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    Reseña TV | Halt and Catch Fire

    Halt and Catch Fire

    Soñadores vs corporativismo

    crítica de Halt and Catch Fire (2014-) | Episodio piloto

    AMC | Estados Unidos, 2014, Halt and Catch Fire. Director: Juan José Campanella. Guión: Christopher Cantwell, Christopher C. Rogers. Música: Paul Haslinger. Fotografía: Nelson Cragg. Productora: AMC Estudios. Reparto: Lee Pace, Scoot McNairy, Mackenzie Davis, Kerry Bishé, Toby Huss, Bianca Malinowsk, Alana Cavanaugh, Scott Michael Foster, Eric Goins, Morgan Hinkleman,Peter den Boer, Randall P. Havens.

    En un mundo capitaneado por el imperio Google, vivimos sumidos en una plaga ingente de smartphones por metro cuadrado, integrados en una sociedad que roza el ataque de nervios cuando la señal wifi no responde, enganchados sin remedio a la dictadura del doble tic del whatsapp, adictos al enorme escaparate que la vida de los demás exhibe en Facebook. Las realidades cotidianas de muchos se edulcoran con los filtros coloridos de Instagram, las protestas y los chistes tienen 140 caracteres, algunas parejas se enamoran por Tinder, otras rompen por Line; los niños surcan hábilmente la pantalla táctil de las tablets con un dedo antes de saber articular bien una grase, los adolescentes buscan nuevos ídolos en los canales de Youtube, el Skype es un inmenso ojo de buey que conecta amistades desde todos los lugares del planeta tierra; hasta los abuelos se han acostumbrado a la ingeniería básica del SMS corriente y moliente. En definitiva, en este tiempo que nos ha tocado vivir nos resulta muy complicado entender la existencia o sobrellevar el día a día sin el inmenso entramado tecnológico que, (muchas veces para bien, y algunas otras para mal), tenemos a nuestro alcance. Por ello, y sobre todo para el sector más joven, décadas cercanas de fin de milenio como los ochenta y los noventa, época de inicio y comienzo del auge del mercado informático y la alfabetización digital, se nos antojan lejanas, difusas, casi rudimentarias, teñidas de un halo de ternura analógica y costumbrismo vintage; así pues, no existe un aluvión importante de referentes cinematográficos acerca del boom que esa franja temporal supuso en la historia, y los problemas, desafíos e inquietudes que afrontaron los primeros desarrolladores, ejecutivos y programadores. Con la intención de recrear el intrincado panorama tecnológico e informativo de comienzos de los ochenta, nace Halt and Catch Fire, una de las propuestas más curiosas de los últimos meses, que en su episodio piloto, dirigido por Juan José Campanella, nos ofrece un formato contundente y una estética atractiva y poderosa como principal filón para defender sus contenidos.

    Un triángulo de complejas personalidades se dan cita entre cables, microchips, softwares y teclados, al comienzo de este nuevo y curioso serial: Su protagonista, Joe McMillan (el conocido Lee Pace) es un ejecutivo procedente del mundillo informático que pretende ejercer sus capacidades de visionario para marcar un antes y un después en el mercado tecnológico a través de una revolucionaria idea de negocio. Para ello necesita la ayuda de nuevos talentos, por lo que se decide a contactar con Cameron Howe (Mackenzie Davis), una joven estudiante de informática, rebelde y sin pelos en la lengua con la que experimenta una excitante encuentro sexual en el almacén de un bar. Por otra parte, Joe se lleva a una importante reunión de trabajo a Gordon Clark (Scoot McNairy), un hombre deprimido y con problemas de alcoholismo, que se siente frustrado por su trabajo, presionado al tener que ejercer como padre de familia y constituir el soporte económico para su familia. Además, la relación con su esposa Donna (Kerry Bishé) está un tanto devaluada. Lo que este primer episodio nos muestra es el sueño, todavía intangible, de su protagonista de crear un ordenador nuevo, poderoso e innovador que modifique por completo el universo de la informática personal y doméstica. En la oscuridad de un desvencijado garaje, y gracias a la energía de los tres personajes sustentados en el ímpetu y la iniciativa empresarial de Joe, comienza a gestarse la semilla de un atractivo proyecto tecnológico, que deberá enfrentarse a los gigantes corporativos de la época. El tema de la serie es bastante concreto, y por lo tanto atraerá a un segmento de público probablemente más específico que el de otras producciones ubicadas en un contexto más amplio o que toquen más temáticas, pero a lo largo de los cincuenta minutos escasos de esta primera toma de contacto podemos hacernos a la idea de la complejidad psicológica de su triángulo protagonista, y de la importancia que su evolución tendrá en la trama de Halt and Catch Fire.

    Este piloto, como la inmensa mayoría, resulta un tanto lento, en su comienzo un tanto falto de intensidad o de ganchos que resulten potencialmente adictivos para su audiencia; es habitual que en las antesalas de muchas series sobren minutos y falten expectativas, pero con el transcurso de la temporada podremos vislumbrar los avances y novedades en las vidas de estos tres pequeños revolucionarios de su momento. Joe, pilar básico del argumento, posee cualidades y contrastes que hacen de él, a priori, un protagonista válido y completo, y los perfiles de respondona independiente y deslenguada de Cameron y de borracho apático pero sumamente brillante e inteligente de Gordon completan un reparto sólido y de interpretaciones buenas. Los diálogos resultan en unos pasajes vagamente pretenciosos, harán que sus fans se pongan las pilas con el vocabulario específico del universo cibernético, y su fotografía impecable anticipa, por lo menos en este comienzo, la forma al fondo. El buen final del episodio es capaz de despertar el gusanillo de la curiosidad, nos envuelve en el contexto de la lucha informática y corporativa de su época, y nos sitúa en las complejas vidad de estos tres emprendedores. A pesar de cierto velo excesivamente intelectual en su jerga, y la mencionada lentitud argumental, Halt and Catch Fire es un artefacto curioso y sin precedentes al que merece la pena dar una segunda oportunidad. | 65/100 |

    Andrea Núñez-Torrón Stock
    redacción Santiago de Compostela


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