Jordan Peele, Déjame salir.

    MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA

    Foxtrot, Samuel Maoz.

    TOP 5
    Una mujer fantástica, Sebastián Lelio.
    Frantz, François Ozon.
    Sin amor (Nelyubov), Andrey Zvyagintsev.
    Verano 1993, Carla Simón.
    The Square, Ruben Östlund.

    MEJOR DOCUMENTAL

    Jane, Brett Morgen.

    TOP 5
    Abacus: Small Enough to Jail, Steve James.
    Brimstone & Glory, Viktor Jakovleski.
    Eric Clapton: A Life in 12 Bars, Lili Fini Zanuck.
    Caras y lugares (Visages villages), Agnès Varda y JR.
    Hell on Earth: The Fall of Syria and the Rise of ISIS, Sebastian Junger y Nick Quested.

    MEJOR REPARTO

    Déjame salir, Jordan Peele.

    TOP 10 CINE INDEPENDIENTE

    Beatriz at Dinner, Miguel Arteta.
    Brigsby Bear, Dave McCary.
    A Ghost Story, David Lowery.
    Lady Macbeth, William Oldroyd.
    La suerte de los Logan (Logan Lucky), Steven Soderbergh.
    Loving Vincent, Dorota Kobiela y Hugh Welchman.
    Menashe, Joshua Weinstein.
    Norman, el hombre que lo conseguía todo (Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer), Joseph Cedar.
    Patti Cake$, Geremy Jasper.
    Wind River, Taylor Sheridan.

    PREMIO SPOTLIGHT

    Wonder Woman, Patty Jenkins, con Gal Gadot.

    PREMIO NBR FREEDOM OF EXPRESSION

    Se lo llevaron: recuerdos de una niña de Camboya (First They Killed My Father: A Daughter of Cambodia Remembers), Angelina Jolie.

    PREMIO NBR FREEDOM OF EXPRESSION

    Let It Fall: Los Angeles 1982-1992, John Ridley.
    por Ignacio Navarro
    noviembre 28, 2017

    National Board of Review 2017: Los archivos del Pentágono es la mejor película del año

    por Ignacio Navarro | noviembre 28, 2017

    Nominaciones de los Independent Spirit Awards 2018.

    Los Independent Spirit Awards son los primeros premios importantes que se anuncian en la carrera hacia el Óscar, aunque sus requisitos (solo pueden participar cintas ligadas a Estados Unidos con un presupuesto inferior a 20 millones de dólares) y su comité de selección (un pequeño grupo que puede variar de año a año y que proviene de círculos y revistas de la industria) nos obligan a matizar su influencia posterior. De esta manera, llamativas ausencias del listado de este año, como las de Willem Dafoe (The Florida Project) o Michael Stuhlbarg (Call Me by Your Name) en la categoría de mejor actor secundario, o la de Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri (Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, Martin McDonagh) en las de mejor película y mejor director, deben sobre todo interpretarse como voluntad de esta organización para dar visibilidad a otras propuestas. Destacan en todo caso las que ya son apuestas fuertes para los Oscar, como las mentadas cintas de Guadagnino, Baker y McDonagh o Déjame salir (Get Out, Jordan Peele), Lady Bird (Greta Gerwig) y Yo, Tonya (I, Tonya, Craig Gillespie), a las que se suman cintas más minoritarias pero igual de atractivas como Good Time (Benny Safdie y Josh Safdie), The Rider (Chloé Zhao), Columbus (Kogonada), Beatriz at Dinner (Miguel Arteta), Beach Rats (Eliza Hittman) e incluso la española triunfadora en San Sebastián La vida y nada más (Antonio Méndez Esparza). Seguramente las primeras acapararán aquí casi todos los premios, teniendo en cuenta que se anuncian el 3 de marzo, al final de la carrera, y que para elegirlos se abre mucho más la participación, minorando con ello su vocación “independiente”.

    MEJOR PELÍCULA

    Call Me by Your Name, Luca Guadagnino.
    The Florida Project, Sean Baker.
    Déjame salir, Jordan Peele.
    Lady Bird, Greta Gerwig.
    The Rider, Chloé Zhao.

    MEJOR ÓPERA PRIMA

    Columbus, Kogonada.
    Ingrid Goes West, Matt Spicer.
    Menashe, Joshua Z. Weinstein.
    Oh Lucy!, Atsuko Hirayanagi
    Patti Cake$, Geremy Jasper.

    MEJOR DIRECTOR

    Sean Baker, The Florida Project.
    Jonas Carpignano, A Ciambra.
    Luca Guadagnino, Call Me by Your Name.
    Jordan Peele, Déjame salir.
    Benny Safdie y Josh Safdie, Good Time.
    Chloé Zhao, The Rider.

    MEJOR ACTRIZ

    Salma Hayek, Beatriz at Dinner.
    Frances McDormand, Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri.
    Margot Robbie, Yo, Tonya.
    Saoirse Ronan, Lady Bird.
    Regina Williams, La vida y nada más.
    Shinobu Terajima, Oh Lucy!

    MEJOR ACTOR

    Harris Dickinson, Beach Rats.
    Timothée Chalamet, Call Me by Your Name.
    Daniel Kaluuya, Déjame salir.
    Robert Pattinson, Good Time.
    James Franco, The Disaster Artist.

    MEJOR ACTRIZ DE REPARTO

    Holly Hunter, La gran enfermedad del amor (The Big Sick).
    Allison Janney, Yo, Tonya.
    Laurie Metcalf, Lady Bird.
    Lois Smith, Marjorie Prime.
    Taliah Lennice Webster, Good Time.

    MEJOR ACTOR DE REPARTO

    Nnamdi Asomugha, Crown Heights.
    Armie Hammer, Call Me by Your Name.
    Barry Keoghan, La muerte de un ciervo sagrado (The Killing of a Sacred Deer).
    Sam Rockwell, Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri.
    Benny Safdie, Good Time.

    MEJOR GUION

    Greta Gerwig, Lady Bird.
    Azazel Jacobs, The Lovers.
    Martin McDonagh, Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri.
    Jordan Peele, Déjame salir.
    Mike White, Beatriz at Dinner.

    MEJOR GUIONISTA DEBUTANTE

    Kris Avedisian y Kyle Espeleta, Donald Cried.
    Emily V. Gordon y Kumail Nanjiani, La gran enfermedad del amor.
    Ingrid Jungermann, Women Who Kill.
    Kogonada, Columbus.
    David Smith y Matt Spicer, Ingrid Goes West.

    PREMIO JOHN CASSAVETES

    Dayveon, Amman Abbasi.
    A Ghost Story, David Lowery.
    La vida y nada más, Antonio Méndez Esparza.
    Most Beautiful Island, Ana Asensio.
    The Transfiguration, Michael O’Shea.

    MEJOR FOTOGRAFÍA

    Thimios Bakatakis, La muerte de un ciervo sagrado.
    Elisha Christian, Columbus.
    Hélène Louvart, Beach Rats.
    Sayombhu Mukdeeprom, Call Me by Your Name.
    Joshua James Richards, The Rider.

    MEJOR MONTAJE

    Ronald Bronstein y Benny Safdie, Good Time.
    Walter Fasano, Call Me by Your Name.
    Alex O’Flinn, The Rider.
    Gregory Plotkin, Déjame salir.
    Tatiana S. Riegel, Yo, Tonya.

    MEJOR PELÍCULA INTERNACIONAL

    120 pulsaciones por minuto (120 BPM), Robin Campillo.
    Una mujer fantástica, Sebastián Lelio.
    I Am Not a Witch, Rungano Nyoni.
    Lady Macbeth, William Oldroyd.
    Sin amor (Nelyubov), Andrey Zvyagintsev.

    MEJOR DOCUMENTAL

    The Departure, Lana Wilson.
    Caras y lugares (Visages, villages), Agnès Varda y JR.
    Last Men in Aleppo, Feras Fayyad.
    Motherland, Ramona S. Diaz.
    Quest, Jonathan Olshefski.

    PREMIO ROBERT ALTMAN

    Mudbound, Dee Rees.

    PREMIO JEEP TRUER THAN FICTION

    The Cage Fighter, Jeff Unay.
    Distant Consolation, Shevaun Mizrahi.
    Quest, Jonathan Olshefski.

    PREMIO KIEHL’S SOMEONE TO WATCH

    Dayveon, Amman Abbasi.
    Gook, Justin Chon.
    Super Dark Times, Kevin Phillips.

    PREMIO PIAGET PRODUCERS

    Giulia Caruso y Ki Jin Kim.
    Ben LeClair.
    Summer Shelton.

    PREMIO BONNIE AMERICAN AIRLINES

    So Yong Kim.
    Lynn Shelton.
    Chloé Zhao.
    por Ignacio Navarro
    noviembre 28, 2017

    Nominaciones de los Independent Spirit Awards 2018

    por Ignacio Navarro | noviembre 28, 2017

    Espectáculo y células grises

    Crítica ★★★ de Asesinato en el Orient Express (Murder in the Orient Express, Kenneth Branagh, Estados Unidos, 2017).

    Más de cuatro décadas después de su muerte, Agatha Christie continúa siendo un filón a explotar por el cine. La dama del misterio, creadora de personajes tan míticos como Miss Marple o Hércules Poirot, fue toda una institución en construir enrevesados crímenes por descubrir a través de un legado de 66 novelas policiales. Durante las décadas de los 70 y 80, los productores recurrieron a ellas para atraer al gran público a las salas, seducidos por sus historias de suspense de calidad y unos repartos repletos de estrellas –en aquellos años solo el género catastrofista podía rivalizar en semejante reunión de grandes actores en cada fotograma con las adaptaciones de Christie–, regalándonos obras tan reconocidas como Asesinato en el Orient Express (Sidney Lumet, 1974), Diez negritos (Peter Collinson, 1975), Muerte en el Nilo (John Guillermin, 1978), El espejo roto (Guy Hamilton, 1980) o Muerte bajo el sol (Guy Hamilton, 1982). Recientemente, el mismísimo Tarantino se inspiró levemente en la manera de tejer las intrigas de la escritora para su particularísimo western Los odiosos ocho (2015) y, ahora, Hollywood ha confiado al director y actor británico Kenneth Branagh la labor de desempolvar la obra de Christie para las nuevas generaciones y lo hace, como no podía ser de otra forma, con una nueva versión de Asesinato en el Orient Express, ya que la película de Lumet puede ser considerada el mayor de los éxitos conocidos entre aquellas traslaciones a la gran pantalla. El cineasta, cada vez más alejado de los shakesperianos dramas históricos que cimentaron su excelente reputación entre la crítica y más dedicado a ejercer de artesano al servicio de la maquinaria de los grandes estudios en superproducciones como Thor (2011), Jack Ryan: Operación sombra (2014) o Cenicienta (2015), ha contado con un generoso presupuesto de 55 millones de dólares y el previsible reparto de estrellas de relumbrón para poner en marcha este nuevo viaje del tren más famoso de la Historia del Cine.

    Teniendo en cuenta que la historia y, sobre todo, el inesperado desenlace, ya son archiconocidos por todos, poco margen le ha quedado a Branagh para innovar o sorprender. De nuevo tenemos al detective belga Hércules Poirot en Estambul recibiendo un telegrama para que regrese a Londres con urgencia, por lo que debe tomar el Orient Express que parte esa misma noche. Durante el trayecto se codeará con un puñado de enigmáticos pasajeros, entre los que se encuentra un tratante de antigüedades al que sus pocos escrúpulos a la hora de hacer fortuna le han generado gran cantidad de enemigos y que aparece asesinado en su compartimento.. Esta macabra circunstancia coincide con el descarrilamiento del tren a causa de una avalancha de nieve en medio de los Balcanes, por lo que el investigador dispone de ese tiempo durante el que permanecerán incomunicados del mundo para, a través de sus incisivos interrogatorios a los sospechosos, tratar de dar con el asesino. Branagh se ha adjudicado el personaje bombón de Poirot, un arma de doble filo si tenemos en cuenta que tiene que lidiar con el recuerdo de los brillantes trabajos ofrecidos por actores tan ilustres como Albert Finney o Peter Ustinov en otras aventuras del detective. Aun así, hay que reconocer que Branagh, que vive uno de sus mejores años como intérprete –fresca está su interpretación en Dunkerque (Christopher Nolan, 2017)–, entrega una brillantísima actuación en la piel (e inconfundible bigote) de este hombre inteligente, perspicaz y un tanto maniático, siempre guiado por un estricto sentido de la justicia. Ninguna prueba, por indetectable que pueda parecer, escapa a la mirada analítica de Poirot. Junto a él, el casi siempre camaleónico Johnny Depp tiene la ocasión de encarnar a una de las criaturas más despreciables surgidas del universo Christie, ese Ratchett que, en el pasado, fue protagonista de un violento crimen que destruyó muchas vidas y al que se encargan de ajusticiar en pleno viaje, y lo cierto es que su elección, a priori arriesgada, se revela como de lo más acertada. La lista de pasajeros (y potenciales sospechosos de asesinato) incluye nombres tan potentes como los de la venerable Judi Dench, la cada vez más en alza Daisy Ridley, Penélope Cruz, Willem Dafoe, Derek Jacobi o una fantástica Michelle Pfeiffer que, además de seguir conservando gran parte de su sensualidad y poderosa presencia en la madurez, roba cada plano en el que aparece.

    por José Martín León
    noviembre 28, 2017

    Crítica | Asesinato en el Orient Express

    por José Martín León | noviembre 28, 2017

    El monstruo de Frankenstein de DC

    Crítica ★★★ de Liga de la Justicia (Justice League, Zack Snyder, Estados Unidos, 2017).

    Ya está en cartel la película-piñata del año. Aquella destinada a recibir todos los golpes de la mayoría de los críticos, sin ningún tipo de piedad, y a dividir incluso a los más acérrimos defensores del cuestionado universo cinematográfico DC. No es para menos. Ya su complicada concepción presagiaba el “desastre”. El hombre de acero (2013) y, especialmente, Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia (2016), habían obtenido una acogida un tanto tibia por parte de la crítica, pagando caro el peaje que supone que su director, el personalísimo Zack Snyder, hiciese sus películas pensando en los fans de los cómics y sacrificando, con su tono solemne y oscuro y unas tramas más complejas de lo habitual en el género, la posibilidad de llegar al máximo número de espectadores. Gustasen más o menos, lo cierto es que aquellas dos cintas pueden presumir de un carácter autoral que las distingue del adocenamiento genérico, y la estética del realizador de 300 (2006) o Watchmen (2009) quedó muy marcada en la casa, para bien y para mal. Wonder Woman (Patty Jenkins, 2017) fue un caso aparte. Los comentarios que acaparó desde su estreno fueron de lo más entusiastas, encumbrándose como la perfecta salvación de DC y Warner contra los excelentes resultados que la competencia, esa Marvel respaldada por Disney, cosechaba estreno tras estreno. Ellos sí parecían tenerle pillada la medida al género y conocían la receta del éxito, por lo que ese humor tan presente en las aventuras marvelianas ya se atisbaba, de manera sutil, en el filme de la princesa amazona. Liga de la Justicia ha sufrido lo indecible para llegar a materializarse tal y como la conocemos. Si en un principio la historia se iba a dividir en dos películas, los planes dieron un vuelco total cuando se fichó a Joss Whedon –ni más ni menos que el director de las dos primeras cintas de Los vengadores– para supervisar una posproducción que reduciría el metraje a dos exiguas horas y restaría oscuridad al conjunto, labores que se ampliaron al rodaje de escenas adicionales y la eliminación de gran parte del trabajo rodado por Snyder una vez que este tuvo que abandonar el proyecto por cuestiones personales.

    Con Whedon metiendo mano en el guion, era de esperar que sus habituales chascarrillos y el sentido del humor que le caracterizan hicieran de Liga de la Justicia una suerte de monstruo de Frankenstein, hijo de dos padres y de ninguno al mismo tiempo. Un artefacto perpetrado en los estudios de producción, en constante lucha por satisfacer las exigencias de las masas con un tono mucho más colorista y desenfadado que el de sus títulos precedentes, y por conservar algo de la personalidad de Snyder. Hablemos claro. Quienes defendieron a capa y espada las singularidades de BVS se tomarán esta película como un insulto. ¿Se ha vendido Warner por unos cuantos de cientos de dólares más de recaudación? ¿Ha acabado plagiando el modelo de hacer cine de su enemigo para luchar en la taquilla con sus mismas armas? Algo de todo eso hay, pero, también es verdad, teniendo en cuenta todos los inconvenientes que Liga de la Justicia ha tenido (donde no faltó un incómodo bigote con el que Henry Cavill tuvo que rodar sus escenas de Superman y que tuvo que ser eliminado con magia digital) hasta llegar a las salas, hay que reconocer que la jugada no ha salido tan mal como la quieren dibujar. No sabemos si alguna vez conoceremos la versión que soñaba Zack Snyder (este llegó a completar la película, por lo que su nombre sigue apareciendo como director oficial del producto), pero lo que nos ha llegado no es más ni menos que una cinta superheroica nada desdeñable que, si bien conserva poco de su potente estilo en las escenas de acción –con alguna excepción, como la apoteósica secuencia del ataque del villano Steppenwolf a la isla de Themyscira–, al menos sí logra a alcanzar cierto equilibrio entre dos visiones tan contrapuestas como la de Snyder y Whedon. Partiendo de la base de que es un filme errático, fallido si se quiere, donde el montaje a veces le juega malas pasadas y algunos efectos CGI resultan demasiado chirriantes, Liga de la Justicia funciona de manera aceptable como esa esperadísima reunión de los grandes héroes de DC, ya que estos cuentan con un puñado de actores perfectos para enfundarse en sus trajes y logran ser lo suficientemente carismáticos como para sostener por sí solos, a base de química y presencia escénica, el proyecto más impersonal que pueda caer en sus manos.

    por José Martín León
    noviembre 28, 2017

    Crítica | Liga de la Justicia

    por José Martín León | noviembre 28, 2017

    Algo huele a podrido en Los Ángeles

    Crítica ★★ de Message from the King (Fabrice Du Welz, Francia, 2016).

    Si atendemos a la filmografía del realizador belga Fabrice Du Welz nos daremos cuenta de que la violencia es una constante, sobre todo en aquella escalofriante Calvaire (2004) que le sirvió como contundente carta de presentación. Una cinta de terror de lo más desagradable, ambientada en una casa perdida en un bosque, donde el protagonista es salvajemente torturado por un lugareño que, en un principio, se ofrecía a ayudarle tras sufrir una avería en su coche. Alleluia (2014), su turbia visión del caso de los asesinos de la luna de miel, fue muy bien recibida a su paso por el Festival de Cannes, mientras que con Colt 45 (2014) se movió en unos terrenos más convencionales de policíaco con sobredosis de tiros, siempre sin perder su estilo. Ahora, le ha llegado el turno al director de desembarcar en el cine americano con Message from the King (2016), una coproducción que ha sido estrenada directamente en la plataforma Netflix y que, sin ser nada del otro mundo, ha llegado en un momento, por desgracia, muy oportuno. Los escándalos sexuales que están azotando a la meca del cine, con productores, realizadores y actores acusados en masa de conductas depredadoras y acciones de abuso de poder son la comidilla de la prensa sensacionalista y la sociedad está escandalizada y muy sensibilizada con el tema, por lo que los ambientes que retrata este thriller de venganzas, en un principio cargado de clichés y sin excesiva originalidad en su desarrollo, han levantado más de una ampolla en su estreno televisivo. Y así es como una cinta que podría haber pasado desapercibida entre el montón de títulos del catálogo de la compañía, adquiere una inesperada relevancia gracias a la candente actualidad, por encima de sus cuestionables virtudes cinematográficas.

    La película se abre con una rápida presentación del personaje protagonista, sobre el que sobrevuela un potente halo de misterio, ya que poco sabremos de su vida, su pasado y sus intenciones durante la mayor parte de su progresivo descenso a los infiernos. La única información que de él tenemos es que se llama Jacob King y que ha llegado al aeropuerto de Los Ángeles proveniente de Sudáfrica, con tan solo 600 dólares (todos sus ahorros) en el bolsillo para una estancia “vacacional” de una semana, sin tan siquiera haber reservado alojamiento con antelación. Mediante repetidos flashbacks conoceremos que tiene una hermana a la que hace tiempo que no ve. La chica llegó a California años atrás, cargada de ilusiones (posiblemente de triunfar como actriz), pero la brusca falta de noticias sobre ella ha hecho que Jacob se decida a volar hasta América para investigar de primera mano cuál ha sido su paradero. Como era de esperar, las cosas no habían salido como ella esperaba y se había visto envuelta en una espiral de sexo, drogas, malas compañías y corrupción que no le vaticinaban un final feliz. Después de descubrir la terrible realidad, Jacob emprende una cruenta venganza contra aquellos a los que cree culpables del fatal desenlace de la joven, moviéndose en los más sórdidos bajos fondos de esa ciudad de las oportunidades que, bajo sus centelleantes luces y el brillante sol californiano, solo se esconde inmundicia y depravación. Es cierto que el guion de Oliver Butcher y Stephen Cornwell alberga no pocos dardos envenenados a la industria del cine y las desalmadas criaturas que allí habitan, pero estos apuntes tan interesantes e incómodos quedan desdibujados en beneficio de un rutinario ejercicio de cine negro moderno más cercano al género de explotación en su variante de justicieros –la sombra de Drive (Nicolas Winding Refn, 2012), salvando mucho las distancias, es alargada– que a aquellas elegantes investigaciones criminales de corte clásico, con Los Ángeles como escenario, creadas por James Ellroy, que conocieron adaptaciones a la gran pantalla tan desiguales como L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) o La Dalia Negra (Brian De Palma, 2006).

    por José Martín León
    noviembre 28, 2017

    Crítica | Message from the King

    por José Martín León | noviembre 28, 2017

    «Auteur, oui; con dos cojones»

    Crítica ★★★ de El autor (Manuel Martín Cuenca, España, 2017).

    La palabra «autor», en coordenadas cinéfilas, arrastra tal amplitud de connotaciones que pasa por el blanco, el negro, y toda la gama posible de grises. El cine, como medio de representación que dio sus primeros pasos en barracas de feria, ha generado una especial necesidad de proclamar la autoría de determinados realizadores para superar la marca de este pecado original de populacherismo y afirmar con orgullo sus capacidades artísticas. Pero lo apremiante de esta necesidad tiende a provocar reacciones extremadas. Es decir, que lo último de, pongamos, un Godard, puede ser la nueva manifestación de un dios en la tierra a la que acudir con actitud reverente o la nueva entrega de trascendencia impostada de un farsante al que lapidar. Las dos actitudes, por supuesto, son demasiado hiperbólicas para ser reales; pero son representativas en cuanto que existen en la mente de quien la atribuye al pensamiento contrario. El cuñadista o el gafapasta son, por encima de todo, el enemigo imaginario de quien se toma el cine con la seriedad de una contienda. Lo que no quita que determinadas poses propias de cada bando se den, de hecho, en el fenómeno de la recepción fílmica. Y la percepción de autoría es algo especialmente delicado, dado que conlleva una asunción de pretensiones por parte del correspondiente autor. Pretensiones que, si se quedan en mera expresión de las mismas, mueven a un rechazo visceral que nunca sufriría, vayámonos al caso extremo, el creador de Sharknado. El «autor», proclamado o autoproclamado, nunca está del todo a salvo de la acusación de impostura. El propio Bazin, gran promotor del término aplicado al cine, matizó su fundacional «politique des auteurs» con la frase lapidaria que cerraba uno de los textos más conocidos de Cahiers: «Auteur, oui, mais de quoi».

    Aunque somos conscientes de que lo que planteamos es una cuestión abstracta y muy recurrente, viene bien retomarla al enfrentarnos a El autor, ya solo por la excusa que nos brinda el título. Su protagonista, Álvaro (Javier Gutiérrez) es el paradigma andante de este deseo de autoría per se. Un oficinista apocado que lleva años asistiendo a talleres de escritura creativa para aprender a parir literatura «de verdad». Léase ese «de verdad» con la entonación de chulería castiza que Javier Gutiérrez ha convertido ya en marca de estilo, con esa forma de transmitir al interlocutor que lo de menos es la frase sentenciosa de turno, sino el «con dos cojones» que queda tácito: «Auteur, oui; con dos cojones» (no es una licencia poética: el filme llega a hacer literal esa impresión que tenemos ante determinados autores, casi automática, de que crean sus obras plantando sus gónadas sobre la mesa). La cuestión es que, según ha comentado Martín Cuenca, hay mucho de autoparodia en el personaje de Álvaro (aunque la historia esté tomada de una novela corta de Javier Cercas), mucha mala baba contra ese afán narcisista por crear obras trascendentes que precede a toda concreción sobre el papel. Casi podríamos hablar de una salida por la tangente de Martín Cuenca, de una huída burlona (en la línea del Bruno Dumont más reciente) de la rígida austeridad formal de Caníbal, su anterior largometraje, que no se libró de las acusaciones de auteurismo relamido (acusaciones que, todo sea dicho, no compartimos).

    por Miguel Muñoz Garnica
    noviembre 21, 2017

    Crítica | El autor

    por Miguel Muñoz Garnica | noviembre 21, 2017

    Predicciones a los Oscars 2018 (II /15 de noviembre).

    Realizamos nuestras segundas predicciones a los Óscar casi un mes después de las primeras, y antes de que empiecen a entregarse los premios de la crítica a principios de diciembre, seguidos semanas después por las nominaciones al sindicato de actores y a los Globos de Oro, que serán las que nos darán una visión mucho más clara de la carrera. Por ahora procede esta actualización para recoger algunos cambios que se han producido en las últimas fechas. En concreto se han anunciado ya las cintas elegibles a mejor película extranjera, documental y animada, así como las candidatas que optan a los premios del cine independiente británico y los Gotham: aunque ninguno de los dos tiene influencia directa en la Academia, pueden reforzar de inicio la visibilidad de algunos filmes, y reflejarse parcialmente en los BAFTA y los Independent Spirit Awards, que sí son algo más relevantes. Es el caso de Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri (Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, Martin McDonagh) por los primeros; o Llámame por tu nombre (Call Me by Your Name, Luca Guadagnino) Déjame salir (Get Out, Jordan Peele), The Florida Project (Sean Baker) o Lady Bird (Greta Gerwig) por los segundos.

    Estas dos últimas películas, distribuidas ambas por A24 con un método de plataforma previa expansión, están cosechando muy buenos resultados en taquilla, al contrario dicho sea de paso que Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve), que va a sufrir pérdidas considerables. Sobre todo destaca en este apartado la de Gerwig, que ha ido sumando un mayor favor de la crítica y ya se postula como una de las favoritas del año. También se acaba de estrenar en Estados Unidos la cinta de McDonagh, y aunque en este caso sus críticas han bajado un pelín de nivel, sigue augurando una buena acogida. La ha tenido asimismo el tráiler de Los archivos del Pentágono (The Post, Steven Spielberg), el último que quedaba por colgarse después de los de Yo, Tonya (I, Tonya, Craig Gillespie) y El hilo invisible (Phantom Thread, Paul Thomas Anderson). Por cierto todas ellas tienen ya igualmente fecha de estreno en España, en enero o febrero como mandan sus pretensiones de Óscar, salvo Lady Bird que nos llegaría inexplicablemente en mayo, aunque puede que este retraso se corrija cuando empiece a ganar premios.

    Otro filme que se suma a los codiciados meses de invierno es Todo el dinero del mundo (All the Money in the World, Ridley Scott), que ha revolucionado las redes y medios sociales en los últimos días por la decisión inédita de sustituir a Kevin Spacey (recién acusado por abusos sexuales) por Christopher Plummer, cuando el metraje ya estaba montado y el tráiler difundido, el cual gracias a ello ha aumentado sus visitas de forma exponencial. Volver a rodar las escenas del actor y encajarlo todo con poco más de un mes antes de su estreno internacional demuestra tanto riesgo artístico como ingenio comercial, pues con esta estrategia se salva el honor de la cinta y de paso se le da una gran campaña. Es un caso realmente curioso en el que insistimos aquí porque puede marcar lo que queda de temporada. Aparte ésta no debería depararnos demasiadas sorpresas, porque desde ya somos conscientes de que la carrera es más abierta de lo habitual y hay varias propuestas muy interesantes por las que decantarse… He aquí nuestra selección por orden aproximado de probabilidad de nominación, indicando los cambios respecto a las predicciones anteriores:

    por Ignacio Navarro
    noviembre 15, 2017

    Predicciones a los Oscars 2018 (II)

    por Ignacio Navarro | noviembre 15, 2017

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